Se desata la guerra en Pink Floyd con insultos como «ladrón», «hipócrita», o «apologista de Putin»

Alguien dijo que la fecha de caducidad de una banda de rock son los diez años. Que a partir de ahí todo se empieza a torcer y que no hay solución. Un ejemplo de esto son los mismísimos Beatles, pero también hay rotundas excepciones como Los Rolling Stones o U2. Es cierto que hay grupos a los que favorece su desintegración paulatina. Una desmembración en el tiempo que no impide la supervivencia del grupo, aunque sean pocos, a veces solo uno, los fundadores que continúan.

En el caso de Pink Floyd son casi 40 años de desavenencias desde que Roger Waters declaró disuelta la banda por diferencias irreconciliables con el desacuerdo de David Gilmour y Nick Mason. Estos dos siguieron con el grupo y Waters les demandó y perdió, aunque conservó algunas «propiedades» intelectuales y artísticas, como lo relativo al espectáculo de The Wall. Richard Wright, otro de sus miembros originales, también se había separado, pero volvió poco después.

Casi un cuarto de siglo después Roger Waters volvió a actuar con el grupo en el Live 8, la reedición del famoso Live Aid de 1985 organizado por Bob Geldof. Fue una excepción porque después continuaron los problemas. Ni Waters quería actuar con Gilmour, ni sobre todo Gilmour quería actuar con Waters, de actualidad por sus opiniones políticas favorables a Putin y contrarias a Occidente. Pese a la situación se volvieron a reunir esporádicamente para conciertos benéficos durante los primeros años 2000.

Ahora, en la década de los 20, se han desatado públicamente las hostilidades que durante décadas se mantuvieron en una especie de guerra fría que ya no lo es. La esposa de Gilmour, Polly Samson, quien fue letrista de la banda en sus últimos años, se ha dirigido en Twitter a Waters en los siguientes términos: «Tristemente @rogerwaters eres antisemita hasta tu esencia podrida. También eres un apologista de Putin y un mentiroso, ladrón, hipócrita, evasor de impuestos, simulador de cantante, misógino, enfermo de envidia, megalómano. Basta de tonterías».

Una acusación a la que Gilmour, su marido, ha reaccionado con una sucinta, pero contundente respuesta: «Cada palabra es demostrablemente cierta». Waters ha respondido a todo en tercera persona desde su cuenta, con evidentes recomendaciones legales: «Roger Waters es consciente de lo incendiario y de lo salvajemente inapropiado de los comentarios hechos sobre él en Twitter por Polly Samson, los cuales refuta en su totalidad. Él está actualmente recibiendo asesoramiento para definir su posición».

Una escena que los fans del grupo lamentan, aunque una mayoría ha reaccionado a favor del lado Gilmour/Samson en contra de Roger Waters por sus polémicas opiniones y manifestaciones políticas e ideológicas.