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La coreógrafa Tamara Rojo, el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch y los bailarines principalesEFE

Tamara Rojo dice adiós al English National Ballet con 'Raymonda', una «heroína» de la guerra de Crimea

Los bailarines del una de las compañías más prestigiosas del mundo ofrecerán cinco funciones del 10 al 13 de mayo en el Teatro Real de Madrid

Tamara Rojo, una de las bailarinas más prestigiosas en el ámbito internacional, finaliza su etapa como directora artística el English National Ballet –donde estuvo 10 años– a lo grande. Ha creado y dirigido una nueva versión del ballet Raymonda, un clásico del compositor Alexander Glazunov, con la que convierte a la protagonista en una mujer con personalidad propia, ideales e iniciativas y capaz de tomar sus propios decisiones.

La que actualmente asume el cargo de directora en el San Francisco Ballet reescribió una de las principales obras del coreógrafo Marius Petipa, reconocido por El Lago de los Cisnes, El Cascanueces o Don Quijote, trasladando la acción de la Edad Media al siglo XIX, de las Cruzadas a la Guerra de Crimea (1853-1856) y de los salones al campo de batalla, con la finalidad de «actualizar la narrativa en un contexto histórico diferente» y «traer a las mujeres al frente», explica la bailarina.

Cuando Rojo comenzó a buscar una obra que pudiera dar actualidad al ballet clásico tenía dos puntos claros necesitaba una gran música y una buena coreografía. Y fue así, tanto, que el propio Tchaikovsky «no habría escrito» el Lago de los Cisnes «de haber escuchado antes Raymonda», recuerda. Nos habríamos perdido una gran obra.

De esta manera, la que fuera directora del English National Ballet ha construido una línea narrativa más dramática, dando a la historia un contenido nunca visto y que acerca al espectador la actualidad.

Raymonda, que es su primera incursión como coreógrafa y directora, fue «un proceso muy largo», ya que comenzó a pensar en su creación cinco años antes de crearlo y sin «ninguna intención de cartografiarlo». Que este miércoles los bailarines estén sobre los escenarios es gracias a la exhaustiva investigación que realizó en los archivos originales de la obra y su empeño por cambiar la versión tradicional.

El trabajo se comenzó a hacer realidad en 2020, justo después de la pandemia «trabajando con grupos de bailarines reducidos hasta que nos fuimos multiplicando». Tras la vuelta de todos los bailarines comenzó el montaje con un diferencial, las coreografías de los bailarines han sufrido modificaciones debido a la «evolución de su técnica en estos últimos 150 años». Rojo ha descrito este momento como «uno de los momentos más felices que he tenido como directora de la compañía».

Tamara Rojo

Uuna historia adaptada a la realidad

En la versión original la historia de Petipa transcurre en la época de las Cruzadas, mientras que en la nueva creación de la directora hace referencia a la Guerra de Crimea –muy presente en la cultura británica–, un conflicto bélico que enfrentó al Imperio ruso y al reino de Grecia contra el Imperio otomano, Francia, Gran Bretaña y el reino de Cerdeña.

Se inspira en Florence Nightingale, considerada la precursora de la enfermería moderna, que acudió a la guerra para socorrer a los heridos

Una pieza con «una narrativa pobre», pero que al actualizarla se ha vinculado al pueblo británico y que, gracias a su adaptación, formará parte del repertorio del English National Ballet de Londres.

Para ello se inspira en Florence Nightingale, considerada la precursora de la enfermería moderna, que acudió a la guerra, junto a otras 38 mujeres que comenzaban a ejercer la enfermería, para socorrer a los heridos y las mujeres que la acompañaron.

Un contexto histórico donde ingleses y turcos son los protagonistas, lo que le ha dado la oportunidad de cambiar la historia entre los dos pueblos y poner como protagonista a una mujer «que tiene que elegir entre su pasión, un nuevo amor y las expectativas sociales».

Este renovado montaje, que ha sido adaptado por Gavin Sutherland, que es también el director musical, y Lars Payne, presenta a una protagonista activa, en el que Rojo quiere «evitar que sea una víctima, como suelen ser las protagonistas del ballet clásico».

Una ley de mecenazgo que no llega

La situación de España en la danza cada vez es más complicada, tanto que la directora del Ballet de San Francisco considera que para mejorarla es necesario una la ley de mecenazgo que permita incentivos a «aquellos que quieran ayudar a las artes», además de que los precios de las entradas favorezcan que la gente joven acuda a los teatros.

También es «necesario que haya transparencia e independencia de las organizaciones culturales de las administraciones políticas para que no interfieran y favorezcan a unos artistas u otros en función de lo que digan y haya riqueza en el mundo de la danza».

Además, Rojo pide que las cosas no cambien según cambian los políticos. «El Teatro Real es un ejemplo de que se puede funcionar sin depender de las estructuras políticas», concluye.

El Teatro Real ofrecerá cinco funciones entre los días 10 y 13 de mayo, este último en doble sesión interpretada en alternancia por Shiori Kase, Fernanda Oliveira y Emma Hawes, con Isaac Hernández como artista invitado, Aitor Arrieta y Fernando Carratalá.