Antonio Banderas: «Abrir un teatro da esperanza, cuando hoy se convierten en discotecas y tiendas»

Después de haber hecho 110 funciones en el Teatro del SohoCaixabank de Málaga, Antonio Banderas vuelve a retomar su papel en el musical Company, que estrena en Madrid, a pesar de que su intención siempre fue actuar solo en su ciudad: «Las estrategias están para cambiarlas».

Sonriente y feliz de regresar a Madrid, donde en sus inicios como actor su nombre formó parte de la cartelera del Centro Dramático Nacional, Banderas asegura que, aunque su intención era estrenar solo en Málaga por su compromiso con la cultura de su ciudad, una «buena causa» le trae a Madrid.

«Las estrategias están para cambiarlas. No se abre todos los días un teatro; es un rayo de esperanza, cuando los teatros se cierran todos los días para convertirse en discotecas, tiendas o centros comerciales», señala el actor en el antiguo Teatro Albéniz, cerrado más de una década, ahora Umusic Hotel Teatro Albéniz de Madrid.

Reapertura del Teatro Albéniz

«Estar aquí en su apertura es formar parte de su historia», ha dicho Banderas, quien ha recordado el esfuerzo de artistas y ciudadanos para que no se perdiera el teatro. Con un patio de butacas con olor aún a madera y barniz, Banderas ha demostrado estar en plena forma vocal para encarar todas las representaciones desde el 17 de noviembre al 14 de febrero, «si la salud me lo permite», matiza.

«Estoy bien, el corazón sigue funcionando –dice en relación al infarto que sufrió en 2017–, pero el teatro musical requiere de mucha disciplina», comenta.

En el espectáculo no hay nada pregrabado, cuenta con 26 músicos y 14 actores en escena. «Hay que cuidarse muchísimo», y subraya que a él se va a dedicar en cuerpo y alma, durante el tiempo que dure, «para hacerlo con un cierto grado de responsabilidad».

Dirigido y protagonizado por Banderas, Company, de Stephen Sondheim, autor de clásicos como Into the Woods, Follies o Sweeney Todd, y con libreto de George Furth, le ha permitido al actor realizar una «reflexión muy personal» de un hombre que mira hacia el pasado y sobre la capacidad del ser humano para comprometerse.

Además de Banderas, el elenco está compuesto por María Adamuz, Albert Bolea, Lorena Calero, Javier Enguix, Laura Enrech, Lydia Fairén, Robert González, Dulcinea Juárez, Silvia Luchetti, Julia Möller, Paco Morales, Marta Ribera, Carlos Seguí, Rai Borrell, Bealia Guerra, Beatriz Mur, Álvaro Puertas y Lourdes Zamalloa.

El desafío de volver al escenario

Sin embargo, no se plantea su regreso a los escenarios como un reto. «Me meto en esto porque me interesa; porque es un género que me ha gustado mucho desde siempre y creo que en España está devaluado, aunque ahora está cogiendo muchísima fuerza», señala.

Un auge, añade, que es el resultado de la implicación de mucha gente que cree que el teatro musical «merece la pena. Se corren muchos riesgos porque hay que hacerlo muy bien, si no el público te abandona».

Banderas advierte que él hace un teatro musical donde la palabra 'teatro' pesa tanto como la palabra 'música'. «No es un concierto, ni siquiera un espectáculo: es teatro», comenta, sobre obras que cimentaron el teatro musical norteamericano, «música escrita para contar una historia, para emocionarnos que tiene herencia de la ópera o de la zarzuela».

Asegura que rescatar este tipo de teatro musical, con el que se puede reflexionar sobre el ser humano, está a la misma altura que las obras de grandes escritores de teatro como Shakespeare o Buero Vallejo.

El protagonista de Dolor y Gloria reconoce que asume riesgos controlados: «No me tiro por un precipicio si abajo no hay cosas que no me gustan», y advierte que sigue haciendo lo que más le gusta: "actuar, contar historias, y eso implica retos, pero es lo que quiero hacer en mi vida. No lo hago por ganar dinero, la vida me lo ha dado de forma paralela», apunta.