Vingegaard derriba a Pogacar en Los Pirineos y sentencia el Tour de Francia
El danés, en otra exhibición, supera todos los retos posibles volviendo a salir vivo de los muchos ataques de Pogacar, que se desfondó en Hautacam, puerto final de una durísima etapa
Vingegaard saca ya 3 minutos y 25 segundos a Pogacar, que cedió definitivamente su corona
Jonas Vingegaard, danés de 25 años, ha entrado este jueves en la leyenda del Tour de Francia tras coronar, como lo hacen los grandes ciclistas, el durísimo puerto de Hautacam, en Los Pirineos, donde se regaló una victoria para la historia. Vingegaard se llevó la gloria más bonita vista en los últimos años en el Tour después de aguantar todo: superó ataques de Pogacar, del que jamás se separó, se libró de una caída en una bajada dramática y aguantó hasta el final, quitándose a todos los que habían aguantado en la fuga. Vingegaard fue eterno en Los Alpes y también lo ha sido en Los Pirineos.
Sirva la victoria del danés en Hautacam también para reconocer a Pogacar, que noqueado por su desfallecimiento en el Granon hace ahora más de una semana, prometió que lo intentaría, que atacaría. Y lo hizo. Y no una ni dos ni tres. Tampoco cuatro. El esloveno hizo hasta cinco cambios de ritmo, cinco ataques en el Col de Spandelles (primer gran puerto de esta etapa) que sin embargo no le valieron para nada. Y eso tiene que desconcertar. A Pogacar hay que valorarle que lo ha dado todo desde que cedió la victoria general en el Granon y que ha dado un espectáculo para pelear la ronda gala, justamente ganada por Vingegaard.
La bajada del Spandelles tuvo a todos con el corazón en vilo con la caída de Pogacar y la casi caída de Vingegaard. El maillot amarillo salvó un buen golpe cuando se le levantó la rueda de atrás y cerca estuvo de irse al suelo, a dónde si se fue Pogacar en una curva cerrada. Salió con heridas el esloveno, que los kilómetros siguientes pidió que viniera el coche de su equipo, que se adentró por la estrecha carretera con momentos de tensión. Parecía que cambiaría de bicicleta, pero lo que hizo fue pedir agua y dar algún que otro grito. Vingegaard, tras la caída, le aguantó para dejar un gran ejemplo de deportividad. El danés ganó con todas las de la ley, sin aprovecharse de desgracias ajenas.
El danés coronó Hautacam después de una durísima etapa en la que aguantó todos esos ataques de Pogacar en Spandelles, en los que tuvo el gran gesto en la bajada y en la que cimentó la victoria en esa subida a Hautacam, puerto de categoría especial y de una dureza impresionante. Y ganó Vingegaard, que se ha llevado las etapas reinas de esta edición: ganó en el Granon, en Los Alpes, gana este jueves en Los Pirineos. Bravo por el danés, que ha dado la vuelta a todo, por supuesto a los pronósticos ya que en este Tour la duda de la victoria general de Pogacar estaba en si se la quitaba el covid. No, se la quitó un brillante Vingegaard.
Se llevará el ciclista del equipo Jumbo la ronda gala salvo catástrofe en la contrarreloj de más de 40 kilómetros del próximo sábado. Sería eso, una catástrofe, porque la distancia total con Pogacar es de 3 minutos y 25 segundos. Pogacar entró en Hautacam a más de un minuto de Vingegaard.
Con Macron siguiendo la carrera in situ en una etapa de muchísimo calor en Los Pirineos, Vingegaard se ganó el corazón de todos los aficionados al ciclismo, que han disfrutado con un Tour impresionante. La lucha entre Pogacar y Vingegaard ha sido preciosa. El esloveno hizo todo lo que pudo hasta que cedió en Hautacam. Los dos han regalado un gran espectáculo. Ciclismo en estado puro.