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El Hospital Nacional de Parapléjicos, la esperanza de Vicente para volver a hacer un Ironman

Vicente Jara es un valenciano de 50 años de edad, ingeniero de telecomunicaciones y amante del deporte. En su haber destacan ocho Ironman. Hace ocho meses una conductora despistada cambió su destino

Como cada fin de semana, Vicente cogió su bici. Sin embargo, una conductora despistada le embistió y le condenó a una silla de ruedas. La vida cambió para este ingeniero de telecomunicaciones valenciano que disfrutaba de un puesto de alta dirección en una empresa española y cuyo mayor hobby eran los Ironman. Ocho había corrido hasta la fecha. Tras un periodo complicado en el Hospital La Fe de Valencia, decidió recalar en el Hospital Nacional de Parapléjicos (Toledo), uno de los centros de referencia en lesiones medulares tanto en España como en Europa. Un lugar referente para aquellos que quieren iniciarse en el deporte adaptado.

El sueño de Vicente, tras seis meses en Parapléjicos es claro: volver a hacer un ironman. Para ello se prepara a diario gracias a su handbike. Trabaja en la potencia de sus brazos y afirma con ilusión que tendrá que «reaprender a nadar».

El apoyo de la familia es fundamental para que los lesionados medulares puedan avanzar en su recuperación. En el caso de Vicente, su familia le apoyó desde el principio en su andadura con el deporte, algo que, por supuesto, han continuado haciendo, más si cabe, tras su accidente.

El deporte para los lesionados medulares es una vía de escape, «una herramienta psicológica que les va a ayudar a continuar en su nueva vida», reconoce José Miguel Agudo, monitor de deportes del centro.

Vicente también aprovecha la ocasión para hablar de la dureza que supone enfrentarse a la realidad en un mundo «que no está diseñado para nosotros: las aceras no están adaptadas, las puertas son demasiado estrechas».

El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo abrió sus puertas en 1974, cuenta con más de 200 camas y un 100 % de ocupación en la actualidad. Es referencia en ocho comunidades autónomas, siendo Madrid la que más casos deriva. Este centro no solo trata, sino que también se dedica a la investigación, gracias al equipo de cien personas que lo componen. Sus pacientes suelen estar entre seis y nueve meses, donde aprenden a enfrentarse a su nueva vida. Una de esas vidas es la de Vicente, quien se niega a rendirse.