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Los estudios confirman que escuchar música puede mejorar la productividad hasta en un 15 %Gtres Online

Las razones por las que la música combate el estrés y potencia la productividad

Escuchar música puede ser no solo una forma de esparcimiento y diversión, sino también una herramienta terapéutica en el manejo de estrés y un potenciador de la productividad

Disfrutar de la música en directo es una de las experiencias más extraordinarias de la vida. En general, la música aporta armonía y regula los sentidos, relaja la ansiedad, mejora el sentido del humor e incluso ayuda a mitigar el dolor. En general, mejora la calidad de vida, estimula el aprendizaje, la comunicación y la expresión corporal y emocional.

Desde hace años se estudia la aplicación terapéutica de la música, y hoy en día se aplica incluso en procesos clínicos. Múltiples estudios refuerzan la idea de que la música adecuada ayuda en diferentes aspectos de la vida, que se generan por la profunda estimulación a nivel cerebral que provoca cada una de las ondas musicales.

Favorece la relajación

La música nos permite relajarnos a través de un proceso físico por el cual vibraciones de diferente origen se ajustan hasta lograr un mismo ritmo. Nuestro ritmo cardiaco puede, a través de la música, lograr valores normales (de 60 a 80 latidos por minuto) y una respuesta de relajación que disminuye la presión arterial.

Mejora el entrenamiento

Está demostrado que entrenar con música mejora el rendimiento hasta en un 15 %. Además, permite focalizarse en lo bueno y desviar la mente de pensamientos negativos, así como disminuir la fatiga. La música ya está presente en gimnasios, hay playlists específicas para cada tipo de entrenamiento e incluso cascos considerados equipamiento deportivo.

«Ayuda a mantener un ritmo continuo, ya que el ejercicio se amolda al compás que mantiene cada tema. La música y sus elementos ayudan a que focalices tu energía en la actividad física y a que la mantengas durante más tiempo», afirma Mamen Vercet, musicoterapeuta en Tamborets de Carabassa.

Combate el estrés

Cuando alguien escucha su música favorita, la cortisona (la hormona relacionada con la ansiedad) se reduce y la mente libera las tensiones acumuladas. Al contrario de lo que cree la gente, en momentos de mucho estrés es mejor escuchar música movida, porque conecta más con el estado de ánimo.

La experiencia de la música en directo es una de las más increíbles, también a nivel emocional. Las buenas sensaciones se experimentan especialmente si cantamos en voz alta: la respiración se vuelve más profunda y lenta y hay una mayor actividad muscular, por lo que aumenta la relajación.

Estimula la concentración

La música de tempo lento promueve un estado de calma, de meditación. Suelen activar áreas del cerebro que son claves para potenciar los aprendizajes cognitivos, afectivos y motores, ayudando a mantener la productividad a lo largo de toda la jornada laboral. Mucha gente estudia con música clásica, otros con bandas sonoras…

Favorece el sueño

Para luchar contra el insomnio recomiendan escuchar música antes de dormir: música relajante después de cenar para que cuerpo y mente se vayan preparando para descansar. Seguir en la cama con los ojos cerrados y esa música puede ayudar a conciliar el sueño antes. En muchas ocasiones, tener la radio a un volumen casi mínimo ayuda a dormir.

Una emoción según el tipo de ritmo

No todos los ritmos son aconsejables para relajarse debido al tempo; es decir, la velocidad con que se ejecuta una pieza musical. Como el tempo determina la duración de cada nota musical, para la relajación es ideal que la música tenga un tempo de 60 a 80 golpes por minuto (60-80 BPM), igual que el ritmo cardiaco normal.

  • Rap: 90-110 BPM
  • Hip Hop: 80-100 BPM
  • Reggae: 90-120 BPM
  • Cumbia : 90-110 BPM
  • Reggaetón: 100-120 BPM
  • Pop/rock/ Dance: 120-140 BPM
  • Rock metálico/ Punk 140-190 BPM