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Las canciones cada vez duran menos y el estribillo empieza antes por culpa del 'streaming'

Desde 1992 la duración de las canciones se ha reducido un promedio de más de un minuto. Y bajando

Hace cuarenta años no importaba que las canciones duraran más de lonnormal. Podían ser pequeñas composiciones clásicas de pop y rock. A principios de los 90 duraban unos cuatro minutos y medio, justo en el momento en el que empezaron a bajar.

Desde 1992 hasta 2022 las canciones han disminuido su duración más de un minuto de promedio. Concretamente y según datos de Spotify y Billboard, de 272 minutos se han reducido a 199, a un ritmo de más de 20 segundos por década.

La culpa la tiene el streaming, donde por ejemplo Spotify cuenta como reproducción cada escucha superior a solo 30 segundos. El exceso de oferta y de acceso hace que los oyentes cambien casi compulsivamente de canción si no les atrapa a los primeros segundos: una tragedia para la música propiciada por su nuevo modelo de negocio.

Taylor Swift se rebela

La calidad se viene abajo como la duración de las canciones. Antes los temas cortos eran minoría y ahora son todo lo contrario. El modelo de negocio incita a la creación de más canciones de menor duración para ganar más dinero por más composiciones, independientemente (o negativamente) de su calidad.

Un patrón contra el que se ha rebelado públicamente la cantante Taylor Swift, que en 2014 y 2015 retiró su música de Spotify y Apple Music, respectivamente, como protesta por el nuevo rumbo. Un nuevo rumbo al que el año pasado venció situando una canción de diez minutos de duración en la lista de los temas más escuchados de Billboard.

Aquella vieja regla de los 3 minutos para que una canción pudiera ser radiada con éxito va a ser superada por los nuevos tiempos que ya no tienen precisamente tiempo para sentarse a escuchar emocionantes obras maestras de solo 7 minutos como, por ejemplo, Pictures of You de The Cure.