¿Cuáles son las causas del precio desorbitado de las entradas de los conciertos?
La inflación, el streaming y la guerra en Ucrania se encuentran entre ellas, pero hay más razones
La salida de las entradas de la nueva gira de Alejandro Sanz es otro ejemplo que ha puesto de manifiesto el problema del elevado precio de los conciertos: 88 euros es el precio mínimo por el que puedes encontrar un boleto en España y de 240 dólares en México.
El precio de la música en todos sus ámbitos se ha encarecido bastante este año, una subida que se puede achacar a los tiempos convulsos que estamos viviendo. La guerra en Ucrania ha producido una crisis energética y logística que ha incrementado el precio de todo y la industria musical no ha sido una excepción. En ese aspecto, la cultura ha evitado el golpe de la inflación con una subida mínima que no ha llegado al 4 %, una cifra que sí ha hecho mella en los Índices de Productos de Consumo en general.
Sin embargo, los conciertos sí que han sufrido una subida importante en los precios. Además de la inflación, la crisis y el conflicto ruso-ucraniano cuentan con otro factor individual que lo ha afectado en particular: el streaming. La música en streaming se ha convertido en la principal fuente a la hora de escuchar música: un 68 % de los oyentes escuchan música a través de plataformas online. Una nueva manera de disfrutar la música que afecta directamente a los ingresos musicales. De este modo, los precios de las ventas musicales disminuyen provocando el aumento de las entradas de los conciertos, la principal fuente de ingresos de los músicos en la actualidad.
Una subida de un 19 % más desde 2019
Son los artistas musicales quienes fijan el precio de los tickets, que se han visto obligados a elevar su valor para no producir pérdidas, aunque en algunos casos se hayan puesto precios desorbitados: en algunos casos se supera la cifra de 2.0000 €, como el concierto que va a ofrecer Metallica, o los 5.000 € del concierto que ya dio Bruce Springsteen. El precio de las entradas ha ido aumentando paulatinamente en estos últimos 20 años, pero ha sido en 2019 cuando más se han disparado con un aumento del 19 %.
Estos dos años sin conciertos también han podido suponer un aumento de en la demanda, algo que están aprovechando los artistas musicales para el desgrado de los fans. La entrada promedio cuesta unos 20 euros más que hace 10 años. Si la inflación continúa creciendo, la primera víctima de las subidas de precios serán los festivales y los conciertos que son los que mayor público tienen.