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La bailaora de San Sebastián, Sole RuzEFE

Sole Ruz, la bailaora que enseña flamenco en «Marte»

Flamenca de sal. Al otro lado del Duende es el espectáculo con el que celebra 30 años de una carrera que empezó a escondidas en San Sebastián desde las raíces más profundas

Sole Ruz, bailaora donostiarra, celebra 30 años de carrera con el espectáculo Flamenca de sal. Al otro lado del Duende, que presenta el próximo 17 de diciembre en el centro El duende de la Sole de San Sebastián. Una muestra de la raíz del flamenco que empezó en la escuela «casi clandestina» de Margot Escudero, pariente de Vicente Escudero, leyenda del baile español en los años cuarenta.

Flamenca de sal es un disco-libro que ha contado con la colaboración de figuras como Tomatito o José del Calli, ganador del primer premio en seguidillas del último festival del Cante de las Minas. A través de sus páginas se cuenta la experiencia de la bailaora: «Era la época de la Transición y bailábamos casi a escondidas porque en San Sebastián no había mucho flamenco», dice.

«En San Sebastián era imposible»

Tan poco había que tuvo que marcharse a Cataluña para hacerse profesional, «porque en San Sebastián era imposible». Algo que, según reconoce, ha cambiado mucho con el tiempo: «Ahora la gente lo contempla como una disciplina más. Aunque no haya tanto conocimiento, por lo menos lo admiten», asegura.

«Ha costado, pero desde hace unos dos o tres años se empieza a percibir que podemos formar a gente desde aquí que pueda bailar, si quiere como aficionada, pero también profesionalmente. Hay chicas de 14 o 15 años con inquietud que pueden llegar a profesionalizarse formándose en San Sebastián", reconoce con orgullo.

«Bacalao al pil-pil»

«Me encantaría sacar una bailaora, dos o tres de mi escuela. Y es algo que se va a conseguir, porque tenemos los medios, tenemos buenos profesores y gente aficionada. Es una cuestión de tiempo», afirma.

«El bacalao al pil-pil es bacalao al pil-pil, luego se puede fusionar como se quiera con cocina moderna, pero si no se sabe hacer la base, no funciona», concluye la bailaora que ha creado escuela en tierra extraña y lejana casi como el astronauta de ficción de Andy Weir, la historia filmada por Ridley Scott en El Marciano, logró que germinara un huerto en el planeta rojo.