
Un detalle de la portada de «Gente en el tiempo»
'Gente en el tiempo': la maldición de la Gran Vieja
Acantilado rescata una novela de tinte fantástico de 1936 que atrapa al lector y lo enfrenta a sus miedos
Quienes están al tanto del mercado editorial habrán notado en los últimos años, décadas ya, que buena parte del negocio se ha escorado hacia el rescate de libros antiguos, algunos publicados en su día en español y otros nunca editados aquí. Con 'libros antiguos' no nos referimos necesariamente a obras, pongamos, del XIX sino más a menudo piezas de hace 30, 50, 80 años.

Acantilado (2025). 192 páginas
Gente en el tiempo
Estos libros se integran en las novedades editoriales y están restando peso a las obras inéditas en los catálogos de muchos sellos. Algunos, incluso, nacen ya con vocación de 'rescatistas' y sus intereses pasan por bucear en las listas de descatalogados y traer de vuelta al español a autores franceses, ingleses, italianos...
Acantilado, siempre atenta a los clásicos, es una de las editoriales referente en este tipo de movimientos. De ahí ha salido la factoría Zweig y la rehabilitación de Julián Ayesta, por echar mano de solo dos casos. El autor que hoy nos ocupa entra en esta categoría y se suma al interés del sello por autores italianos de entonces, como su amigo Alberto Savinio.
Massimo Bontempelli ha quedado como exponente del realismo mágico italiano. Es una etiqueta confusa, pues a partir de Uslar Pietri y García Márquez es indisociable del ámbito latinoamericano. Y no, no tiene gran cosa que ver con este realismo mágico italiano de principios del XX, que tira más hacia lo metafísico, si es que yo mismo me he enterado. Olvidemos, en cualquier caso, la etiqueta. Y olvidemos también la figura interesante de Bontempelli, que fue un fascista de primera hora expulsado luego del partido de Mussolini y fue senador del Frente Popular en 1948, expulsado ahora por su pasado de camisa negra. Este hombre tiene una historia.Pero ahora nos toca hablar de Gente en el tiempo, publicada en el año 36 y vertida por primera vez al español por Andrés Barba, para esta edición. El planteamiento es poderoso: la Gran Vieja se está muriendo en una pequeña localidad italiana, en el año 1900. No es una muerte cualquiera, porque esta señora, cuya personalidad queda trazada con maestría en poquísimas páginas, ha mantenido a su familia pegada a sus faldas, tiranizados sin resistencia. Antes de irse, deja atada y bien atada su influencia sobre los suyos con un cruel vaticinio: «Ninguno de vosotros morirá viejo».
¿Qué se hace ante unas palabras de este tipo, una maldición? Ahí arranca la novela de su hijo Silvano y su esposa y prima Vittoria, y las dos hijas de la pareja, Dirce y Nora. El primer tramo de la novela, siendo interesante por el dibujo de unos personajes incapaces de hacerse a la libertad de vivir sin la Gran Vieja, no parece augurar nada extraordinario. Pero a mitad de novela, lo fantástico se revela en ese punto inquietante en que la casualidad linda con el fatum.
Bontempelli se las ingenia entonces para administrar sabiamente los giros de la trama y colocar a sus personajes ante las dudas y las evidencias, frente al más básico de nuestros instintos: la supervivencia. Es inevitable que el lector no piense qué haría en el lugar de estos personajes, cómo conservaría la chaveta y cómo llenaría –y no damos más pistas– el tiempo que nos queda, que diría Caballero Bonald. «La ignorancia es la juventud», dice un personaje. Cuánta razón.