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La figura de cera de Harry Styles que se expone en el museo Madame Tussauds de LondresGTRES

La Inteligencia Artificial está enloqueciendo a los fans de Harry Styles: ¿son auténticas las filtraciones?

Los fanáticos del exvocalista de One Direction ya no saben si los supuestos temas inéditos que se venden en internet son auténticos o una versión 3.0 de las estafas de siempre

El mundo de internet y el de los fandoms (nombre que reciben los colectivos de fanáticos) siempre ha estado estrechamente unido. Lugar de encuentro o herramienta de comunicación, la red siempre ha sido un espacio donde estos fandoms interactúan entre ellos. Pero la irrupción de la Inteligencia Artificial está dando muchos quebraderos de cabeza a estos grupos. Su víctima más reciente es el fandom de Harry Styles con la venta de supuestas canciones inéditas o filtraciones del cantante y del grupo One Direction.

El abultado número de canciones a la venta y la calidad de algunas de ellas complican la verificación de su autenticidad. Incluso empresas dedicadas a la comprobación de productos generados por Inteligencia Artificial han asegurado que no son capaces de concluir si algunas de las pistas son auténticas o generadas por ordenador. Cabe recordar que en el 'mejor' de los casos se trata de material robado a las discográficas y en el peor, falsificaciones mejor o peor hechas.

Un reportaje publicado en 404 Media –un medio en inglés especializado en información tecnológica– relata cómo durante las últimas semanas el fandom de Harry Styles vive momentos de tensión. Nadie se atreve a asegurar cuál de las canciones en venta –si es que hay alguna– es real. Y mientras eso ocurre, muchos fans ya han pagado a alguno de estos usuarios que aseguran tener material inédito del popular cantante o de la boy-band ya extinta One Direction. Otros muchos fanáticos, antes de lanzarse a mandar dinero por Pay-Pal, ponen todos sus esfuerzos en analizar los fragmentos mostrados a modo de escaparate y rebuscar entre las bases de datos de derechos de autor o comprobando si los filtros de copyright de distintas redes sociales como YouTube saltan cuando se topan con esas supuestas filtraciones. Otros se alían para realizar pagos grupales y hacerse con las canciones en venta que podrían ser auténticos temas inéditos de su ídolo o una actualización de los timos de siempre. Aun así, los expertos aseguran que los creadores de canciones falsas aprenden rápido y pueden estar recurriendo a bases de datos de discográficas para titular sus falsificaciones con nombres de canciones reales y así despistar a sus víctimas. En mayo de este año, un estafador ganó miles de dólares vendiendo supuestas canciones filtradas de Frank Ocean en Discord y luego desapareció sin dejar rastro.

Y en medio de esta polémica, los fans de Styles analizan de forma compulsiva cada fragmento filtrado: desde la información más a la vista como el título hasta los metadatos del archivo. El pasado domingo, una de estas supuestas filtraciones trajo cola en una de las comunidades de Discord. Durante horas, un grupo de fans trabajó incansablemente para determinar quién era «Spike», cuyo nombre aparecía entre los metadatos de una de las pistas. Tras una ardua labor de investigación, determinaron que podría tratarse del ingeniero de sonido y productor discográfico Spike Tent.

Harry Styles, con la bandera de España a modo de capa en su concierto de MadridHarry Styles

Las comunidades de intercambio como las de fans de Styles han existido desde hace décadas. Primero existían en vivo y en directo: cromos, coleccionables o incluso los populares tazos. Pero desde la llegada de Internet han proliferado como los hongos en un día lluvioso: videojuegos raros, películas o versiones inéditas y canciones filtradas son los productos que habitualmente se intercambian en este tipo de grupos, pero también los hay de cómics y hasta de libros. Con algunas excepciones, las falsificaciones eran fácilmente reconocibles. Y allá donde el ojo/oído humano no llegaba, lo hacía la tecnología. Pero el vertiginoso desarrollo y evolución de la Inteligencia Artificial ha provocado que cada vez sea mucho más complicado identificar qué es real y qué no. Esto, unido a la desesperación de muchos de los fanáticos, se convierte en un caldo de cultivo de estafas, timos y todo tipo de engaños.