La transformación irracional que nos despoja de humanidad y nos arroja al oscuro rincón bajo el sofá
Centenario de la muerte de Kafka, el escritor que describió el mundo como absurdo e injusto, ajeno a la lógica, sometido a fuerzas delirantes, como vislumbraran Freud, Schopenhauer o Nietzsche
«Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertido en un monstruoso insecto». Así es como empieza una novela corta –hablamos de unas cien páginas de extensión– que se ha transformado en la obra más representativa de la producción literaria del checo –nacido como súbdito austro-húngaro, fallecido como ciudadano checoslovaco– Franz Kafka, que escribía en lengua alemana. Este lunes 3 de junio se cumplen cien años de su muerte –tras convivir desde el verano de 1917 con una tuberculosis pulmonar–; en aquel preciso día le quedaba un mes exacto para cumplir 41 años. En vida publicó un largo número de relatos y novelas breves, a veces editados en solitario, y a veces agrupados en volúmenes que incluían más de una docena de cuentos: La condena, Contemplación, Un médico rural, En la colonia penitenciaria, Un artista del hambre. De manera póstuma se mandaron a imprenta, entre otros, dos de los libros con que también ha alcanzado fama el nombre de Kafka: El proceso y El castillo –en ambos casos, se trata de novelas de extensión bastante más amplia que lo habitual en este escritor. Completan el legado de Kafka, sin duda, sus colecciones epistolares, empezando por la larga carta a su padre y siguiendo por las que remitió a mujeres como Milena Jesenská o Felice Bauer, o a su amigo y editor Max Brod.
Alianza (2011). 128 páginas
La metamorfosis
La biografía y época de Kafka expresan una serie de conflictos e influencias cuyo peso aún se sigue notando, o cuyo resultado constituye parte de nuestro paradigma cultural y antropológico. No sólo vivió la desaparición del Imperio Austro-Húngaro, transmutado en una diversidad de repúblicas de identidad nacional y complejo itinerario posterior, sino también la disolución de las grandes explicaciones que habían sustentado el mundo. Judío asimilado –con los debidos matices–, su literatura certifica una visión de la existencia que niega la preponderancia de las religiones tradicionales, de la razón e incluso del Derecho. El mundo es absurdo e injusto, ajeno a la lógica, sometido a fuerzas delirantes, como vislumbraran Sigmund Freud, Arthur Schopenhauer o Friedrich Nietzsche. La Primera Guerra Mundial, con toda su destrucción en masa, supone el derrumbe del orden y el inicio de una era inestable, frenética, donde los monstruos totalitarios se harán realidad para introducir al hombre en una máquina que lo convierta en otra cosa.
En el caso de La metamorfosis –cuyo título original cabría traducirse como La transformación–, el personaje principal se encuentra con la descomposición de su propia humanidad. Es importante tener en cuenta que en ningún momento se atisba una aclaración de qué ha sucedido –en Las metamorfosis de Ovidio sí se ofrecen los motivos, porque el mundo de Ovidio es un mundo con orden cósmico que aspira a la armonía mediante el amor–, y tampoco se llega a concretar qué insecto –o «bicho» a secas– es ahora Samsa. Quizá un escarabajo, si hacemos caso de una sirvienta que es la única persona que se refiere a él con una denominación concreta. Gregorio Samsa se ve incomunicado, aislado de su familia, arrinconado en su alcoba, buscando la sombra bajo el sofá para esconderse y no repugnar a los suyos. Cabe preguntarse si, en realidad, Gregorio se ha vuelto loco, se cree un insecto, y su hermana y sus padres no saben qué hacer con él. El modo como narra Kafka permite muchas interpretaciones, además de ironías y momentos sarcásticos; el lector hallará pasajes más o menos divertidos, y una notoria crítica social al modelo femenino de la época. Y también párrafos costumbristas con que se relatan las desventuras de Gregorio Samsa, cuya degeneración supone menoscabo económico en el hogar.
Por supuesto, la transformación de Gregorio afecta a su entorno y fuerza metamorfosis en las demás personas, aparte de la violencia reacción paterna. Quizá el conjunto de metamorfosis más notorio sea el de su hermana; al comienzo cariñosa y, a partir de una fase de su inevitable mutación como mujer joven, deliberadamente partidaria de acabar con todo y empezar una vida nueva. Nueva para ella, y nueva para sus padres, libres de la carga del repulsivo insecto en que se había convertido Gregorio.