Crecen los festivales y conciertos de música, con más público, 'engagement' con marcas y redes sociales

La nueva etapa de festivales que comprenderá el periodo entre los meses de mayo y octubre del año que viene ya está siendo anunciada. El primer festival que se ha dado a conocer su cartel es el Primavera Sound de Barcelona, que tendrá lugar en el Parque del Fórum entre el 29 de mayo y el 2 de junio, contando con artistas de la talla de Lana del Rey o SZA.

A pesar de ello, los festivales del año que viene se encargarán de aportar mucha más diversidad en cuanto a estilos se refiere, aunque predomine el pop por encima del rock. Además, esta temporada contará con patrocinios a través de las redes sociales como Instagram o TikTok, ya que los influencers son los encargados de hacer que haya engagement entre el patrocinio, los usuarios y los festivales en sí.

La etapa de 2024 se verá bastante favorecida, debido a que la música en directo se encuentra en un punto álgido gracias a que en 2022 se han facturado 459 millones de euros, cifra que crece cada año. Además, el número de asistentes a música en vivo no ha dejado de aumentar con cada festival.

La fuerza de las redes sociales

Al parecer, los promotores tendrán mucho poder de nuevo a la hora de elegir a los artistas que aparezcan en los carteles de los festivales, además de poder llegar a acuerdos con creadores de contenido o influencers. Debido a cómo el público se mueve según las redes, los festivales llegarán a acuerdos para que la experiencia musical se vea acompañada por la virtual, y por eso los creadores de contenido estarán más presentes que nunca, con el fin de atraer al público joven.

Además, las marcas, como suele ocurrir, seguirán patrocinando los festivales con acciones como colocar su nombre en el escenario o con algún cartel en el recinto, por no hablar de poner nombre al festival entero, como lleva pasando años con el Bilbao BBK. Los festivales van a invertir más en los cachés de los artistas, por lo que aumentará también el número de patrocinios, con el fin de que la colaboración con la marca no resulte artificial.

El público no se conforma

Se ha podido conocer también que en los últimos años el público que acude a los festivales es cada vez más selectivo, no se conforma con ver a cualquier artista o grupo sobre el escenario. La subida de los precios de los abonos para acceder a los recintos se ha elevado, volviéndose menos accesible para todos los públicos, a pesar de lo cual se venden más entradas para festivales actualmente que hace diez años, entre otras cosas, por la escalada exponencial de la oferta.

Gran parte del público que acude a los festivales en España es extranjero, principalmente procedente de Gran Bretaña, ya que su relación con nuestro país es larga y estable y se combina con un turismo cada vez más asentado.

Un crecimiento del 48 %

Asistir a conciertos no es una cuestión generacional, sino que atraviesa casi todos los grupos de edad, rango y clase social. Si los festivales han experimentado un gran crecimiento, los conciertos han multiplicado por diez su oferta, y en concreto España se ha convertido en uno de los principales destinos para el denominado «turismo musical».

Según la cuarta edición de Observatorio de música en vivo de Ticketmaster, la venta de entradas a conciertos ha crecido en un 48 % respecto al año pasado, datos muy positivos para la música en directo. A su vez, el gasto medio por entrada a un concierto ha ascendido a 80 euros, cifra que ha aumentado en un 37 % respecto a 2022, cuando la cifra se situaba en 58 euros.

Además, el perfil del fan de la música en directo reside en Andalucía, Madrid y Cataluña, en ese orden. Este perfil corresponde a personas de entre 35 y 44 años, según el estudio, en el que se afirma que sus géneros musicales favoritos son el pop, el hip hop, el rock y la música latina, también en ese orden.

Asimismo, la compra de entradas entre los más jóvenes, de entre 18 y 24 años, ha aumentado en un 45 % comparado con 2022, cifra que puede haberse visto influida por el Bono Cultural Joven impulsado por el gobierno para adquirir productos culturales, entre los que se encuentran las entradas para conciertos.