Gran éxito de la Fiesta de la Resurrección: más de 60.000 personas abarrotan Cibeles
El concierto gratuito organizado por la ACdP en el centro de Madrid para celebrar la Resurrección de Jesús congregó a través de la música a decenas de miles de personas y familias
«Que se note que Jesús ha resucitado» dijo Nachter, el presentador de la Fiesta, quien dio la bienvenida a Marius Lekker, el artista/influencer «del humor sano». Un médico que dedica también su tiempo a hacer reír a la gente en «tiempos de decadencia». «No, no», le corrigió Nachter, «no es AC/DC el organizador, ¡es la ACdP!».
El Papa Francisco envió una carta que leyó el maestro de ceremonias. «Canten y caminen», escribió el Pontífice. «Siéntelo, cántalo, este es el arte que amo», rapeaba Grilex, que pedía ruido antes de cantarle a la autoestima. Los brazos de los niños se elevaban al sol en Cibeles.
«Ser testigos del amor de Dios», rezaba el escenario. «Muerte, ¿dónde está tu victoria?». «El que cree en mí, aunque haya muerto vivirá». Hablaba Jesucristo y recitaba Grilex que el amor era su terapia. Igual que apostaba porque el arte dé a conocer a personas que quieren dar luz. Saltaba el público madrileño gritando que no le tenía miedo a la muerte.
«Cristo ha resucitado» «¿Sí o no?», se despidió el joven rapero. «¿Te esperabas que Jesús iba a resucitar?». «En otra época no», le dijo Grilex a Nachter. Hakuna esperaba ya entre bambalinas, ¿las estrellas de la noche? Griterío adolescente. Casi un orfeón cristiano colonizó el escenario. La voz de una joven Natalie Imbruglia española surgió de dentro. Y luego siguió el coro juvenil de iglesia, con batería y amplificadores, las estrellas pop surgidas de una sacristía cantándole a la misericordia.
El grupo numeroso que es comunidad religiosa musical y le habla a la luz y a la Virgen. Un fenómeno alegre que cala, un poco al ritmo de Johnny Cash por un momento. No era el blues de la prisión de Folsom, sino el de los cristianos. Todos. Una canción que llamaba a la comunión de todos, también la de los no cristianos.
Niñas sobre los hombros de sus padres. Una madre subida a una papelera sujetando a sus cuatro hijos enroscados en sus piernas al ritmo de los Hakuna, el movimiento cristiano con grupo, que ya se despedía. El cardenal Carlos Osoro apareció en el escenario para dar las gracias a la ACdP y a Alfonso Bullón de Mendoza, su presidente, por el concierto, y dio la bendición a los presentes, que fue casi la bienvenida de Juan Peña, quien se presentó diciendo sentirse orgulloso de ser andaluz, de Jerez de la Frontera, español y católico.
Fiesta de la Resurrección
Juan Peña hace bailar a Cibeles: «Gracias por llevar la palabra de Jesús con orgullo»
«Se te nota en la mirada que vives enamorada», cantó después de agradecer a la ACdP la organización del concierto como un crooner cristiano y rumbero. Se ocultaba el sol más allá de Gran Vía y se encendían las farolas de Madrid cuando acabó Juan Peña en un animado y coreado recorrido de temas propios y versiones que dieron paso a Andy y Lucas y sus voces y sus melodías reconocibles. «Un día para estar en familia», dijo Andy. Las luces del escenario. Amarillas, rojas sobre la rumba y los coros.
Llamamiento de los gaditanos al respeto hacia las mujeres, y solo flamenco, casi puro, de Lucas que encantó al público. Tras él entraron más en faena, andy&luquismo en ascensión, en resurrección, la voz grave y la voz aguda solapándose hasta Son de Amores, la canción que les «bautizó», a la que siguió: «Tanto la quería», la más coreada de su repertorio de la ya noche.
«Esta-es- la-juventud-del-Papa», gritaba el público. Nachter cantó y percusionó Stand by Me hasta que apareció Carlos Baute, el ¿último? invitado y su «Vitamina» y sus características coreografías. El merengue que ponía a bailar Madrid a ritmo de verano en primavera. El escenario enmarcado por el Palacio de Correos. Con el estribillo «dame besos, dame más» seguía la Fiesta llevada por el cantante venezolano, que cogió la guitarra para cantar «Quien te quiere como yo», a quien «asaltó» su esposa, destinataria de la canción. «No sé qué pasa con este amor», decía Baute casi despidiéndose largamente, caribeñamente.
Acordes de AC/DC, esta vez sí, en la guitarra y la voz de los músicos del artista suramericano. Volvió a la guitarra Baute y amagó con More than Words de Extreme, antes de tocar Colgado en tus manos en medio del griterío y los aplausos. «¡El señor ha resucitado!», dijo Nachter. Salieron todos al escenario y dijo Juan Peña que le iban a cantar a la Virgen: la Salve rociera con todos sus olés, entonada por el cantante jerezano. «Que Dios os bendiga. Gracias ACdP», con esas palabras y hasta el año que viene terminó la Fiesta de la Resurrección.