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La casa de los líos

Los antecesores de Laporta no ganaban Champions, fichaban a jugadores sin saber si se podrían pagar. «Que arree el siguiente» debían decir Bartomeu y los suyos

Decía Murphy que si algo puede salir mál, saldrá mal y si pensamos en el Barcelona, podríamos apuntar que saldrá peor que mal.

Joan Laporta llegó a la presidencia como el joven que compra una casa como oportunidad de inversión y cuando entra a  vivir ve cómo la reforma le va salir más cara que lo que pagó. Su CEO ha sido muy claro: «si fuéramos una sociedad anónima estaría liquidada». Vamos que están en la ruina. No lo dice este humilde servidor, lo dice el todopoderoso CEO culé. Y mientras, el bueno de Joan tiene que seguir sentando en su mesa a Ronald Koeman, el último regalo envenenado de Bartomeu en forma de herencia recibida.

Los antecesores de Laporta no  ganaban Champions, pero presuntamente pagaban a periodistas, troceaban facturas o  fichaban a jugadores sin saber si se podrían pagar. «Que arree el siguiente» debían decir Bartomeu y los suyos. El club que recibió 222 millones de euros por el traspaso de Neymar, hoy se encuentra asumido en la más absoluta de las ruinas. Sin Messi, sin dinero, sin puntuar en Champions y a cinco puntos del Madrid. Y encima, ahora se va Gasol.

Laporta no gana para disgustos y tot la gent blaugrana tampoco. Y todo, a pocos días de un Clásico que puede dar la puntilla a un Barça que últimamente es más famoso fuera que dentro del campo.