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Atentado de ETA en la cafetería Rolando de Madrid el 13 de septiembre de 1974EFE

‘Dinamita, tuercas y mentiras’: la verdad del atentado de la cafetería Rolando

Esta obra recoge una rigurosa y necesaria investigación sobre la primera matanza indiscriminada de ETA; pero destaca, además, por recobrar el testimonio y la vida truncada de sus víctimas

Viernes 13 de septiembre de 1974, en la notoria calle del Correo, cerca de la Puerta del Sol, se situaba la cafetería-restaurante Rolando. Aquel viernes se presentaba como una soleada y tranquila mañana madrileña, perfecta para disfrutar en un local con buena comida y precios moderados. Por ello, entre las paredes de la cafetería, se congregaban turistas, estudiantes pendientes de sus exámenes de recuperación, trabajadores de la zona, y, aunque no era el público mayoritario, empleados y policías que provenían de la Dirección General de Seguridad, que se encontraba a escasos metros.

Tecnos (2024). 256 Páginas

Dinamita, tuercas y mentiras. El atentado de la cafetería Rolando

Gaizka Fernández Soldevilla y Ana Escauriaza Escudero

Cuando el reloj marcó las 14:30 todo cambió para la cafetería. La normalidad se convirtió en caos. Un aparato bomba estalló y súbitamente las mesas callaron y las casuales charlas se convirtieron en gritos mientras el pánico inundaba el local. El techó cayó y los cristales volaron. Entre la confusión, los civiles supervivientes se convirtieron en héroes para auxiliar a las víctimas mientras llegaban los servicios de emergencias.

En el momento de la explosión se contabilizaron 11 muertos, cifra que ascendería a 13 debido a las lesiones, y más de 70 heridos. La explosión también afectó a los bares aledaños, llegando a localizarse una víctima en el restaurante Tobogán. Madrid quedó conmocionada ante el primer ataque indiscriminado de la banda terrorista ETA.

Medio siglo después, el libro Dinamita, tuercas y mentiras de Gaizka Fernández Soldevilla y AnaEscauriaza Escudero plasma la rigurosa investigación de los historiadores sobre el atentado, para arrojar luz sobre este oscuro episodio y desvanecer todas las mentiras vertidas sobre su autoría, naturaleza y culpables. El texto ha sido publicado por la editorial Tecnos bajo el apoyo del Memorial de Víctimas del Terrorismo.

Soldevilla y Escauriaza han dividido su investigación en diez capítulos en los que profundizan en cada una de las diferentes facetas del atentado: su planteamiento por parte de los terroristas y las disidencias internas de la banda que lo acompañaron; la preparación y el desarrollo; el sumario, la posterior labor de «desmemoria» y la campaña de mentiras esparcidas por ETA para empañar la realidad del crimen… Los autores suman, además, el epílogo «Aires de familia», en el que exponen cómo ETA fue una muestra local de un fenómeno internacional: el aumento de los grupos terroristas, durante los años 70 y 80 del siglo pasado.

De esta forma, se puede reconstruir esa mañana: cómo entró una pareja de jóvenes con acento francés en la Cafetería Rolando; cómo, aprovechando su condición de embarazada, la mujer fingió un pequeño mareo ante la atónita mirada del camarero, Manuel Llanos, quien, sin dudarlo, se apresuró a prepararle una infusión para calmarla; y cómo, mientras el camarero estaba despistado, la pareja depositó una maleta bomba bajo una de las mesas del salón comedor; para, por último, salir furtivamente del local.

A su vez, el libro esclarece que el objetivo de ETA era causar el mayor daño posible. No ya sólo por la elección de un lugar en el que había civiles, sino por la elección de la hora de la detonación, en mitad del turno de comidas, con el habitual pico de clientela. También junto a los 15 kilos de dinamita encontraron más de 1.000 tuercas en el artefacto a modo de metralla. Cada impacto de tuerca era como recibir un disparo. Las intenciones de la banda quedaron al descubierto: querían forzar una dura represión gubernamental. Al mismo tiempo se reveló la existencia de una célula etarra en la capital española.

En la lista de culpables del atentado aparecen tres nombres: la pareja que entró en el local, los etarras Bernard Oyarzábal Bidegorri, María Lourdes ‘Maritxu’ y Cristóbal Elhorga; y una autora intelectual, Genoveva ‘Eva’ Forrest. Ésta última era el enlace de la banda en Madrid y cerebro del ataque, había sido la encargada de recibir, tutelar y formar a los militantes de ETA durante su estancia en la capital y les había acompañado en varias ocasiones al bar antes del estallido.

Forrest se presentó como el alma mater de la logística de ETA en Madrid. Era una joven, activista de izquierdas, que después del atentado fue la encargada de esparcir bulos en forma de contrarrelato acerca de la operación, para lograr que los terroristas escaparan, llegando incluso a culpar al PCE. Mitos que han continuado hasta la actualidad.

Vencer estos mitos y devolver la verdad al atentado de la cafetería Rolando de Madrid hacen que Dinamitas, tuercas y mentiras sea más que una recomendación de lectura. El libro está construido como una síntesis de una larga y ardua investigación, y está escrito con el rigor y minuciosidad que un acontecimiento de esta importancia requiere.

Pero junto a su detalle y mérito como investigación, el libro de Soldevilla y Escauriaza destaca por su importante contenido humano. Mediante la búsqueda de testigos, la recopilación de testimonios y la intención de conocer sus vidas, más allá de la desgracia y de su condición de víctimas, los autores han devuelto los nombres y apellidos de las personas que se encontraban ese 13 de septiembre en la cafetería-restaurante Rolando de Madrid.

Historias que revelan que Manuel Llanes, el camarero, era un hombre saleroso, simpático y atento; que el matrimonio de Baldomero Barral y María Josefina Pérez se habían permitido una pequeña escapada a Madrid y habían dejado a sus dos hijas con su abuela; que a la joven Sara Renedo García le quedaban dos asignaturas para obtener el título de auxiliar de empresa… Vidas que fueron truncadas una aparentemente tranquila mañana. Vidas que fueron robadas arbitrariamente por estar en el sitio equivocado, en el momento equivocado. Vidas a las que Dinamita, tuercas y mentiras les ha devuelto el nombre y los apellidos para narrar su verdad.