El boxeo también veta a las transexuales: «Hay que competir en igualdad de condiciones»
El Consejo Mundial de Boxeo lo deja claro: «es injusto» y «no se puede obviar la cuestión biológica»
El boxeo también veta a las mujeres transexuales. El deporte se ha puesto serio y a disciplinas como la natación, el fútbol, el rugby o el atletismo se une ahora el boxeo, un deporte especialmente sensible en este tema al ser de mucho contacto y en el que se juega también con la salud.
El Consejo Mundial de Boxeo, una de las organizaciones encargadas de combates durante la temporada, ha sido claro en este asunto: «un combate de boxeo debe ocurrir entre dos competidores igualmente emparejados». Con un comunicado, explican que si bien apoya «de manera firme e inequívoca los derechos de las personas transexuales», reconocen -como se ha hecho ya en otros deportes- que la simple participación de estas personas en categorías femeninas es «injusto».
Señalan que existen pruebas científicas que ponen de manifiesto que mujeres transexuales tienen ventaja y que «no se puede obviar la cuestión biológica». Para ello explican que los niveles habituales de testosterona en una mujer oscilan entre 0,12 y 1,79 nanomoles por litro de sangre, mientras que en los hombres es de entre 7,7 y 29,4. «Se puede argumentar que cuando una mujer transgénero inicia su carrera profesional ya ha pasado por la pubertad masculina, lo que le confiere la musculatura y la estructura ósea de un hombre», comentan desde el Consejo Mundial de Boxeo.
No ocultan además que hay más componentes más allá del deportivo para acabar con este asunto. Existe también el problema de salud, ya que el boxeo «tiene un mayor riesgo de lesiones neurológicas agudas y crónicas» por lo que abogan por combates entre «dos atletas igualmente hábiles y equilibrados que compitan en el ring en igualdad de condiciones y para mantener los combates justos, competitivos, entretenidos y, lo que es más importante, seguro para todos los combatientes».
Hay que recordar que en general el deporte se ha puesto manos a la obra para poner límite a la presencia de transexuales en diferentes competiciones femeninas, una situación que adulteraba por completo los torneos y que tras el escandaloso caso de Lía Thomas se ha puesto de manifiesto que se necesitaba un cambio.