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El tenor Plácido Domingo y la soprano Anna Netrebko durante un concierto

El tenor Plácido Domingo y la soprano Anna Netrebko durante un conciertoGtres Online

El Real «indulta» a medias a Plácido Domingo

El tenor madrileño regresa este mes al teatro de su ciudad pero no como parte de la programación de abono, si no en el Universal Music Festival

Hace ahora dos años, Plácido Domingo debía haber cantado el rol de Giorgio Germont, de La Traviata, en varias de las funciones programadas por el Teatro Real como parte de su temporada de abono. La oferta lírica del coliseo madrileño se modificó como consecuencia del Covid-19, pero la popular ópera de Verdi se mantuvo como una manera de mostrar al mundo que la cultura podía ser perfectamente viable en medio del azote pandémico. A pesar de los numerosos reconocimientos que el Real cosechó con su voluntad de continuar sus actividades, Domingo no pudo presentarse en aquellas representaciones. Y no por su falta de interés o temor a poder contagiarse. La advertencia ministerial lo impidió.

El Real tomó la decisión de apartarlo de aquellas funciones después de que el entonces ministro de Cultura, Rodríguez Uribes, hubiera vetado previamente la presencia del tenor madrileño en el Teatro de la Zarzuela, donde un par de meses antes tenía que interpretar al Vidal de Luisa Fernanda. La excusa esgrimida entonces fue seguir al pie de la letra la senda marcada por los teatros de Estados Unidos ante las acusaciones de acoso sexual y abuso de poder con las que Domingo ha tenido que lidiar desde que un grupo de mujeres se prestaran a denunciarlo por ello ante los medios de comunicación.

A partir de entonces, el veto sobre Domingo se ha mantenido en los teatros públicos españoles de manera unánime, y sus únicas actuaciones en este país se han producido en el marco de conciertos organizados por entidades privadas, alguna no exenta de polémica. El pasado verano, la Junta de Extremadura impidió la actuación de la orquesta de esa comunidad en el concierto que el artista ofreció como parte del Festival Stone de Mérida, tras una denuncia de Unidas Podemos que se tuvo en cuenta.

En enero de este mismo año, Domingo ofreció un concierto en el Auditorio Nacional madrileño, a beneficio de Cáritas y con presencia de la Reina Sofía, que acudió a saludarlo. Y el próximo día 11 cantará en el Festival Starlite marbellí, en un concierto en el que también participarán la soprano Ainhoa Arteta y Marta Sánchez. El Palau de les Arts valenciano, por el contrario, ha eliminado el nombre del artista de su Centro de Perfeccionamiento para jóvenes cantantes.

Alfombra roja en Europa

Mientras Plácido Domingo sigue sin poder actuar en Estados Unidos, y en las principales programaciones líricas de su propio país, su agenda no ha conocido limitaciones, por ejemplo, en Alemania, Austria o Italia, que lo han recibido durante todo este tiempo con los brazos abiertos, prodigándole homenajes y reconocimientos en templos sagrados de este arte como la Scala, el Festival de Salzburgo, la Arena de Verona o el Maggio Musicale Fiorentino, entre otros.

El tenor madrileño volverá a pisar ahora las tablas del Teatro Real el próximo día 17, pero no lo hará ni con una ópera completa ni en el marco de la programación lírica de abono del coliseo de la Plaza de Oriente. El propio cantante reflejó su malestar cuando, al darse a conocer la programación prevista para este año, comprobó con sorpresa que su nombre no figuraba ni en el Nabucco, cuyas funciones comienzan el próximo martes (algo que parecía muy posible), ni en ninguno de los otros títulos previstos. Muy contrariado, Domingo declaró haber «tomado nota» de lo que él consideraba a todas luces como un desaire del principal recinto operístico de su ciudad.

Aquel desencuentro se ha solucionado, a medias. Domingo regresará al Real en un par de semanas como parte de la programación del Universal Music Festival, que se desarrolla en dicho escenario. Lo hará, eso sí, junto a la orquesta titular del propio teatro y en compañía de una de las sopranos más aclamadas de la actualidad, Sonia Yoncheva, para interpretar juntos un programa con selecciones de óperas de Verdi, Giordano y Massenet, entre otros. Para clausurar la cita se ha incluido el dúo entre Germont y Violetta del segundo acto de La Traviata, que de este modo, en forma solo episódica, podrá cantar, ahora sí, casi como un recuerdo de lo que tuvo que haber sido y no fue hace justamente dos años.

Quizá esta fórmula de volver al Teatro Real pero sin figurar en la programación lírica de abono, de la que forma parte el público más fiel, haya sido la manera de no replicar del todo al veto que aún no ha sido levantado por parte del Gobierno, y de que la relación del tenor con el teatro de su ciudad se pueda normalizar en algún momento futuro (cabe recordar que Domingo ha soplado ya 81 velas). En cualquier caso, en la programación prevista para el periodo 22/23 ese reencuentro por la puerta grande tampoco está previsto.

Otro regreso: el de Anna Netrebko

Por el Universal Music Festival también pasará, solo una semana más tarde, otra artista vetada en Estados Unidos. El 25 de julio se presentan en el Teatro Real Anna Netrebko y su marido, el tenor Yusif Eyvazov. Netrebko, la cantante más solicitada del mundo lírico, mantiene una agria disputa con el Metropolitan de Nueva York desde que ese teatro anunciara que no permitiría la actuaciones de artistas rusos que no hubieran condenado antes la guerra de Ucrania.

Simpatizante supuestamente del régimen de Putin, la Netrebko amagó primero con una retirada temporal de los escenarios para luego publicar un comunicado en el que condenaba expresamente el conflicto bélico e indicaba que «no era partidaria de ningún dirigente ruso». Para el Met no ha sido suficiente. Apartada primero de la ópera Turandot, esta misma temporada ha sido sustituida del Don Carlo previsto para la siguiente. La soprano ha demandado al Met.

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