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La portada del álbum de Rigoberta Bandini, 'La emperatriz'

Rigoberta Bandini anuncia disco: 'La emperatriz' tiene tarot, referencias milenial, autoparodia... y un pecho

La cantante se erige como una «diosa napoleónica» rodeada de ángeles y símbolos: de Curro de la Expo 92 al dibujo de Caillou o un paquete de Marlboro

El 7 de octubre es un día importante para los fans de Rigoberta Bandini. Después de su recorrido en el Benidorm Fest para intentar ser la representante de España en Eurovisión –que finalmente ganó Chanel– y después de lanzar durante el año grandes himnos pop, desde Julio Iglesias a Así bailaba, el primer disco de la cantante catalana, La emperatriz, verá la luz el 7 de octubre. Lo ha anunciado en sus redes sociales, donde ha compartido la primera imagen de este trabajo y algunos datos de su tracklist.

El lanzamiento del disco pone de relieve las nuevas normas de la industria musical: en lugar de convertirse en el inicio de una gira, el álbum llega como colofón a una era de conciertos, himnos y bailes. De hecho, el 14 de octubre Rigoberta Bandini dará el primero de sus dos grandes finales a su era debut con el concierto del Wizink Center en Madrid, y la despedida del tour será el 24 de noviembre en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Ella puede permitírselo, porque los singles van antes de cualquier otra acción: no es un problema que el disco se lance una semana antes del cierre de gira, porque todos corean ya sus canciones.

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«A ver, a ver, el 7 de octubre sale a la luz algo así como mi primer disco: ¡LA EMPERATRIZ! Gran parte de las canciones que lo conforman ya son vuestras, otras inéditas lo completan. Gracias por estar ahí, ¡os quiero mucho!», escribe la artista, que protagoniza la portada del álbum.

Las referencias de Rigoberta

Rigoberta Bandini ha escogido una portada que recuerda ligeramente a la de El Mal Querer de Rosalía, con ella misma como protagonista central de la composición. Rosalía también aparecía triunfal entre nubes, coronada de manera virginal. En el caso de Rigoberta, con una pintura de Pedro de Madrazo sobre fotografía de Pedro Márnez y dirección creativa de Borja Pakrolsky para Amigos Solutions, se ha representado no como una Virgen, sino como una emperatriz.

La figura de Rigoberta aparece con un manto rojo, que recuerda a tres pinturas: Júpiter y Thetis y Napoleón, de Ingres, y Dios padre, de Jan Van Eyck. En lugar de sostener un cetro o un báculo, la cantante sujeta una especie de red de pesca, como la que utilizan los artistas callejeros para hacer grandes pompas de jabón en las calles, una posible referencia a la importancia del juego (recordemos la canción Así bailaba, propia de la infancia de la artista) pero también cierta reivindicación social sobre el arte callejero.

Los cuadros 'Napoleón' y 'Júpiter y Thétis', de Ingres, y 'Dios padre', de Jan Van EyckMontaje de Paula Andrade

Aparecen a su alrededor un total de ocho ángeles: uno de ellos es Caillou, el dibujo animado al que Rigoberta Bandini puso voz cuando comenzó su carrera como actriz de doblaje. El bebé que aparece en primer plano representa a su hijo Nico, que tuvo junto al cómico Esteban Navarro. Enfrentado a este hay también un perro con alas, en referencia a la canción Perra.

Algunos de los ángeles sostienen letreros: uno reza Too many drugs, una de las canciones más exitosas de la catalana: un tema que habla de recuperar el espíritu frente al uso de anestésicos en la vida. Otro sujeta un corazón 'contento' y otro, las iniciales de la cantante, «R B». Por último, un paquete de Marlboro sobrevuela la escena, en una especia de herejía respecto a la paloma que representaría al Espíritu Santo en una composición artística así.

Sacrificio por amor

Rigoberta Bandini, que ha cantado ampliamente sobre la entrega que supone la maternidad, aparece con un pecho descubierto «al puro estilo Delacrix», también en honor al himno Ay mamá con el que casi va a Eurovisión, y como reivindicación del cuidado de los hijos. Aparece con un manto rojo, que en la simbología católica ha sido ampliamente utilizado por los iconógrafos en los mantos y túnicas de Cristo y los mártires: simboliza la sangre del sacrificio, así como también al amor, pues el amor es la causa principal del sacrificio. Al contrario del blanco que simboliza lo intangible, el rojo es un color netamente humano.

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Sobre su larga cabellera hay una gorra, propia del atuendo milenial, pero en su caso lleva el dibujo de Curro, la mascota oficial de la Exposición Universal de Sevilla 1992, algo que supuso un hito para la generación de la artista y cuyas referencias vuelven ahora teñidas de nostalgia.

Por último, tanto el nombre del disco como su propia postura y posición hacen referencia a una figura del tarot, La Emperatriz, que de hecho ya apareció como referencia en el single Ay Mamá. «Para mí esta canción trasciende la maternidad y habla de nuestro poder como mujeres. Algunas mujeres creamos vida con nuestros cuerpos, otras no, pero de alguna manera todas somos una. La carta de la emperatriz en el tarot de Marsella me transmite ese poder, por eso la he elegido como portada para esta canción», explicó entonces Paula Ribó. Ahora, ha hecho de ella un icono, convirtiéndola en portada de su disco.