España remonta a Suecia y gana la medalla de bronce en el Mundial de balonmano

Nuevo éxito de la selección española de balonmano. Uno de los equipos que más éxitos ha dado al deporte español sigue sin faltar a su cita con las medallas. Este domingo ha conquistado en Suecia, y ante la anfitriona, la medalla de bronce en el Mundial, un gran éxito que vuelve a poner de manifiesto el gran estado del balonmano español.

En Estocolmo, con una cancha prácticamente al 100% con el rival en esta final de consolación, España ha ganado a la anfitriona Suecia (36-39) y se ha colgado el tercer bronce de toda nuestra historia. Es además la quinta medalla en un Mundial, que se ha ganado dos veces (2005 y 2013) y en el que se ha quedado en tercer lugar en tres ocasiones (2011, 2021 y 2023).

Como suele ser habitual, España ha vuelto a dar la cara en un gran torneo y esta vez lo ha hecho con todos los componentes en contra. Se logró el pase a las semifinales tras una agónica eliminatoria ante Noruega, a la que hubo que ganar en dos prórrogas. Después se cayó ante Dinamarca (campeona de los dos últimos mundiales) y ahora se gana a Suecia. Otro éxito del deporte español y de un combinado, el de balonmano, que siempre ha dado grandes alegrías a nuestro país.

Ha conseguido el bronce España tras una espectacular remontada que pone de manifiesto la inmensidad de una selección que tiene un carácter ganador más allá de quien esté en el banquillo o componga su plantilla. Al descanso, tras los primeros 40 minutos, iba perdiendo de cuatro goles (22-18), pero una segunda parte primordial, con un parcial de hasta un 0-6, lo cambió todo.

Una fe inquebrantables

Y eso con 22.000 suecos detrás que hicieron del Tele2 Arena de Estocolmo una caldera, pero esta España supera eso y más. Tiene carácter irreductible, una fe inquebrantable en sus posibilidades que no son palabras hechas. Se nota a la hora de superar situaciones adversas como las que llegó tras una mala primera parte. El guardameta sueco Andreas Palicka pareció empeñado en dar una alegría enorme a su gente. Lo paraba todo.

España se centró en los lanzamientos de Joan Cañellas y las circulaciones de Afrià Figueras en la línea de seis metros la fórmula para dar replica a los goles del pivote sueco Max Darj, un problema irresoluble para la defensa española en la primera mitad. Lo mejor que pudo pasar es que llegara el descanso. Ahí fue otra historia.

En la portería española apareció Rodrigo Corrales, que sustituyó a Gonzalo Pérez de Vargas, y construyó la remontada desde la defensa. Detuvo cuatro de los cinco primeros lanzamientos que recibió, lo que dio margen a España para mejorar mucho. Fue el artífice del mencionado parcial de 0-6 para el equipo entrenado por Jordi Ribera.

En el momento en el que el encuentro dejó ser un correcalles llegaron los problemas para el conjunto sueco, que se mostró mucho más errático cuando tuvo que atacar en estático. En gran estado de forma llegaron los últimos diez minutos en los que se sufrió, Suecia amagaba con acercarse, pero España la mantenía a distancia. Fue una victoria final muy celebrada, un bronce que sabe mucho a oro.