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Rosalía durante su actuación en el Primavera Sound MadridBelén Montes

Rosalía y el Primavera Sound conquistan la capital entre vítores y bulerías

Finaliza la primera edición del Primavera Sound con más de 222 conciertos y más de 90.000 asistentes

Segunda y última jornada del Primavera Sound Madrid. Con las nubes amenazantes de lluvia y una temperatura elevada -esto en Pamplona es tormenta segura- nos sumergimos de nuevo en el universo de vivir una experiencia única en torno a la música en directo. Los festivales ya no son solo un lugar donde ir, ver un concierto y volverte. Ahora puedes ir, maquillarte de pies a cabeza, ponerte más brillos por el cuerpo que los que podrías encontrar en una zapatería del zoco de Rabat, tumbarte en hamacas flotantes o incluso aprender a fumar con cigarrillos de vapor. Todo esto es lo que puedes hacer mientras, si te apetece, escuchas música. Por suerte, ese no es nuestro caso. Ya vamos adecentadas de casa y simplemente nos disponemos a pedir una cerveza fría y deleitarnos con los grupos que minuciosamente hemos estudiado en el horario que pretendemos cumplir.

A eso de las cuatro y media de la tarde la jornada interminable de conciertos comenzó con unos jóvenes Desert que, como era de esperar, lo dieron todo. Pese a que el público aún estaba entrando en calor, saben que lo de tocar en un macrofestival de la talla del Primavera Sound es una de esas cosas que un artista tiene que anotar en su lista de ‘cosas por hacer mientras pueda vivir como músico’. Una sucesión de grandes nombres han desfilado esta tarde-noche-madrugada por la Ciudad del Rock de Arganda del Rey en la que alrededor de 90.000 asistentes han sido testigos de la grandeza del festival catalán, ahora ya también, madrileño. Sigue estando igual de lejos que ayer, pero eso, como no tiene solución, es un tema aparte. Sendaliza, Villano Antillano, St Vicent -espectacular en todas sus versiones, facetas y estilos-, My Morning Jacket con su rock eterno y la elegancia que siempre han derrochado en directo, los italianos Mäneskin y la mejor electrónica tanto en la Bolier Room, divertidísima y también con Charlotte de Witte.

Los doce escenarios del Primavera Sound Madrid se encuentran cerca unos de otros. Lo que el primer día no fue un problema, sí que ha resultado un poco incómodo en la jornada de hoy, cuando dos de los platos fuertes del cartel: Mäneskin y Tokischa han comenzado sus respectivos conciertos a la misma hora, pero el de los italianos se ha comido por completo el sonido de la dominicana. Aun así, los más imponentes eran los dos escenarios hermanos en los que el sonido no ha defraudado. Ya fue excepcional con Depeche Mode, que dejó el listón por las nubes la jornada del viernes, y este sábado así ha continuado, con nombres como St. Vicent, Calvin Harris, Caroline Polachek o Rosalía. Esta última además se ha coronado como la reina de la primera edición del Primavera Sound -los reyes son sin duda Depeche Mode-. La catalana ha derrochado simpatía, sinceridad, energía, duende... Se ha emocionado en varias ocasiones al recordar a su familia y la soledad del artista. Rosalía tiene una voz prodigiosa y un talento infinito. Es todo un regalo para nosotros que Rosalía sea española y que ella se sienta tan orgullosa de serlo. Y mira por donde, hay algo en lo que mejoró a los Depeche Mode: el zapateao de los ingleses queda lejos de tener la calidad de la catalana. Calidad que regaló durante casi hora y media, tiempo en el que se sucedieron todos sus éxitos. Aunque podríamos haber estado escuchando a Rosalía durante horas -es un concierto que hay que ver al menos una vez en la vida- tocaba cambiar de escenario, de estilo y de ambiente para irse al trap/pop/dancehall/reguetón de Bad Gyal. Otra de las reinas en lo suyo.

Hay un asunto que es de vital importancia recordar, no solo al Primavera Sound sino a todos los festivales en general. Dudo que conozcan realmente lo que supone ser una ‘persona de movilidad reducida’, lo que se esconde detrás de las siglas PMR, pero que de escondidos tienen poco. Están muy presentes y también quieren disfrutar de la música en directo, vamos, lo normal. El pero llega -y es un pero muy grande- cuando las plataformas para que su visibilidad sea ‘decente’ están extremadamente lejos o directamente no existen pese a estar anunciadas en el recinto. Un poco más de empatía no estaría de más.

La segunda y última jornada de la primera edición del Primavera Sound Madrid ha transcurrido con normalidad, con intensidad y con emoción. Todo un buen coctel que pone el broche final a dos días -aunque tenían que haber sido tres- en la Ciudad del Rock que serán difíciles de olvidar. Tanto por los grandes conciertos que hemos tenido la suerte de presenciar, como también, por el largo trayecto de ida y vuelta. ¿Queremos que se repita el Primavera Sound Madrid? Rotundamente sí. Lo del recinto, ya se verá.