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Los miembros de Pink Floyd en una imagen oficial de 1980Pink Floyd Official Site

La hipocresía de Pink Floyd: de cantar contra el capitalismo a vender sus canciones por 500 millones

El acuerdo con el fondo de inversión Blackstone a través de la compañía Hipgnosis vuelve a poner en el punto de mira del mercado los catálogos musicales

«Money, it's a crime. Share it fairly, but don't take a slice of my pie. Money, so they say, is the root of all evil today», cantaba Pink Floyd en la canción Money, grabada en 1973. En su ataque al capitalismo, la banda de rock británica criminalizaba el dinero, contraponía la idea de «compartirlo de manera justa» a la de la propiedad privada y lo culpaba de ser el origen de todos los males.

Cuatro años después de aquella canción –que no es la única en la que reflejan su desdén hacia los billetes– la banda anunciaba su separación, fruto de las desavenencias entre Roger Waters y el resto de la banda. Y 40 años después, parece que los ex miembros han conseguido ponerse de acuerdo al menos para una cosa: vender sus canciones.

El catálogo completo del legendario grupo de rock psicodélico, conocido por álbumes como Dark Side of the Moon y The Wall, está a la venta por una cifra cercana a los 500 millones de euros. El lote incluiría todo el repertorio de canciones, los masters de las grabaciones y la posibilidad de explotar la imagen de Pink Floyd en productos de merchandising. La noticia ha corrido como la pólvora en los círculos financieros, y ha sido corroborada por Bloomberg y el Financial Times.

Pujas entre fondos de inversión y sellos

El grupo estadounidense de capital privado Blackstone está compitiendo para comprar todo el catálogo musical de la banda roquera, una gran puja por los derechos musicales que podría alcanzar los 500 millones de euros.

El grupo de compra cerraría el trato a través de Hipgnosis Song Management, la compañía fundada por el ex gerente de Elton John, Merck Mercuriadis. Blackstone posee una participación mayoritaria en Hipgnosis, lo que favorece que la puja se incline a favor de este fondo. Mercuriadis ha sacudido el mercado de los catálogos de música con la compra de más 70.000 canciones por valor de 2.000 millones de euros.

Pero no sólo las grandes corporaciones de inversión tienen interés en adquirir los derechos de la banda, uno de los grupos más vendidos de todos los tiempos: su catálogo está también en el punto de mira de sellos como Sony Music, Warner Music, BMG respaldado por KKR y Primary Wave, financiado por Oaktree, que se ha convertido en los últimos tiempos en el gigante en cuando a gestión de derechos musicales se refiere.

Blackstone creó Hipgnosis Songs Capital, un fondo de miles de millones de dólares, después de comprar HSM el año pasado. HSC ha invertido más de 341 millones en catálogos anteriores de artistas como Leonard Cohen, Justin Timberlake, Nile Rodgers, Nelly Furtado y el cantante de country Kenny Chesney.

Un negocio millonario

Pink Floyd se suma a una larga lista de artistas y bandas que buscan una jubilación de lujo a través de la venta de derechos. Artistas como Bruce Springsteen (que se los vendió a Sony Music Entertainment por 500 millones de dólares), Bob Dylan (a quien Universal pagó 300 millones), Sting (también a Universal, por 250 millones) o Neil Young (que los vendió precisamente a Hipgnosis por 122 millones) han vendido sus cancioneros a compañías de música y firmas de capital privado, que buscan hueco en el mercado en busca de rendimientos constantes durante el largo período de bajas tasas de interés.