Fundado en 1910

Cartel de 'La Regenta' en el Teatro Real

El Teatro Real envía «La Regenta» al Matadero

La obra maestra de Clarín, convertida en una ópera por Marisa Manchado, tendrá cinco representaciones en una sala alternativa los días 24, 25, 27, 28 y 29 de octubre a las 19.00 horas

Cuando en 2015 la Royal Opera House de Londres se decidió a estrenar la ópera que Lorin Maazel acaba de componer basándose en el clásico 1984 de George Orwell, una de las novelas más influyentes del siglo pasado, lo hizo con todas las de ley: a través de una gran producción en su regio escenario de Covent Garden, encomendada a uno de los nombres más respetados del panorama teatral contemporáneo, Robert Lepage, y con un buen número de representaciones.

Ahora que finalmente en España verá la luz una ópera que sigue las huellas de la novela fundamental del XIX, y quizá de la toda la literatura hispana, La Regenta, el Teatro Real envía la nueva obra de la compositora Marisa Manchado al Matadero (Lamb to the slaughter, como aquel delicioso relato terrorífico de Roald Dahl).

De la tercera ópera de Manchado, una creadora conocida sobre todo por su apasionada defensa del papel femenino en la música (a su libro más comentado, Música y mujeres. Género y poder (1998) le ha seguido otro reciente, Mis queridas genias, dedicado a reivindicar a talentos poco o nada divulgados como los de Amy Beach o Marianne von Martínez), se ha programado para después su estreno, previsto para el próximo martes, con cuatro representaciones más.

En Las Naves del Español

Tendrán lugar en las Naves del Español, en el espacio conocido como el Matadero, con entradas a un precio que no debería espantar a quienes siempre protestan de lo cara que es la ópera: esta vez, 25 euros frente a los casi 400 que a veces alcanza una première en el coliseo de la Plaza de Oriente.

En cualquier caso, Marisa Manchado, que llegó a ser subdirectora general de Música y Danza del INAEM en tiempos de Zapatero, parece encantada con poder estrenar una creación que dio por concluida en 2015, con libreto de Amelia Valcárcel, aunque desde entonces le haya dado tiempo a realizarle algunos retoques.

Si en su día la hermana de la realizadora Icíar Bollain, Marina, ya había sido la encargada de ofrecer una puesta al día de la novela de Leopoldo «Alas» Clarín en una versión teatral que recorrió varias ciudades españolas, en esta ocasión será la nieta de Nuria Espert, Bárbara Lluch, la responsable de un montaje que a buen seguro reflejará ese «sabor opresivo y oscuro que emana del original», según declaraciones de la propia autora.

A pesar de su identificación con Madame Bovary o los grandes relatos de «amour fou», Manchado ha creído apreciar en la torrencial novela, cuyo primer volumen vio la luz en 1884, más un reflejo de ambientes que de personajes, una denuncia del «sadismo de los poderes contra los débiles», identificando a los primeros con la Iglesia, la burguesía y el establishment económico. Y centrando en la figura de Ana (Anita, como se refiere a ella su marido) Ozores a la víctima, mujer escarnecida en su afán de despertar a la vida real, como las heroínas de la ópera romántica, un remedo de Anna Karenina para la creadora.

La compositora Marisa Manchado Torres, autora de la adaptación de 'La Regenta'

Para retratar el ambiente cateto de la provincia, con sus pequeñas grandes miserias, la compositora ha pergeñado «una música seca y dura», que encuentra algunas de sus raíces en la obra de Luciano Berio, uno de los grandes representantes de la vanguardia musical europea, autor de óperas como Cronaca del luogo o de un nuevo final para la Turandot de Puccini.

Lo que Galdós definió como «el oro de la espiritualidad inmaculada cayendo entre las impurezas del barro de nuestro origen», para de algún modo comprender la iniquidad del Magistral ante su atribulada amante, Ana Ozores, refleja para Manchado el poder de las clases dominantes, que por matar el aburrimiento cultivado en el ambiente malsano de los casinos provinciales se entretienen en un divertimento perverso, liquidando reputaciones y voluntades, jugando al gato y al ratón con los deliberadamente marginados.

Algo de lo que uno de los autores venerados por Manchado, Pier Paolo Pasolini, ya dio cuenta, llevándolo hasta al extremo, en su Saló. La referencia no resulta ociosa, por cuanto Manchado respira a través de la herida del cine, un cráter que se fue abriendo desde muy joven, en las salas en las que trabajó su padre. De hecho, ya convertida en compositora, uno de sus trabajos preferidos fue concebir la música para una proyección con orquesta sinfónica de La pasión de Juana de Arco, la magna obra de Dreyer.

Lo que está por verse es si en su ópera se encuentran huellas de los trabajos cinematográficos que La Regenta ha propiciado en este tiempo, en España. A falta de Luis Buñuel, que se arrugó ante el poder de la censura, y de Orson Welles, que declinó la oferta del gran productor Emiliano Piedra, las principales adaptaciones de la obra maestra de Clarín se han debido a dos realizadores tan distintos como el poético Gonzalo Suárez y el ilustrador Fernando Méndez Leite, responsable de la miniserie para TVE. Veamos lo que nos depara ahora el Matadero.