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El artista australiano Nick CaveAFP

El músico Nick Cave confirma el fallecimiento de su hijo a los 31 años

En la nota, el líder de los Bad Seeds, de 64 años, agrega que estaría «agradecido» si «en estos momentos» su familia pudiera disfrutar de «privacidad»

El veterano músico australiano Nick Cave anunció este lunes que su hijo Jethro Lazenby ha fallecido a los 31 años, sin detallar las causas de la muerte. «Con mucha tristeza puedo confirmar que mi hijo, Jethro, ha fallecido», señaló hoy el polifacético cantante afincado en el Reino Unido en un escueto comunicado difundido por la publicación musical británica NME.

En la nota, el líder de los Bad Seeds, de 64 años, agrega que estaría «agradecido» si «en estos momentos» su familia pudiera disfrutar de «privacidad».

Lazenby, que trabajó como actor, fotógrafo y modelo y que también utilizaba el nombre de Jethro Cave, había estado en prisión a comienzos de año por haber agredido a su madre, la modelo Beau Lazenby, en Melbourne, según algunos medios de comunicación.

Nacido en Melbourne en 1991, Jethro se enteró de que el conocido músico australiano era su padre cuando tenía ocho años.

La noticia de su fallecimiento llega siete años después de que Cave perdiera a otro de sus hijos, Arthur –cuya madre es la actual pareja de Cave, la diseñadora británica Susie Bick–, que falleció a los 15 años al caer accidentalmente de un precipicio en Brighton (Inglaterra) tras haber tomado LSD.

Duelo y catarsis creativa

El propio Nick Cave parece vivir rodeado de dramas y tinieblas (no sin razón ese fue su apodo, Prince of Darkness). Perdió a su padre en un accidente de coche a los 19 años, lo que descubrió mientras su madre lo rescataba de la comisaría en la que respondía a una acusación de robo. Hundido por la pérdida, se refugió en la heroína. Drogas más refinadas pero igualmente con consecuencias fatídicas llevaron a su hijo Arthur al borde de un acantilado en un mal viaje de ácido alucinógeno.

Nacido en Australia y educado en el catolicismo, Nick Cave escapó pronto a Europa, donde se perdió en los intrincados recovecos del punk y desde donde cantaba sobre la muerte, la religión, el sexo y la violencia. Tras la trágica muerte de su hijo, optó por el silencio y el recogimiento, pero ante la falta de respuestas, comenzó a hablar (y escribir y cantar) sin tapujos sobre su dolor.

De aquella época nació Ghosteen, uno de los mejores álbumes de su época: fruto de una catarsis creativa, de un duelo hecho a medias (a través de la música) y de un anhelo de Dios, personaje principal con el que Nick Cave dialoga: «Si creyera en Dios, me arrodillaría ante Él y le pediría que no interviniera en nada que tuviera que ver contigo, y si lo hiciera, le diría que te dirigiera directa a mis brazos», canta en Into my arms, una de sus canciones más destacadas.