Magistral tejido de historias de Maggie O'Farrell
En 'La distancia que nos separa', la autora entrelaza vidas y tiempos en una compleja narrativa, que desafía al lector a descubrir la verdadera esencia de sus personajes
El fenómeno O’Farrell me parece muy interesante para interpretar la fortaleza y el interés de un género que lleva en boga mucho tiempo: la novela histórica. La escritora norirlandesa tiene un buen número de novelas publicadas y premiadas. Libros del Asteroide le publica desde hace años con modesto pero razonable éxito. Sus novelas, como la que estamos reseñando, trata de temas muy contemporáneos como la memoria, el desarraigo y, por supuesto, los afectos en las relaciones tanto amorosas como familiares. Todo ello localizado en un contexto muy contemporáneo.
Libros del Asteroide (2024). 336 páginas
La distancia que nos separa
En 2020 cambió el rumbo y publicó un libro que le rondaba desde su época universitaria. Una biografía novelada de Shakespeare desde la perspectiva de su mujer y con el tema del hijo muerto como trasfondo de la creación de su obra más célebre. Aparece Hamnet en el mercado y pasa a convertirse en uno de los libros más importantes del año. No solo vende miles en todo el mundo, sino que es además valorado por su excepcional calidad literaria. Ningún escritor puede pedir más. El año pasado publicó Retrato de casada, que a rebufo del anterior no pudo ir mal. Como con Hamnet, vuelve a adentrarse en los meandros de la historia. Esta vez se centra en la familia Medici y el renacimiento italiano.
Sin quitarle ningún mérito a sus novelas históricas, me parecen que su éxito es sintomático de los mecanismos lectores actuales. La gran diferencia entre sus novelas contemporáneas e históricas estriba en el escenario, y en describir unos hechos hipotéticamente reales. Desde el punto de vista narrativo apenas es una gran diferencia, pero pienso que a ciertos lectores les parece un cambio sustancial, pues perciben cierta utilidad en su lectura debido a que van a aprender hechos del pasado. No voy tanto a discutir si la novela histórica enseña historia, sino a cuestionar que la novela de ficción no enseñe nada.
La distancia que nos separa es la tercera novela de O'Farrell, aunque aparezca ahora en español. La obra describe el viaje de una familia italiana establecida en Escocia a mitad del siglo XX y que culmina en la actualidad con las hermanas Stella y Nina. Paralelamente, narra la historia de Jake, nacido en Hong Kong, pero hijo de británicos, quien también termina en Escocia. A la manera de las antiguas novelas bizantinas, los dos amantes tendrán que enfrentar grandes peligros para encontrarse, aunque en este caso, los peligros son emocionales en lugar de físicos.
La narración de O'Farrell destaca por su capacidad para hilvanar relatos complejos con la suavidad de un sueño. Su lectura es exigente: no solo narra de manera paralela dos hilos argumentales independientes en el espacio, sino que los relatos están segmentados en el tiempo. Saltamos sin transición del Hong Kong contemporáneo a la Italia de los años sesenta y luego a la Escocia de principios del siglo XXI. O'Farrell es una gran tejedora de historias, y aunque la confusión inicial puede parecer desalentadora, tiene un propósito claro. A partir de la página ciento cincuenta, el lector paciente comienza a ver el dibujo completo de lo que hasta ese momento eran solo hilos sueltos. Se hace evidente la necesidad de crear un telar de tanta complejidad para llegar a un desenlace intenso y emocionante, donde las verdades a medias se iluminan y los misterios se desvelan con toda lógica argumental.
Al final, descubrimos que la novela trata principalmente de la relación entre las dos hermanas, Stella y Nina. Todo lo demás está diseñado para describir una relación compleja, tumultuosa y casi sádica entre ellas. Las medio gemelas, unidas por un secreto de la infancia y fusionadas por un dolor común, se repelen y atraen como imanes. Llegar a un desenlace de tanta intensidad dramática y complejidad psicológica, y hacerlo de manera verosímil, solo es posible con una preparación meticulosa. Como he mencionado, el lector paciente y entregado que supere los escollos de las primeras páginas será recompensado con una lectura final de altísima calidad.