‘Otegi. La última bala de ETA’, el etarra que soltó la pistola y tomó la batuta del gobierno de España
Un ensayo sobre la trayectoria de un personaje tan siniestro como capital para comprender la deriva de la España de hoy
ETA y Otegi, Otegi y ETA. Es tal la identificación del grupo terrorista con el líder batasuno que ya se ha hecho imposible separar a uno de otro.
Arnaldo Otegi, nacido en Elgóibar en 1958 poco antes de que la serpiente etarra comenzara a arrastrarse por su camino de sangre y dolor, es la primera imagen que se viene a la cabeza de cualquier español cuando se menta a ETA.
Otegi fue miembro de la banda, protagonizó varias acciones terroristas, como los secuestros de Gabriel Cisneros o Javier Rupérez, y tiene las manos manchadas de sangre.
Nunca ha condenado los crímenes de la banda terrorista, ha justificado la necesidad de su existencia para alcanzar la independencia de una «Euskal Herría» independiente y socialista, y ha sido la pieza clave para que su apéndice político –Herri Batasuna-Batasuna-Sortu– haya alcanzado por medio de la coalición Bildu una influencia política sin precedentes en la España de Pedro Sánchez.
Escrito a cuatro manos por los periodistas Luis Fernando Quintero y Mariano Alonso, Otegi. La última bala de ETA (Plaza & Janés) es el resultado de una ardua labor de investigación de más de diez años que ofrece un interesante, incluso imprescindible, documento para comprender el porqué de la existencia de ETA.
Plaza & Janés / 256 págs.
Otegi. La última bala de ETA
ETA no se puede entender sin Otegi y, por eso, pocos creerían en los primeros años de los 2000, cuando el líder batasuno testificaba en la Audiencia Nacional ante el juez (hoy ministro del Interior) Fernando Grande-Marlaska, que el de Elgóibar terminaría decidiendo el gobierno de España, controlando el ayuntamiento de Pamplona y sentándose a negociar la incorporación de Navarra a la Comunidad Autónoma Vasca.
El sinsentido de la acción terrorista de Otegi y de otros etarras quedó retratado en la entrevista concedida al director Julio Medem para el documental La pelota vasca. La piel contra la piedra.
El libro de Luis Fernando Quintero y Mariano Alonso recoge una frase que expresa lo lejos de la realidad que están Otegi y otros miembros de ETA.
Justificaba sus acciones en el rechazo a un País Vasco donde se coman hamburguesas, se escuche rock americano, se hable inglés o español en vez de euskera y se deleite mirando internet y no a los montes.
¿Es razón suficiente para cometer en casi medio siglo 3.500 atentados terroristas, causar 7.000 víctimas y asesinar a 853 personas?
El libro está escrito con gran agilidad. Los capítulos que hacen referencia a los inicios de Otegi en la banda, la organización y ejecución de los secuestros de Luis Abaitua, Gabriel Cisneros y Javier Rupérez se leen como una trepidante novela policíaca.
Las partes sobre la trayectoria política de Otegi en Herri Batasuna-Batasuna-Sortu son más técnicas, pero ofrecen una clara cronología con profusión de datos e información bien documentada sobre el devenir de ETA y la función de Otegi en su organigrama.
Otegi aparece retratado como un individuo inteligente, un terrorista maquiavélico, consciente de sus defectos y virtudes, con el don de la oratoria y con una capacidad innata para medir los tiempos.
Un etarra con un objetivo político muy concreto que está dispuesto a alcanzar por los medios que sean necesarios, ya sean las armas o el chantaje político.
En ese sentido, los autores atinan al definir a Otegi como «la última bala de ETA», porque, probablemente, haya sido el único etarra que supo ver la ventana de oportunidad que se abrió con Zapatero y Sánchez, y la supo aprovechar para obtener exigencias políticas que en los años 90 serían inconcebibles.
En definitiva, Otegi. La última bala de ETA es un ensayo impecable que arroja luz sobre el episodio más negro de la democracia española. Es un notable ejercicio de periodismo político y de ensayo histórico fundamental para comprender mejor la deriva por la que se desliza hoy la democracia española.
Una democracia española que ha dado a personajes como Otegi y Puigdemont –el primero condenado y encarcelado por terrorismo, el segundo, prófugo de la justicia tras un intento de golpe de estado– la llave de la gobernabilidad de España sin que nadie sepa explicar cómo hemos llegado hasta aquí.