Blur contra Oasis, la rivalidad musical de los noventa que los Gallagher convirtieron en callejera

Hace mucho tiempo que no se sabe nada de Oasis. Y mucho menos de Blur. Los primeros terminaron su complicada relación familiar y profesional definitivamente en 2009, y los segundos no han dejado de reunirse esporádicamente, sin confirmación oficial de separación. En 2019 realizaron su último concierto y está previsto que en 2023 vuelvan a reunirse una penúltima vez más, haciendo honor a su nombre, algo borroso, una suerte de niebla que se evapora, sin terminar de desaparecer: Blur.

El britpop quizá alcanzó su momento más alto de popularidad con la reyerta en la que terminó por convertirse una rivalidad musical que en realidad no era tanto. El britpop fue mucho más que Oasis y Blur, y Blur era mucho menos britpop, exceptuando su primer disco, que otras bandas como Pulp y el cantante brit por antonomasia, en el sentido más clásico de la palabra: Jarvis Cocker.

'Country House' y 'Roll with It'

Puede que lo contrario al elegante Cocker, autor de una joya brit (unas cuantas) como Common People, haya sido siempre Liam Gallagher, mayormente un provocador irascible situado circunstancialmente por el destino (y por su hermano Noel, compositor de todos los temas de la banda) como vocalista de Oasis, el grupo que, entre otros hitos, reunió a 250.000 personas dos días consecutivos en el parque de Knebworth.

Blur nunca reunió a tanta gente en Knebworth ni en ninguna otra parte. Tampoco vendieron tantos discos como Oasis, pero la crítica siempre los consideró en buena medida superiores, quizá porque se salieron de un britpop claustrofóbico, al que tampoco pertenecían esencialmente sus rivales, para experimentar más allá de su propia unión, como en el proyecto de su líder con Gorillaz, la primera banda animada de la historia.

El britpop llegó para sustituir al grunge, que acabó definitivamente enterrado el verano de 1995 cuando Damon Albarn, según contó su compañero, el guitarrista Graham Coxon, en el documental No Distance Left to Run, decidió publicar el sencillo Country House el mismo día que Oasis sacaba Roll with It. A partir de entonces los hermanos Gallagher (sobre todo Liam) no dejaron de provocar a Blur y a Albarn más allá de la escena.

La «pelea» ya había empezado y, como sucede en la calle con los espectadores que rodean la lucha ajena, los medios se excitaron jaleando un lío que no era más que la incapacidad de Liam de controlarse, como aquel día en los premios de New Musical Express (la revista que promocionó el combate «boxístico» en su famosa portada), cuando intentó meter el dedo de su Brat en la nariz de Albarn. «Te lo diré en tu cara, tu banda es una mierda. No voy a hacer una foto contigo», le espetó a continuación.

El líder de Blur, inocente causante de la persecución de los de Manchester, llegó a decir que «Oasis eran como los matones que tenía que soportar en la escuela. Te daban la impresión de que tenían más experiencia peleando que tú». Y no parecía mentir. Pero toda aquella espuma acabó por bajar inevitablemente.

Tras acabarse los mejores días de las dos bandas, Damon Albarn y Noel Gallagher dejaron de recordar por qué tenían que pelearse y se hicieron amigos después de que nadie ya, ni siquiera Liam, gritara: «¡Pelea, pelea!». En 2015 cantaron juntos canciones de Gorillaz en el homenaje a Paul Simon, y tanto le gustó a Noel la experiencia que grabó una canción, We Got the Power, con la banda de Londres.

Fue antes, en 2013, cuando tocaron juntos en un concierto benéfico en el Royal Albert Hall y el enfrentamiento se convirtió en una amistad a la que no se unió, por supuesto, Liam, aún metido en las viejas pendencias, ya casi como si fuera un viejo Tebaldo Capuleto incapaz de salir de su obsesión.