De Rosalía a Kendrick Lamar o Bad Bunny: estos son los mejores discos de 2022
Ha sido uno de los mejores años de la década en cuanto a música, con el triunfo de lo 'latino' a lo largo y ancho del mundo y algunos de los regresos más esperados al formato álbum
El éxtasis de la música dance de Beyoncé, el último éxito mundial de Bad Bunny, los trasnoches de Taylor Swift, el ciclo de canciones de Harry Styles y la clase magistral (en todos los sentidos) de Rosalía son sólo algunas de las maravillas que ha dejado un 2022 cargado de música: un año estelar por variedad, intensidad y calidad.
10. 'The Boy Named If', de Elvis Costello & the Imposters
El trabajo de Elvis Costello ha sido estable y creciente en las dos últimas décadas, pero quizá The Boy Named If ha conseguido reconectar con el sonido original y la energía de This Year's Model, uno de los mejores álbumes de finales de los 90. El teclista de The Imposters, Steve Nieve, ha desempolvado el sonido del órgano Vox que empleaba a finales de los 70 y Pete Thomas se ha puesto manos a la obra para recuperar unas raíces que siempre han estado latentes en su trabajo. Sonido preciso, arreglos extraordinarios con la emoción del pasado. En las letras, historias cortas y literarias sobre la infancia y aventuras de Costello, cantadas con la pasión y la vivacidad enérgica de siempre: la valentía de la juventud unida a una experiencia acumulada durante décadas.
9. 'Big Time', de Angel Olsen
Los álbumes de Olsen, con un mal humor latente pero muy artístico, siempre han sido apreciados por su aplastante intensidad y su grandiosidad expansiva. Big Time añade una nueva calidez: costumbrismo mezclado con una luz que atraviesa su cinismo. Junto con una producción que evoca el country de los 70 y unas interpretaciones vocales espaciosas que recuerdan a grandes como Donna Fargo y Sammi Smith, el álbum es una auténtica una revelación, donde destaca su gran generosidad emocional sin dejarse nada de sí por dar: ni lo más luminoso ni lo más sombrío.
8. 'Renaissance', de Beyoncé
El asombroso regreso en solitario de Beyoncé con su «disco disco» Renaissance ha sido quizá el acontecimiento musical del año. Llegó en un momento en que la aclamación universal de la crítica por su trabajo se aliaba con un gran número uno en solitario con el arrebatador y triunfante piano house de Break My Soul. El álbum celebra el universo negro en todas sus facetas, algo que Beyoncé construye gracias a docenas de voces y sonidos sampleados, colaboraciones con artistas de la talla de Grace Jones y ecos de estilos de club del pasado y del presente. Como es habitual en ella, el álbum contiene suficientes tótems como para alimentar un millón de reflexiones y disertaciones. Pero también es posible simplemente bailar y vibrar con la música, que quizá es su único objetivo (y por eso no avanza en nuestra lista).
7. 'Harry's House', de Harry Styles
Este año el ex miembro de One Direction ha despegado en todos los sentidos: en lo interpretativo y, sobre todo, en lo musical. Ya había roto barreras con Fine Line, pero decidió empezar de cero y crear un ciclo de canciones emocionantes, vibrantes y con una búsqueda nostálgica detrás: Harry Styles está en búsqueda de su casa, Harry's house. Porque «ya no es lo mismo que era antes», canta en As it was, el monumento íntimo y personal convertido en éxito universal: esta canción tardó seis meses en salir de los cinco primeros puestos. Sin embargo, tiene el mismo corazón palpitante que Matilda, una poderosa balada de guitarra sobre cómo un amigo supera un trauma familiar. Hay pop urbano venido de Japón en Music for a Sushi Restaurant, hay disco en Satellite y hay melodías hippies en Grapejuice. Todo el mundo encuentra su hogar en las cuerdas vocales de Harry.
6. 'Midnights', de Taylor Swift
Hemos dicho adiós (con pena) a la era de Folklore, al periodo en el que Evermore nos acunaba en el llanto. Las medianoches de Taylor Swift han salido de los bosques para encerrarse en una habitación, la suya, en la que le canta una oda al insomnio, a esas noches en blanco en las que las musas la visitan y conecta el sintetizador para componer temas como Maroon o Question...?. Hay ecos de Fleetwood Mac en este Midnights, y algunos se preguntan cómo se marida el «bedroom pop» con el «stadium rock». Ella lo consigue: logra que entremos en su habitación y, a la vez, que nos unamos en comunión con cientos de millones de personas. Tras un par de discos acústicos, este álbum regresa a la música pop impregnada de sintetizadores y ritmos programados, no de instrumentos acústicos y guitarras de cuerdas agudas. Porque al fin y al cabo, puede que ella sea la mejor compositora pop de este siglo.
5. 'Hold on Baby', de King Princess
Quizá en España no se ha oído hablar demasiado de King Princess, pero Mikaela Strauss ha creado un álbum que supone una odisea de derrumbamientos y alzamientos emocionales, con letras introspectivas y estribillos que son para siempre. Su álbum debut, Cheap Queen, lanzado en 2019 (cuando ella sumaba 20 años), anticipaba ya un talento arrollador, cuya magnitud se refleja ahora en temas como Cursed o Too Bad. Para conocerla en profundidad, su Tiny Desk permite verla brillar con su sentido del humor socarrón y desenfadado. Una mezcla de amor y lujuria con divertidos toques de autodesprecio.
4. 'Un verano sin ti', de Bad Bunny
Discutido, puesto en entredicho, desechado e ignorado por muchos. Pero Benito se ha ganado a pulso estar en lo más alto del podio, aunque sea sólo por haber situado la música en español en el mapa mundial. La soleada oda de Bad Bunny a los veranos puertorriqueños es el proyecto más despreocupado de la superestrella hasta la fecha, pero eso no le ha impedido batir récord tras récord: el LP se convirtió en el álbum más reproducido en Spotify cuando salió por primera vez, pasó más tiempo en el número uno del Billboard 200 que cualquier otro álbum de este año e hizo historia como el primer álbum en español nominado a Álbum del Año en los Grammy. Canciones como Titi Me Preguntó definieron 2022, mientras que otros golpes de brillantez, como Ojitos Lindos o la electrolatina Otro Atardecer han encumbrado a Bad Bunny a lo más alto de la música mundial.
3. 'Dance Fever', de Florence + The Machine
Ha pasado desapercibido en los grandes recopilatorios del año, pero no para los fieles miembros del «Florence cult». El pandémico álbum de Florence Welch vuelve su intensidad hacia el interior, interrogando su relación con la interpretación y la imagen pública. Estas son sus letras más personales y conmovedoras, que se mezclan en una «fiebre danzarina» que nos eleva en su Choreomania (la locura medieval que hacía a la gente bailar hasta la muerte, y que fue el punto de arranque de este disco), nos hace vibrar con su Free (un canto a la libertad que le aporta la música frente a la esclavitud de la ansiedad, rodado por cierto en Kiev como apoyo contra Rusia) o nos hace replantearnos los roles en King. Ella concibió este quinto álbum como una «fábula de 'ten cuidado con lo que deseas'»: a medida que leía más sobre el baile que se extendía como una enfermedad pensaba en cómo sería dejar de actuar por completo. Pero Florence avanza así: haciéndose preguntas sobre la vida y la muerte, y maravillándose de su capacidad para salir adelante siempre, en cualquier circunstancia.
2. 'Mr. Morale and the Big Steppers', de Kendrick Lamar
Ganador de trece Grammy y un Pulitzer, haciendo historia en este último como el primer rapero en recibirlo dentro de la categoría musical, Kendrick Lamar es considerado como el rapero más importante de su generación. Pero es mucho más que eso. Dinámico, provocador, religioso, original, capaz de escribir poesía y de barrer las barreras de lo políticamente correcto, con su primer disco en cinco años se cae de su podio moral (Mr. Morale es un gran título) para explorar un futuro lleno de familia, terapia y sentido de sí mismo. No se centra en el pasado. Y a juzgar por las entradas agotadas en su gira mundial, hay millones de personas dispuestas a acompañarle en este viaje hacia delante.
1. 'Motomami', de Rosalía
Una española encabeza esta lista y la de las más importantes del mundo: Rosalía se ha convertido en una artista total, traspasando fronteras desde su Baix Llobregat natal hasta lugares insospechados. Ha mezclado géneros, ha desafiado métricas y melodías y ha innovado en sonidos y formas, provocando discusiones sobre género, raza y cultura en la música en español. Con el políglota Motomami, se ha convertido en una orgullosa globalista del pop, haciendo alarde de su devoción por Kate Bush, M.I.A. y Camarón de la Isla a partes iguales. En este álbum hay dembow, bachata, bolero, reguetón, salsa y, por supuesto, flamenco, además de cameos de James Blake, Tokischa y The Weeknd. Su gira mundial ha generado expectación y levantado y aireado el polvo del rancio crítico musical convirtiéndola en historia. Motomami también es una oda al humor socarrón de Rosalía, a su voz dulcemente potente y su escandaloso radar de ritmos. Fusiona, excita y rompe moldes. Inigualable.