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Paisaje americano

Paisaje americanoNicolás Boullosa

‘Diario del olvido’: perdidos en la inmensidad de América

Texto autobiográfico donde el autor bosnio enfrenta su juventud en la vieja y bélica Europa con su madurez en el nuevo continente

A medio camino entre la autobiografía y la ficción, Diario del olvido es una exploración de la fragilidad humana en el exilio. Su causa, la guerra de Bosnia, planea sobre cada página. Es, sin duda, el olvido al que se refiere el título. El protagonista es el propio autor, Semezdin Mehmedinović, que, exiliado en Estados Unidos junto con su familia, reconstruye su vida en una tierra ajena. A través de su mirada, la América profunda se convierte en un territorio a veces onírico, a veces realista, incluso cruel, siempre desconcertante, reflejo del estado de ánimo del protagonista y de su compleja adaptación. La dificultad no solo proviene del trato humano, también de la inabarcable extensión del espacio, que refuerza el sentimiento de vacío y nostalgia.

Cubierta de Diarios del olvido

Traducido por Marc Casals
Deleste (2024). 272 páginas.

Diarios del olvido

Semezdin Mehmedinović

Diario del olvido empieza con un episodio crucial, que marcará el tono de toda la obra: el narrador/protagonista sufre un infarto de miocardio, tal vez harto de tanta vida. Este evento no solo le enfrenta a su propia fragilidad, también refuerza la sensación de precariedad y transitoriedad que define su existencia. A partir de este punto, cada recuerdo, desplazamiento y encuentro adquieren una nueva dimensión, marcados por la conciencia de la mortalidad. En consonancia, el autor ofrece profundas reflexiones sobre la mediana edad y sobre ese prólogo de la vejez que son los 50 y los primeros 60: «El dato más importante sobre nosotros cuando estamos ingresados en el hospital es el año de nacimiento. Sin embargo, nuestras vidas de ese año no tienen ninguna importancia particular. He tenido que envejecer para comprenderlo. Todo el mundo muere joven.»

Estos diarios, aunque cotidianos, poseen un carácter profundamente novelesco. En consonancia, Mehmedinović no solo describe el día a día con minuciosidad, también consigue que la narrativa de todo diario, que es la misma que posee la propia vida, resulte apasionante para el lector. Las causas son dos: su empatía y su lirismo. Pese a contar con numerosos motivos para el desánimo, el enfoque de Mehmedinović es sumamente vitalista: intenta siempre entender a los estadounidenses, conectar con ellos y, pese a las dificultades que implican la falta de medios y la enfermedad, amar a los suyos. Mehmedinović captura la textura de esas relaciones, sean con los próximos o con desconocidos, con la sensibilidad de quien sabe que el amor es, en el fondo, un acto de traducción continua.

Mehmedinović es un excelente estilista, capaz de pasar de lo enorme a lo minúsculo en un solo párrafo: «Page, Arizona. Después de dos noches sin pegar ojo, por fin estamos en un hotel. Me ducho. Espero a que el débil chorro de agua se lleve el hilito de la camisa que se me ha enroscado en el ombligo».

Mehmedinović describe con una precisión punzante la extrañeza y desconcierto qué sufre cuando se enfrenta a una cultura que, aunque le fascine y motive, no termina de entender. Las carreteras interminables, los moteles de paso, la inmensidad de los desiertos estadounidenses son símbolos de la soledad del protagonista, un hombre atrapado entre dos mundos: su pasado bosnio y su presente americano. Hay una mirada de asombro en su escritura, pero también de agotamiento, de alguien que sabe que no hay regreso posible.

Sin embargo, el libro no se limita a la melancolía del desarraigo. También es una reflexión sobre la paternidad y la relación con su hijo, un joven mucho más adaptado a la cultura estadounidense que su padre, aunque también traumatizado por la guerra. La comunicación entre ellos está llena de tensiones y malentendidos, pero también de momentos de ternura y conexión. Es una relación que encarna el conflicto entre generaciones, pero también la esperanza de continuidad y reconstrucción.

Diarios del olvido es un testimonio íntimo y universal sobre lo que significa perder un hogar y tratar de construir otro en un lugar donde todo es extraño, pero, a pesar de todo, persiste la posibilidad del amor, la reconstrucción y la belleza.

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