Fundado en 1910

La 'Motomami' Rosalía se ha dado un baño de masas y ha firmado discos en Callao

Rosalía se ha aparecido. La locura se ha desatado. Ha roto corazones. Y ha firmado hasta ukeleles

Ha hecho falta un sorteo ante notario para que algunas personas pudieran acceder a ver y tocar a la Motomami por excelencia: la cercana y amabilísima Rosalía en pleno Fnac de Callao, dando abrazos en carne inmortal.

Carlos Culebras, que ha sido el primer agraciado por la visión de la diva musical, no podía creer lo que le estaba sucediendo, y a duras penas, y como balbuciendo, ha llegado a declarar: «Llevo desde las tres haciendo cola, compré la preventa del disco el miércoles y cuando vi que había sido seleccionado no me lo creía». Pero ha visto. Y ha creído.

Motomamis por doquier

Enfundada en un vestido de tubo negro y con cortes asimétricos, un recogido pulido alto con mechones a juego con unos espectaculares botines rojos de Rick Owens, Rosalía ha cruzado las puertas de la sala habilitada para firmas de la Fnac, como si de una aparición divina se tratase, parando los relojes a las seis menos cuarto de la tarde.

En plena plaza de Callao y sus inmediaciones, multitud de «motomamis» peregrinaban hacia el establecimiento. Todos con los teléfonos por delante; otros tratando de encerrar a la barcelonesa del mal querer en sus teléfonos móviles; y otros, sin más, con los ojos en blanco, y casi en trance por el acontecimiento astral que estaba a punto de acontecer dentro del centro comercial.

Motomami ha dinamitado las listas de reproducciones y los corazones de todo el mundo, especialmente los de los escasos elegidos que, ante notario, han podido hincarse de hinojos ante la cantaora de dos ruedas.

Rosalía también firma ukeleles

De tres en tres y tras varias controles de seguridad, los seleccionados han accedido a la sala con sus discos de la mano y los nervios a flor de piel para verla, tal y como la ha visto Aimar Iturralde, que ha declarado, casi desde una nube: «Vine desde Bilbao para comprar la preventa. Ha sido verla y quedarme en 'shock'».

Pero Rosalía no se ha limitado a firmar discos como cualquier artista del montón ya que, cuando otra fan, Miriam Fernández, ha acercado a la cantante su ukelele, ella «ha escrito (en él y para siempre)que nunca deje de tocar Motomami», ha declarado incrédula y enmudecida por tal acto de generosidad.

Como era de esperar, la mayoría de seguidores y seguidoras de la flamenca motorizada, coinciden en que Motomami no es peor o mejor que El Malquerer, sino que está más allá de todo, y que es una propuesta «radicalmente» diferente. Tan diferente, que de los exegetas y hagiógrafos de esa «propuesta» nos tendremos que fiar.