Fundado en 1910
Menú
Cerrar

La joven escritora norteamericana Kate FolkAndria Lo

‘Ahí fuera’: novios cibernéticos y casas orgánicas

Kate Folk se estrena con esta colección de cuentos, donde la fantasía, la ciencia ficción y el absurdo son el mejor medio para explorar la complejidad de nuestro tiempo

Vivimos en una realidad tan compleja y con un futuro tan incierto que se hace necesario recurrir a la literatura especulativa para poder describirla cabalmente. Esto es lo que hace Kate Folk en su primer libro de relatos. La joven autora está rabiosamente atada al extraño mundo que habitamos y, tal vez por eso mismo, lo retrata a través de la fantasía, la ciencia ficción y el absurdo.

Mutatis Mutandis (2024). 252 Páginas

Ahí fuera

Kate Folk

En los quince relatos que componen el volumen recurre a la ciencia ficción distópica, a la fantasía de inspiración gótica (aunque muy contemporánea) e incluso al absurdo más kafkiano para hablarnos de realidades aparentemente tan sencillas como las relaciones de pareja, la situación emocional de la juventud, los celos y el desamor. Tal vez –desconozco su biografía aunque en la foto parece bastante joven– podía haber desarrollado una escritura autoficcional para abordar estos temas, pero ha preferido enfrentarse a esa realidad desde la complicación de lo irreal que, como digo, puede resultar mucho más certero.

En estos textos encontramos blots, hombres cibernéticos manipulados por empresas rusas para conquistar mujeres y robarles sus datos digitales; mujeres que no dudan en cometer tropelías (atacar a otras mujeres, o atacarse a sí mismas) para llamar la atención de sus parejas; jóvenes que se toman expresiones como «te doy mi corazón» de manera literal… En sus textos, protagonizados en gran medida por mujeres jóvenes, no se cae en el victimismo, ni en la demonización del varón. Antes bien, se describe a ellas como seres mucho más activos, incluso malvados, al tiempo que los hombres comparecen, en gran medida, como personajes algo anodinos pero con un fondo de humanidad. En estos tiempos, en los que tanto se habla de solteras con gatos, su perspectiva autocrítica es como un soplo de frescura, aunque solo sea por la novedad.

Ahí fuera no es un libro para lectores convencionales. Se adentra en la realidad sin tapujos ni censuras, llegando a lo grotesco y lo desagradable, pero siempre con un fondo de autenticidad. Folk desarrolla una escritura fuerte y agresiva, sin concesiones ni piedad con el lector. No es una lectura recomendable para espíritus sensibles. Para acometerla uno tiene que asumir rebajar el umbral de lo verosímil a su mínima expresión: en el suelo de una casa aparece una cabeza humana, una chica puede coleccionar trocitos de hígado que sus novios le ceden libremente, hay enfermedades que disuelven los huesos a diario…, y sin embargo, todas esos absurdos están compuestos de tal forma que no solo nos los creemos, sino que intuimos que encierran poderosas interpretaciones de la realidad.

Al tratarse de un libro de relatos escritos por una autora novel (aunque se anuncia una novela suya para el año que viene), podría parecer que es una recopilación de textos variopintos sin conexión entre ellos. Nada más alejado de la realidad. Tanto por la temática, el tono, los géneros que practica y el universo personal que despliega, muestra unas obsesiones recurrentes que podrían resumirse en la presencia constante de órganos humanos vivos y exentos y la importancia de la casa como reflejo del propio yo. En estos relatos hay mucha víscera, pero no cae en el gore, sino que aparecen con extraña naturalidad: corazones, pulmones, hígados y hasta intestinos son objetos argumentales constantes. Como hemos visto en varios ejemplos. Del mismo modo, la tradición gótica de la casa encantada se moderniza aquí en varios relatos con una interesante vuelta de tuerca.

Kate Folk se estrena con este libro y, sin proclamar que se trata de una obra maestra, muchos de sus relatos tienen una calidad excepcional. Sería arriesgado augurarle un futuro brillante en el mundo de las letras, pero sin reparo se le puede reconocer el mérito de ser una autora con mucho que decir, que maneja un universo narrativo personal y distinto con mano fuerte.