El camino del Real Madrid y del Liverpool a la final de la Champions, en datos

Con la final de Kiev todavía en la retina de los espectadores, Real Madrid y Liverpool volverán a jugarse de nuevo este sábado el triunfo en la máxima competición continental. Pocas cosas se han mantenido inmutables durante estos cuatro años: el mundo ha vivido una pandemia y el mismo escenario de la Decimotercera ha estado en la línea de fuego de los tanques y bombas rusas.

Tampoco en el propio Real Madrid, al que la marcha de Cristiano Ronaldo y de Zidane forzó a realizar una travesía por el desierto más corta de lo que se podía esperar. Durante este tiempo ha entrado savia nueva en el equipo –los Rodrygo, Vinicius o Courtois–, que esta temporada ha acabado por explotar, formando un tándem inmejorable con la vieja guardia –qué decir de un Modric que sigue tocado por los ángeles y un Benzema estelar–.

Al frente del barco ha estado el hombre del liderazgo tranquilo, el amigo de los jugadores. Tras su marcha prematura en 2015, Carlo Ancelotti volvió de manera inesperada al banquillo del Bernabéu después de pasar por Múnich, Napoli y Liverpool, experiencias saldadas con desigual fortuna. No obstante, el técnico de Reggiolo es un ganador nato y sabe cómo generar las condiciones ambientales que abren las puertas del éxito.

El Sheriff da el primer aviso

El Real Madrid no ha llegado a la final recorriendo precisamente un camino de rosas. Más bien todo lo contrario. El 28 de septiembre del año pasado, los blancos sufrieron un toque de atención prematuro. El Sheriff de Tiraspol, un equipo que se estrenaba en la Copa de Europa, logró una meritoria victoria en el coliseo madridista por 2 goles a 1.

Solo era la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions, pero una derrota de ese calado habría sido razón suficiente para que al equipo le temblaran las piernas; especialmente tras encadenar dos años sin acercarse a la victoria en su competición fetiche. Por el contrario, los de Ancelotti consiguieron rectificar el rumbo: acabaron primeros de grupo tras golear a Shakhtar y Sheriff y ganar con autoridad al siempre correoso Inter de Milán.

El segundo momento decisivo para el Real Madrid tuvo lugar a mediados de diciembre en Nyon (Suiza). Un fallo en la realización del sorteo de octavos obligaba a su repetición, y el cruce plácido contra el Benfica que le deparó en un primer momento se convirtió en un duelo de altura, que ninguno de los dos equipos elegidos habría querido enfrentar de manera tan prematura.

Un equipo abonado a la épica

El Paris Saint-Germain de Messi, Neymar y del entonces pretendido Mbappé fue la primera piedra realmente incómoda que los de Chamartín enfrentaron en su camino hacia la final. Cuando la eliminatoria ante los franceses parecía perdida con un 0-2 abajo, la épica del Real Madrid volvió a hacer acto de presencia.

Karim Benzema, que a sus 34 años ha encajado la mejor temporada de su carrera deportiva anotando 44 tantos, dejó sobre la lona en apenas 17 minutos al club de los petrodólares, ante la incredulidad generalizada del grupo de superestrellas que aún dirige Mauricio Pochettino.

Mes y medio más tarde, el máximo goleador de esta edición de la Champions dejó encaminada la eliminatoria de cuartos frente al todavía campeón, el Chelsea de Tuchel, con un meritorio triplete en Stamford Bridge.

La confirmación de los brasileños

En la vuelta, los ingleses dieron la sorpresa y solo las intervenciones salvadoras de Courtois impidieron que el Madrid fuera noqueado por el ex equipo del magnate ruso Roman Abrahamovich. Y es que ningún portero ha detenido más balones que el belga esta temporada: 51 lanzamientos rivales han acabado entre sus guantes, por apenas 15 de Alisson, el guardameta del Liverpool.

La entrada en el verde de Camavinga y Rodrygo revolucionó a los blancos, que acabaron logrando una nueva remontada de la mano del brasileño y de Benzema. Los delanteros madridistas repetirían hazaña frente el Manchester City de Pep Guardiola.

Y es que esta temporada ha supuesto la confirmación de la proyección de Rodrygo, que pese a no encontrarse entre los jugadores con más minutos de la plantilla –es solo el decimotercero–, se ha situado como el segundo máximo goleador de los de Ancelotti, con cinco tantos que han resultado claves.

Asimismo, Vinicius es el segundo mayor asistente de la competición, con seis pases de gol, quedando solo por detrás del portugués Bruno Fernandes (7); mientras que Militao y Casemiro están entre los cinco jugadores que más balones han recuperado.

Benzema también tiene el liderato en goles (15) y tiros (45), muy por encima de las cifras de la gran esperanza del Liverpool, Mohamed Salah, que ha lanzado en 34 ocasiones y ha anotado ocho tantos.

Un Liverpool avasallador

Los británicos han regresado a la final tres años después de su victoria frente al Tottenham en el Metropolitano, y manteniendo a gran parte del bloque de jugadores con los que tocó la gloria en 2019. Los de Klopp, que esta temporada se han quedado a un solo punto de llevarse la Premier League, hicieron pleno en la fase de grupos de la Copa de Europa, a pesar de enfrentarse a rivales complicados como Atlético, Porto o Milan.

El Liverpool solo ha sufrido una derrota en sus doce partidos que ha disputado. Fue por la mínima (0-1) en San Siro, y con un resultado que no les servía a los italianos para clasificarse a cuartos. Tampoco dieron opción los 'reds' a unos combativos Benfica y Villarreal en las siguientes fases.

Sus goles han estado mucho más repartidos que en el Madrid: Mané y Firmino han anotado cinco cada uno, mientras que Konaté y Luis Díaz, novedades en el equipo esta temporada, consiguieron otros dos.

Así, los seis veces campeones de Europa tienen mejores números que el equipo español en casi todas las estadísticas: partidos ganados, tiros intentados y a puerta, goles anotados y concedidos y porcentaje de posesión. No obstante, el fútbol no siempre entiende de cifras, y menos con el Real Madrid y la Champions de por medio.

Los blancos tienen la oportunidad de conseguir la Decimocuarta en un escenario privilegiado: la ciudad de uno de sus grandes rivales europeos, el PSG, y donde ya cayeron derrotados por el Liverpool en la final de 1981. Es tiempo para los de Ancelotti de seguir haciendo historia.