Nick Cave, sobre una canción 'suya' hecha con inteligencia artificial: «Es una mierda, una burla grotesca de lo que es ser humano»
El músico australiano aprovechó su newsletter para dar a conocer su postura sobre el uso de esta tecnología a la hora de la composición, después de que un fan le pidiera a un chatbot que escribiera «una canción al estilo Nick Cave»
La inteligencia artificial está llegando a casi todos lo ámbitos de la vida. Y uno de ellos, quizá en el que más alboroto está suscitando debido a las implicaciones que conlleva, es el artístico. Las preguntas se suceden interminables: ¿es arte si no hay una conciencia que se exprese? ¿Puede la IA estudiar patrones y realizar obras prácticamente indiferenciables de la original? ¿Es un poema hecho por un algoritmo realmente un poema?
La polémica ha llegado también a la música. Uno de los fans de Nick Cave decidió consultarle su opinión sobre un experimento al que había sometido al chatbot ChatGPT, un prototipo que se especializa en el diálogo y al que se le puede pedir «cualquier cosa»: en esta ocasión, el seguidor del australiano confiesa haberle pedido «que escribiera una canción al estilo Nick Cave», según el propio artista relata en la nueva entrega de su newsletter, The Red Hand Files.
En su contestación, Nick Cave es contundente: le dice al usuario, llamado Mark, que la letra le parece «una mierda» y aseguró que se trata de «una grotesca burla de lo que es ser humano».
Letra completa
In the depths of the night, I hear a call
A voice that echoes, through the hall
It’s a siren’s song, that pulls me in
Takes me to a place, where I can’t begin
Chorus:
I am the sinner, I am the saint
I am the darkness, I am the light
I am the hunter, I am the prey
I am the devil, I am the savior
Verse 2:
I walk the streets, with my head held high
I’ve got my demons, but I’ll make them fly
I’ll dance with the devil, and I’ll play his game
I’ll be the one, to call his name
Chorus:
I am the sinner, I am the saint
I am the darkness, I am the light
I am the hunter, I am the prey
I am the devil, I am the savior
Bridge:
I’ve got the blood of angels, on my hands
I’ve got the fire of hell, in my eyes
I’m the king of the abyss, I’m the ruler of the dark
I’m the one that they fear, in the shadows they hark
Chorus:
I am the sinner, I am the saint
I am the darkness, I am the light
I am the hunter, I am the prey
I am the devil, I am the savior
Outro:
So come with me, to the edge of the night
Where the darkness and the light collide
We’ll walk the line, between the good and the bad
And we’ll see, who comes out on top in the end.
«Entiendo que ChatGPT está en su infancia [se lanzó el pasado noviembre], pero tal vez ese sea el horror emergente de la IA: que siempre estará en su infancia, ya que siempre tendrá que avanzar más, y la dirección siempre es hacia adelante, siempre más rápida. Nunca puede revertirse o ralentizarse, ya que nos mueve hacia un futuro utópico, tal vez, o hacia nuestra destrucción total. ¿Quién puede decir cuál? Sin embargo, a juzgar por esta canción ‘al estilo de Nick Cave’, no tiene buena pinta, Mark. El apocalipsis está en camino. Esta canción apesta», remarca el líder de la banda Bad Seeds en su carta.
Y continúa: «Lo que ChatGPT es, en este caso, es la réplica como parodia. ChatGPT puede escribir un discurso, un ensayo, un sermón o una necrológica, pero no puede crear una canción auténtica. Quizá con el tiempo pueda crear una canción que, en apariencia, no se distinga de la original, pero siempre será una réplica, una especie de burlesque».
Las canciones surgen del sufrimiento, es decir, se basan en la compleja e interna lucha humana de la creación
«Las canciones surgen del sufrimiento, es decir, se basan en la compleja e interna lucha humana de la creación y, bueno, que yo sepa, los algoritmos no sienten. Los datos no sufren. ChatGPT no tiene un ser interior, no ha estado en ninguna parte, no ha soportado nada, no ha tenido la audacia de ir más allá de sus limitaciones, y por lo tanto no tiene la capacidad de una experiencia trascendente compartida, ya que no tiene limitaciones que trascender», continúa la newsletter, en la que Nick Cave es absolutamente demodelor respecto a la inteligencia artificial.
El sufrimiento, en el centro de la creación
«El melancólico papel de ChatGPT es que está destinado a imitar y nunca podrá tener una auténtica experiencia humana, por muy devaluada e intrascendente que pueda llegar a ser con el tiempo la experiencia humana», continúa el cantante, que pasa a explicar qué supone para él volcar todo su sufrimiento, todo su dolor y todas sus preguntas en una nueva canción.
«Lo que hace grande a una gran canción no es su gran parecido con una obra reconocible. Escribir una buena canción no es mimetismo, réplica o pastiche, sino todo lo contrario. Es un acto de suicidio que destruye todo lo que uno se ha esforzado por producir en el pasado. Son esas peligrosas y desgarradoras salidas que catapultan al artista más allá de los límites de lo que reconoce como su yo conocido. Esto forma parte de la auténtica lucha creativa que precede a la invención de una letra única de valor real; es la confrontación sin aliento con la propia vulnerabilidad, el propio peligro, la propia pequeñez, enfrentados a una sensación de descubrimiento súbito impactante; es el acto artístico redentor que conmueve el corazón del oyente, donde el oyente reconoce en el funcionamiento interno de la canción su propia sangre, su propia lucha, su propio sufrimiento».
«Esto es lo que los humildes humanos podemos ofrecer, que la IA sólo puede imitar, el viaje trascendente del artista que siempre lidia con sus propios defectos. Ahí es donde reside el genio humano, profundamente arraigado dentro de esas limitaciones, pero superándolas», describe, poéticamente. Y finalmente cierra: Y cerró: «Puede parecer que me estoy tomando todo esto demasiado personalmente, pero soy un compositor que está comprometido, en este mismo momento, en el proceso de composición de canciones. Es un asunto de sangre y agallas, aquí en mi escritorio, que requiere algo de mí para iniciar la idea nueva y fresca. Requiere mi humanidad».
ChatGPT es «el fuego del infierno»
Finalmente, se despide de su interlocutor, el neozelandés que le sugirió que valorase la canción antes de saber la que se le venía encima: «Mark, gracias por la canción, pero con todo el amor y respeto del mundo, esta canción es una mierda, una burla grotesca de lo que es ser humano, y, bueno, no me gusta mucho... Aunque, ¡espera!, releyéndola, hay una línea ahí que me dice algo... 'Tengo el fuego del infierno en mis ojos', dice la canción 'en el estilo de Nick Cave', y eso es algo cierto. Tengo el fuego del infierno en mis ojos: y es ChatGPT. Con amor, Nick».