El arte ha estado ligado históricamente a otras disciplinas: se han alimentado entre sí, han bebido la una de la otra, complementándose siempre y dando lugar a resultados hipnóticos. Esta simbiosis ha sido muy fructífera en el mundo del la música y la fotografía: los retratos de grandes artistas han dado la vuelta al mundo, lanzando al estrellato la carrera de artistas como Miles Davis, David Bowie, Bob Dylan o Nina Simone.