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Unzué: «Tengo unas cartas muy malas, pero estoy en condiciones de jugarlas»

El exportero y exentrenador, enfermo de ELA, escribe 'Una vida plena', un recorrido biográfico donde recoge momentos felices y complicados

Juan Carlos Unzué abre Zoom y atiende a El Debate esbozando una sonrisa sincera, que no se esfuma ni cuando hablamos del estado de su Barça y de la buena racha que atesora su principal rival, el Real Madrid. Sí habla con más dureza cuando reivindica más fondos y recursos para la investigación de la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), la enfermedad con la que lleva luchando desde junio de 2020 y que terminó por precipitar su retirada de los banquillos.

Desde entonces, Unzué se ha dedicado a visibilizar una enfermedad que se diagnostica por descarte,  que no tiene cura y que afecta a un equipo de casi 4.000 personas en España, según datos del informe de la Sociedad Española de Neurología. A sus 54 años, el que fuera cancerbero de clubes como Osasuna o el Fútbol Club Barcelona publica Una vida plena  (geoPlaneta, 2021), su recorrido biográfico a toda una vida dedicada al deporte rey y su familia, aunque también marcada por las dificultades y frustraciones.

Sin perder la sonrisa, con una entereza admirable y la cercanía de un amigo de cuadrilla, Juan Carlos Unzué aborda las cuestiones con la misma agilidad con la que se movía en el área.

–¿Cómo se encuentra?

–Muy bien. En el aspecto físico, qué te voy a contar sabiendo lo que es esta enfermedad. Cada día más limitado, con más dificultades sobre todo para la movilidad y las cosas que requieren de brazo y manos. Pero por otra parte, también con mucha energía, porque mentalmente me sigo sintiendo fuerte, sigo que sintiendo que le doy a mi vida un sentido muy interesante y me siento útil y creo que eso es imprescindible para cualquier persona.

–¿Cómo surge la idea de este libro?

–Pues mira, la idea surge de la Editorial Planeta, que me hacen, en un momento dado, una propuesta diciéndome que podría ser interesante el que contase un poco mi vida en un libro. El motivo, sobre todo, fue que ellos me dieron la posibilidad de que esos derechos de autoría yo los pudiese donar a cualquier entidad. Lo hemos hecho a través de Fundación Luzón para la investigación de la ELA.

Había tenido personas que me habían animado anteriormente a escribir un poco mi historia, por el tipo de carrera que he tenido, por la gente con la que he compartido trabajo y amistad. La verdad que no le encontraba ese punto suficientemente motivador para tirarme adelante, y creo que en este caso la causa merece mucho la pena. 

No le temo a nada. En una situación como la que yo estoy cuando te dan un diagnóstico de este tipo lo que te sirve es valorar el presenteJuan Carlos Unzué

–¿Cómo se define Juan Carlos Unzué?

–Un tipo de un pueblito aquí al lado de Pamplona, Orkoien, un chico que ha disfrutado mucho de esa infancia diferente a la que se vive ahora en los pueblos. Nosotros tuvimos la fortuna de poder vivir en la calle, sin ningún miedo, con total libertad y sobre todo, muy activos. A partir de ahí, pues la gente ya conoce un poco lo que ha sido mi carrera futbolística, donde me he sentido siempre un privilegiado por haber hecho de mi hobby mi profesión.

–En su libro hay un mensaje de tolerancia a la frustración. ¿Cuál debe ser la actitud frente al fracaso?

–Pues yo creo que la actitud debe ser sobre todo de fuerza, en el sentido de que las dificultades, los cambios o la incertidumbre es algo habitual en la vida de cualquier persona. Creo que el problema que tenemos muchas veces es que no sé si no estamos preparados o no nos han preparado para ello. Y cuando llegan esos momentos de dificultad o de frustración, nos cuesta superarlos.

Yo creo que lo que hay que hacer ver a los jóvenes es que se van a encontrar con esas dificultades y que esas dificultades en el fondo son necesarias para poder sentirnos cada vez un poquito más capaces. Porque en la mayoría de los casos solventamos ese tipo de problemas que tenemos. Entonces, cuando solucionas un problema, tú te sientes más fuerte. Tu autoestima mejora. Lo que sí animo a la gente en general y especialmente a los jóvenes, es que si en algún momento dado ese problema no somos capaces individualmente de solucionarlo, que muestren esa debilidad, que hagan saber que cuál es ese problema a alguna persona que seguro que todos tenemos cercana y que estará deseosa de poder ayudarnos a solucionar ese problema.

Los afectados de ELA pedimos que antes de poder decidir esa muerte digna, tengamos la posibilidad de tener una vida dignaJuan Carlos Unzué

–Desde la publicación de su libro, se habla de la ELA en todos lados. Parece estar cumpliendo su objetivo.

–Yo creo que estamos cumpliendo el objetivo y hablo en plural porque tengo la sensación de que, primero, los medios no os quedasteis en general con el morbo de mi diagnóstico, sino que realmente le habéis dado continuidad, nos habéis dado espacio y tiempo para poder explicar desde diferentes ámbitos, desde diferentes personas, lo que es la ELA y las consecuencias que tiene y la situación que está en la mayoría de los afectados. Creo que estamos haciendo un trabajo de equipo fantástico.

–También dice que no teme a la muerte. ¿A qué le tiene miedo un hombre que no le teme a la muerte?

–A nada. Ahora mismo, ¿a qué le vamos a tener miedo? En una situación como la que yo estoy cuando te dan un diagnóstico de este tipo. Creo que lo que te sirve es para valorar presente y disfrutar al máximo cada minuto. En el fondo, también digo que esta enfermedad te da esa posibilidad de organizarte, de reflexionar y de poder tomar decisiones. Es una enfermedad difícil, muy complicada de mantener y acabas por perderle el miedo. En el fondo ni yo mismo sé si voy a morir de ELA, porque mientras esté activo, mientras despierte cada mañana, puede ocurrir cualquier cosa, nadie tenemos asegurado.

La pandemia nos ha puesto un poco en nuestro sitio. Podemos controlar o cambiar ciertas cosas y es ahí donde tenemos que poner la atención. Las que no podemos ni cambiar ni controlar hay que aceptarlas como parte de nuestra vida.

–¿Cómo recuerda el momento en el que le diagnosticaron su enfermedad?

–No lo recuerdo como algo con demasiado impacto. Yo digo que para mí había dos razones. Una por mi forma de ser, muy condicionada por el tipo de vida que yo he llevado relacionada con el deporte, y después una segunda razón que yo creo que era clave, y es que yo ya sentía que en mi cuerpo estaba ocurriendo algo que no era leve, que normalmente iba a ser grave y además ya llevaba tiempo visitando a los neurólogos.

En el momento que se le pone nombre por una parte, incluso hasta sientes un poco de alivio porque realmente ya te han hecho saber y sabes lo que tienes, cuál es tu diagnóstico. Pero por otra parte, yo digo que estoy contento porque no he tenido que hacer nada especial para poder aceptar la ELA como parte de mi vida. La actitud que tuve el día de antes del diagnóstico fue parecida a la que tuve el día después. Yo sé que ahora tengo unas muy malas cartas para jugar, pero con esta actitud, con ese saber aceptar y además de forma natural, yo creo que estoy en condiciones de jugarlas de la mejor manera posible.

El momento de comunicar la enfermedad a mi familia fue muy duro pero pude confirmar que estábamos más unidos que nuncaJuan Carlos Unzué

–¿Recuerda cómo se lo dijo a su familia?

–Sí, estaba mi mujer conmigo el día del diagnóstico y del hospital a casa no cruzamos una sola palabra. Y después a nuestros hijos se lo hicimos saber como a los cinco o seis meses. Pero por otra parte también me gusta quedarme con las partes positivas de todas las cosas. Fue un momento de confirmar que la familia estaba más unida que nunca. Entonces eso me dio una satisfacción enorme.

Yo tenía una preocupación, y era el cómo se lo íbamos a decir a mi madre, que tiene 95 años. Hablarlo con ellos fue el preludio antes de venir a Pamplona.

–A usted le ha tocado esta cruz y no ha tenido ninguna queja de puertas para fuera pero, en su fuero interno, ¿alguna vez se ha preguntado «por qué a mí»?

–A veces lo que me he preguntado es si no seré un bicho raro. Creo que lo más normal, o lo más habitual, por lo que me dicen compañeros y doctores es hacerte este tipo de preguntas, estar enfadado en cierta manera con el mundo. Entonces, claro, cuando yo he actuado como lo estoy haciendo, demuestra a lo mejor que soy una especie rara, porque los porteros hemos sido tachados de locos. Ser portero ya era una especie rara.

En este equipo hay unos cracks y, además, con un añadido y es que ellos me demuestran esa misma actitud o parecida a la mía en una fase de la enfermedad mucho más complicada.

Percibo que ya no tengo esa mirada de entrenador. Creo que ahora mismo me he convertido más en un espectadorJuan Carlos Unzué

–¿Qué le parece la Ley de Eutanasia aprobada por el Gobierno?

–Yo estoy de acuerdo con ella y entiendo que haya otros compañeros de enfermedad ,o personas en general, que no estén de acuerdo. Nosotros los afectados de este país lo que pedimos es que antes de poder decidir esa muerte digna, nosotros tengamos la posibilidad de tener una vida digna.

–Un 94 % de los enfermos de ELA no tienen los recursos ideales para afrontar esta enfermedad. ¿Qué medidas concretas pediría a los políticos para solventar esta situación?

–Tenemos muy pocas ayudas. A nosotros se nos trata en cierta manera como un enfermo domiciliario, pero nosotros tenemos una enfermedad que en un momento dado, más adelante, requiere de un cuidado sanitario. Al final nosotros somos enfermos que no deberíamos depender de servicios sociales, sino deberíamos de depender de la sanidad pública.

Una vida dedicada al fútbol 

–Hablemos un poco de fútbol, ¿qué partidos suele ver?

–Sigo viendo de una forma especial los partidos de los equipos por los cuales yo he pasado, especialmente los cuatro donde he estado más tiempo. Osasuna, Barça, Celta, Sevilla, el mismo Girona… Tengo un gran cariño por todos los clubes donde he pasado como el Oviedo, Tenerife, el Numancia que me dio la oportunidad de cumplir mi sueño como entrenador y hasta el propio Racing de Santander donde apenas estuve cinco semanas, pero que me enseñaron muchas cosas.

Es curioso que percibo que ya no tengo esa mirada de entrenador, sobre todo no la tengo como para estar los 90 minutos del partido atento a cómo lo hacía antes. Yo creo que ahora mismo me he convertido más en un espectador. Creo que el fútbol lo que hace es entretenerme.

Xavi ha llegado en una situación que no es fácil, pero es la persona idónea porque conoce la casa como nadieJuan Carlos Unzué

–De lo que no será ajeno es de la situación de su Barça, ¿Se imaginó en algún momento que caería tan pronto en esta Champions?

–Lo que está viviendo el FC Barcelona no es una situación nueva. La historia de cualquier club y, sobre todo, de los clubes grandes, está llena de ciclos. Si además vienes de un ciclo tan ganador, tan exitoso como el que ha tenido el Barça, pues cuesta a veces el entender que esto también es parte del proceso.

Yo he vivido también esos cambios de ciclo desde dentro. Llegué al Barça en el año 88 con Johan Cruyff después del motín del Hesperia y aquel momento también fue espectacular en el aspecto negativo.

Después volví en 2003 en una situación del club, ya no solamente difícil a nivel futbolístico, sino también a nivel económico. Y se logró darle la vuelta a esa situación. Vamos a decir que no hay que ponerse nervioso. Lo único que necesitamos los culés es un poquito de paciencia y tiempo para que estos chicos jóvenes vayan cogiendo cada vez un poquito más de experiencia, ayudados por gente más experimentada.

–¿Cree que Xavi será capaz de enderezar el rumbo?

–Él ha llegado en un momento que no es fácil. No solamente por los resultados del equipo, sino por llegar a mitad de temporada. Yo como entrenador ya he vivido esa experiencia y al final cambia cuando tú llegas en pretemporada y poder trabajar con un poquito más de tiempo, de transmitir tu idea. Es la persona idónea porque conoce la casa como nadie y es un chico muy inteligente. Ya lo era cuando, cuando jugaba. Entonces no tengo ninguna duda de que tiene claro cuál es la idea, lo a poner en práctica y en ello está.

Cuando llegas a ese punto de amistad y ocurren situaciones como las que nos han tocado vivir a Luis Enrique y a mí, te hace comprobar que el cariño es imprescindible en este mundoJuan Carlos Unzué

–Otra persona a la que usted conoce bien es a Luis Enrique, ¿cree que es el gran desconocido para el mundo del fútbol en general?

–Desconocido, quizá en lo personal. Yo te puedo decir que es un tipo entrañable y una persona con la que te puedes ir al fin del mundo, o yo por lo menos lo haría. Quizás la imagen que, a veces, puede transmitir en una rueda de prensa, evidentemente no enseña cómo es. A final él está transmitiendo algo que siente futbolísticamente, es su trabajo.

–Se reencontraron en la presentación de su libro. ¿Cómo fue el reencuentro de dos amigos a los que la vida ha golpeado?

–Muy emotivo también. Al final, nosotros creo que tenemos claro que esta amistad que tenemos no la va a romper absolutamente nada ni nadie. Entonces, cuando llegas a ese punto de amistad, de cariño con otra persona, y ocurren situaciones como la que nos ha tocado vivir a ambos, pues lo que te hace es más fuerte, lo que te hace es comprobar que la amistad es clave y el cariño es imprescindible en este mundo.

–Por último , su deseo para este año 2022.

–Pues mira, yo ahora mismo el mayor deseo que tengo no está relacionado con el fútbol, está relacionado con la vida y con esa vida digna de la que hablábamos antes. Mi sueño es que los políticos, en general, fueran capaces de forma consensuada de encontrar el momento para cambiar algo en beneficio de los de los afectados con ELA. Creo que sería lo más justo.