Fin a la «ventaja desproporcionada»: el deporte se pone serio con las transexuales
Las Federaciones Internacionales de Natación y Rugby las vetan en categorías femeninas y el atletismo y el fútbol piensan hacer lo mismo
Primero fue la FINA –Federación Internacional de Natación– y ahora le sigue el rugby. El deporte se ha puesto manos a la obra para poner límite a la presencia de transexuales en diferentes competiciones femeninas, una situación que adulteraba por completo los torneos y que tras el escandaloso caso de Lía Thomas se ha puesto de manifiesto que se necesitaba un cambio.
Y eso ya está en camino. La Federación Internacional de Natación ya ha dado el paso para vetar a las transexuales en categorías femeninas, una medida que impedirá que compitan en carreras de élite si han pasado por cualquier parte del proceso de pubertad masculina. Y ahora le sigue el rugby. Y el fútbol ya lo está estudiando y el atletismo se pondrá en marcha para hacer lo mismo.
En lo que se refiere al rugby ya se han tomado las primeras decisiones. La International Rugby League –la federación internacional de este deporte– ha vetado a 13 personas transgénero que pretendían jugar en partidos de rugby femenino. No lo podrán hacer ya que se ha llegado a la conclusión, avanzada por el Comité Olímpico Internacional, de que «las mujeres nacidas hombre pueden estar en una ventaja desproporcionada respecto a las otras competidoras».
Y ante esta adulteración del deporte las federaciones de cada disciplina quieren acabar con lo que es una cosa evidente: estas personas transexuales tienen una ventaja injusta que además permite un efecto llamada, es decir, que cada vez más mujeres que nacieron hombre puedan apuntarse a categorías femeninas y tener muchas más opciones de ganar.
Y eso no supone que estas profesionales sean alejadas de estos deportes. La Federación de Natación ya avanzó que intentará establecer «una categoría abierta» para los nadadores cuya identidad de género sea diferente a su sexo de nacimiento. Es decir, crear una categoría para ellas y que compitan entre sí. El rugby va por el mismo camino y quiere contar con «el bienestar y el riesgo legal y reputacional» de quienes juegan a este deporte.
El atletismo hará lo mismo
Nada más enterarse de la decisión de la Federación Internacional de Natación, Sebastian Coe, actual presidente de la Federación de Atletismo, salió a celebrar esta noticia. «Siempre hemos creído que la biología triunfa sobre el género y continuaremos revisando nuestras regulaciones de acuerdo con esto. Seguiremos a la ciencia», dijo el legendario atleta.
Coe explicó que seguirán «estudiando, investigando y contribuyendo al creciente cuerpo de evidencia de que la testosterona es un determinante clave en el rendimiento». El atletismo es también una de las disciplinas que más se verían afectadas por esta adulteración de la competición.
El fútbol lo estudiará
Y no se queda ahí la cosa, ya que el fútbol, a través de la FIFA, también sigue esta corriente y revisará sus reglas para las futbolistas transgénero. El máximo organismo del fútbol mundial asegura que «revisará caso por caso» y que va a «tomar en consideración» muchos parámetros para una decisión final.
Pero lo que está claro es que el fútbol también se suma a al menos abrir un profundo debate para que las jugadoras transexuales no jueguen en el fútbol femenino.
Y en esas está prácticamente todo el deporte, que se ha dado cuenta –y más tras el caso de Lía Thomas– que hay una importante adulteración en cada competición al sacar este tipo de deportistas ventajas aprovechadas por su situación previa. Como dice la resolución del COI, las mujeres nacidas hombre pueden estar en una ventaja desproporcionada.