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Courtois, Alaba, Modric y Benzema son la extensión en el campo de AncelottiEFE/AFP

La columna vertebral que sostiene al Real Madrid

Carlo Ancelotti tiene cuatro futbolistas que son su alter ego en el campo. Una línea maestra que empieza con Courtois en la portería y acaba con Benzema en la delantera

El Real Madrid sonríe, la permanente ceja en alto de Ancelotti es el tobogán sobre el que se deslizan las ilusiones de este grupo. Líder en solitario, el equipo blanco ha vuelto al juego vistoso de ataque, siendo el máximo goleador de la competición, pero sin renunciar a la solidez defensiva. Una plantilla de muchas garantías que permite a Ancelotti configurar diferentes onces, pero el italiano tiene clara su columna vertebral, aquellos jugadores que son su extensión sobre el campo:

Courtois, el muro que custodia el gol

El belga inicia su cuarta temporada de blanco. Tras los fallidos fichajes de De Gea y Kepa por el conjunto madridista, el equipo presidido por Florentino Pérez se lanzó a por los servicios de Thibaut Courtois en el verano de 2018. El equipo merengue venía siguiendo desde hace tiempo al cancerbero y su actuación en el Mundial de Rusia del año 2018 inclinaron la balanza de su fichaje. A eso se le unió la gran oportunidad de mercado que se presentó, ya que el arquero se encontraba en su último año de contrato con el Chelsea. 35 millones de euros pagó la entidad madridista por un crack de la portería que contaba con 26 años.

El belga, que ya vivió en la capital de España y se dio a conocer en el Atlético de Madrid, tenía claro que quería volver a Madrid por dos motivos: triunfar en el equipo blanco y disfrutar más de sus dos hijos.

Ese pasado atlético el meta se encargó de borrarlo a base de buenas intervenciones. El belga se ha ganado a la parroquia blanca con manos imposibles y paradas de altos vuelos. El fruto a tantas temporadas al más alto nivel es el Trofeo Zamora que recibió en el año 2020.

Alaba, un seguro a coste cero

El central ha sido uno de los fichajes más importantes del Real Madrid este verano y otra oportunidad de mercado que el club blanco ha aprovechado. Un defensa de garantías a coste cero.

Su llegada vino envuelta bajo un aroma de morbo tras la polémica salida de Sergio Ramos, capitán del equipo y dueño de la defensa merengue los últimos 16 años.

El austriaco, lejos de arrugarse, recogió el guante del club, heredó el 4 de su antecesor y se ha convertido en uno de los referentes del conjunto madridista. Jugador polivalente donde los haya, puede dar su mejor nivel desde el centro de la zaga, el lateral izquierdo o el mediocentro. En Valencia no dudó en corregir, voz en alto, a sus compañeros y ser uno de los motivadores y artífices de la remontada de Mestalla.

Modric, la precisión hecha normalidad

El niño que nació en el seno de familia de refugiados es el faro que lleva iluminando y guiando al conjunto blanco desde hace diez temporadas, el mismo número que luce en su camiseta. Un fichaje cercano a los 40 millones que costó materializar por el empeño de su club de origen, el Tottenham, en no dejarle salir.

Por suerte para el público madridista la operación cuajó y el conjunto blanco disfruta de su último paso y de sus goles. A sus 36 años, el ganador del balón de oro de 2018 no titubeó a la hora de rebajarse considerablemente el sueldo para seguir ligado al club blanco una temporada más.

Benzema, en nombre del gol

Karim Benzema fue el sostén al que se agarró el Real Madrid tras la salida de Cristiano Ronaldo. Durante la estancia del portugués en la Casa Blanca, puso su fútbol a disposición de la estrella lusa, convirtiéndose en su mejor socio. Cuando Cristiano se fue, no dudó en echarse el equipo a la espalda, convirtiéndose en el pichichi blanco de forma indiscutible y anotando una media de 30 goles por año entre todas las competiciones. En Champions suma 71 tantos , siendo el cuarto máximo anotador de la historia de la competición empatado con Raúl.

Esta temporada, sin Messi ni Cristiano, lidera la tabla de goleadores con ocho tantos y tiene entre ceja y ceja un objetivo: conseguir su primer pichichi.