Álex Palou, en la pole de la historia del automovilismo en España

Álex Palou ha entrado en la historia del deporte nacional con algo más que el trofeo de campeón de la IndyCar 2021 bajo el brazo. La conquista del asfalto de California, Estados Unidos, supone otra cima coronada por nuestro deporte. El joven barcelonés se ha convertido, con solo 24 años y ese decisivo cuarto puesto, en el primer español en escribir su nombre en lo más alto de esta categoría.

La gesta lograda en los 270 kilómetros y 85 vueltas del circuito de Long Beach cierra una temporada de ‘10’ para Palou, mismo número del coche del equipo Chip Ganassi con el que ha logrado tres victorias y ocho podios esta temporada. Se trata del número que le ha acompañado desde que comenzó su idilio con el mundo del motor a bordo de un kart.

El primer contacto del piloto de San Antoni de Vilamajor con su presente y su futuro ocurrió a los cinco años. Sus padres le regalaron un kart de segunda mano con el que dio las primeras de las muchas vueltas que está dando su vida. La infancia de Palou se fraguó con el sueño de correr con los mejores de la Fórmula 1 y, con esa base, se ha convertido en la nueva promesa del automovilismo.

Adrián Campos, clave para Palou

Los grandes premios de Fórmula 1 los veía por televisión con Ramón, su padre, y sentía una gran admiración por Michael Schumacher, ídolo de Ferrari en ese momento. Incluso cuando Fernando Alonso pugnaba por destronar al alemán desde Renault, en la familia eran fieles al cavallino rampante con el káiser a los mandos.

El exceso de dinero necesario para llegar a la F-1 truncó, inicialmente, su sueño de llegar al ‘Gran circo’, pero reforzó el de ser piloto profesional. Mientras su presente consistía en ser piloto de karts, apareció en su vida Adrián Campos, expiloto de Fórmula 1 y fundador del equipo Campos Racing. El valenciano, descubridor de talentos como Fernando Alonso o Antonio García, constató que Palou era un diamante en bruto y apostó por él.

Juntos llegaron a participar en Eurofórmula y Fórmula 3. En estas disciplinas, respondió a la apuesta de su mentor terminando tercero en la clasificación global y ganando en plazas como Silverstone (Reino Unido) o en casa en Montmeló. Después de este inicio prometedor, Álex llegó a pensar que su carrera había acabado en GP3 y, nuevamente, dio un giro de 180 grados, con una oferta de Japón.

Entrenador y joven promesa mantuvieron el contacto durante el recorrido de Palou. De hecho, Campos se alegraba de los posteriores progresos de su alumno en Estados Unidos, como manifestó su discípulo en una carta publicada en enero tras el fallecimiento de Campos a los 60 años.

De Japón a la IndyCar

La distancia de los suyos o el idioma no hicieron mella en sus 19 años. De hecho, habla italiano e inglés, además de español. Sobre la pista, cuajó buenos números en Fórmula 3, siendo tercer clasificado de la categoría en su primer año. Su buen papel también en Super Fórmula le valieron una nueva oportunidad en 2019.

El expliloto de la IndyCar y entonces jefe del equipo Team Goh en la misma competición, Roger Yasukawa, continuó el trabajo que comenzara Adrián Campos y ayudó a Álex a firmar su primer contrato con el equipo Dayle Coyne de la Indycar para debutar en 2020, como recuerda SoyMotor.

El año pasado dejó buenas sensaciones con su nuevo equipo en las 500 millas de Indianápolis, donde coincidió con Fernando Alonso y otros grandes pilotos como Takuma Sato. Un accidente en una curva le privó de una gran progresión en carrera, en la que llegó a colocarse séptimo. Por su parte, el asturiano terminó en el puesto 21.

Esas actuaciones y su desparpajo llamaron la atención de Chip Ganassi. Tanto es así que él mismo habló con su actual equipo y preguntó qué era necesario para correr con ellos. Su constancia fue la respuesta y se materializó en su fichaje en 2021.

Su segundo año empezó rompiendo un récord y ha culminado entrando en la historia. La victoria que consiguió en la primera carrera de la temporada en Barber, Alabama, era un logro obtenido solo por un español antes que Palou, Oriol Servià. 

El propio Servià se rinde hoy a Palou tras lo que ha conseguido siendo tan joven: «Lo que acaba de hacer este chico es muy difícil, sé muy bien lo increíblemente difícil que es, y lo ha hecho haciendo que pareciera fácil», subraya en su cuenta de Instagram. Sus palabras de admiración pueden ser unánimes en España: «Vaya piloto y vaya campeón».

Gorilas en la cabeza

La determinación que exhibe en la pista es la que Álex Palou encuentra en la que ha convertido en la particular mascota que le acompaña y protege en las carreras. Su casco, además de líneas y colores, incorpora varias veces el dibujo del rostro de un gorila a pequeña escala, visible en la zona superior.

En un encuentro con el periodista Marshall Pruett, Palou aseguró que admira la fuerza, la inteligencia y tranquilidad de estos animales y que es así como desea ser y competir. Así, versiona con su #GorillaTime el ‘Hammertime’ de Lewis Hamilton, expresión con la que el británico arrolla a sus rivales sobre la pista.