'Amor, honor y poder': renace el primer Calderón de la Barca en el Corral de Comedias gracias a una iniciativa del CEU
La Universidad CEU San Pablo, en colaboración con Teatro de la Abadía y su director, Juan Mayorga, celebra el 400 aniversario del debut en los escenarios de Calderón de la Barca con una serie de conferencias y la representación de su primera obra
En 1623, un jovencísimo Pedro Calderón de la Barca publicaba y estrenaba su primera obra. Amor, honor y poder se representó en el viejo Alcázar de Madrid en la que se cree que fue una única función, pero ahora, 400 años después, ha vuelto a la vida gracias a una alianza única entre la Universidad CEU San Pablo y el Teatro de la Abadía, que ha tenido en su director, Juan Mayorga, autodeclarado calderonista, un mecenas e impulsor incomparable.
«Quienes estamos aquí hemos pasado una tarde privilegiada: hemos podido oír y ver una importante obra desconocida por muchos y que es nada menos que la primera obra de ese ingenio que es Pedro Calderón de la Barca, que la escribió cuando tenía 24 años; una obra interesante y ambiciosa», declaraba el actual Premio Princesa de Asturias de las Letras tras la representación.
Enmarcada en la conmemoración del 400 aniversario del dramaturgo áureo, la representación de Amor, honor y poder ha sido una producción de la Fundación Teatro de La Abadía para el Corral de Comedias de Alcalá de Henares –donde se sabe que el mismo Calderón estrenó algunas de sus obras y en cuya universidad estudió– en colaboración con el Centro de Patrimonio Cultural Español (Universidad CEU San Pablo) y bajo la dirección de Juan Mayorga.
Con un elenco compuesto por José Luis Alcobendas, Luis Castellanos, Yadier Fernández, Daniel Migueláñez, Alejandro Saá, Justo Salas, Muriel Sánchez y Montse Simón, la obra, representada los días 20 y 21 de mayo, contó con la adaptación de Esther Borrego, catedrática de la Universidad Complutense y experta en el teatro español del Siglo de Oro, y la codirección de Abel González Melo, coordinador del Corral de Comedias de Alcalá.
Pablo Sánchez Garrido, profesor de Pensamiento Político en la Universidad CEU San Pablo y director del Centro de Patrimonio Cultural Español, es el coordinador de las actividades por el cuatricentenario de Calderón. «Esta obra forma parte de una serie de proyectos, que comienza con la búsqueda de los restos de Calderón, que fue enterrado en la iglesia de San Salvador, después derribada. Llevamos años detrás de su tumba en colaboración con historiadores, arqueólogos y el empleo de georradares, y queremos situar allí una placa».
En la misma línea por la que la Universidad CEU San Pablo lanzó una cátedra de investigación para que un calderonista se instalara en la casa original de Calderón de la Barca, el proyecto liderado por Sánchez Garrido espera poder convertir dicho domicilio en una casa-museo. «Allí vivió, escribió y pasó las últimas décadas de su vida, muriendo pluma en mano mientras escribía su última obra, Amar y ser amado. Si viviéramos en Inglaterra, en Alemania o en Italia, ya sería un museo, pero en España nos cuenta pagar las deudas con nuestras grandes glorias nacionales».
De 3.000 versos a 2.000
«Nuestro lema es que queremos llenar el teatro de acción, emoción, poesía y pensamiento, y es lo que hemos visto en esta representación», continúa Mayorga antes de introducir a la doctora Borrego y su trabajo de adaptación. «Esta obra se representó por primera vez el 29 de junio de 1623 en el Alcázar, el antiguo Palacio Real, por la visita del Príncipe de Gales, que vino a casarse con la Infanta María, aunque se trató de una cuestión política para buscar la paz con Inglaterra y finalmente no hubo boda. Es una obra de circunstancias y no he podido encontrar registro de otra representación, y por eso este estreno es aún más relevante».
La filóloga y profesora de Literatura ha afirmado que la obra tiene un total de 3.000 versos, lo que supondría una duración de más de cuatro horas, que en la época se sumaban a los entremeses, las loas o las mojigangas. «Para la adaptación transcribí la obra completa, la puntué y llegué a recortar mil versos, algo muy complicado ya que no se pueden romper las quintillas, las décimas, los sonetos... ni se pueden interrumpir los diálogos», ha explicado, antes de animar a todos a vivir el teatro así, viéndolo y viviéndolo.
Abel González Melo y Esther Borrego trabajaron codo con codo en la adaptación, que tomó su forma completa al ser llevada a escena. «Es importante entender las obras en su contexto, no juzgarlas con los ojos del presente. Es normal que aunque el Rey haya sido deshonesto con Estela y se le haya insinuado, propasándose con ella, al final se casen; era una forma de dignificar también la relación. Calderón acaba muchas veces sus obras con matrimonios extraños: es normal que las historias acaben en matrimonio, aunque haya varias lecturas, incluso críticas», ha continuado Borrego, desglosando brevemente el contenido de Amor, honor y poder.
«En esta obra hemos visto al galán, al rey, al gracioso, a la dama... Es lo que Lope llamó la comedia nueva, con esos tipos que ya estaban perfectamente constituidos en este jovencísimo Calderón: en esta primera obra ya es capaz de perfilar todos esos personajes», ha concluido su intervención Esther Borrego.
Por su parte, Abel González Melo ha destacado la importancia de ver representada una obra como esta, «un regalo de la Fundación Teatro de la Abadía», en un lugar tan emblemático como el Corral de Comedias. «Sólo hemos podido ensayar diez días porque los tiempos eran muy ajustados, pero llevamos cuatro meses realizando el trabajo de adaptación», ha reconocido el coordinador del Corral de Comedias de Alcalá. «El elenco procedía de escuelas distintas, pero la palabra de Calderón nos ha guiado desde el primer momento y hemos ido haciendo descubrimientos. 'Todo está en el texto', se suele decir, y Mayorga siempre defiende que el texto sabe cosas que su autor desconoce. Ese Calderón se ha vuelto a semantizar hoy, significando cosas que ni él mismo a sus veintipocos años podía intuir».
«Siendo un Calderón tan joven, es un autor ya extraordinario, montado sobre la tradición, montado también sobre Lope, que nos regala una comedia que hacia el final del segundo acto empieza a subir a un punto trágico, haciendo una propuesta que en la época tenía un significado en cuanto al código ético, pero que él no cierra», ha explicado González Melo, que destaca que puede volver a leerse hoy ese Calderón sin añadirle palabras. «Eso también es el teatro, eso también es Calderón: la oportunidad de volvernos a encontrar».