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El fútbol sala ha perdido en los últimos años mucha atención mediática en el deporte españolLNFS

La caída a los infiernos del fútbol sala: de las dos estrellas a una liga clandestina

Esta semana se celebra en Granada una polémica Copa de España que ha perdido todo el interés

A principios del siglo XXI el fútbol sala vivía su edad dorada. Dos mundiales ponían el deporte más practicado en España en la picota de los informativos. José María García entregaba su última voz a un juego que él había impulsado y lastrado a su antojo.

Javier Lozano, seleccionador nacional en aquellos años, era reclamado por José Antonio Camacho para viajar con la expedición española al Mundial de Corea y Japón. Su cometido era compartir su hoja de ruta para ser campeones. Después, recalaba en el Real Madrid para poner en marcha la nueva ciudad deportiva de Valdebebas igual que hizo en la nueva sede de la RFEF en Las Rozas.

Antes, a finales de los 80, el fútbol sala era el juguete de García. Su equipo, Interviú, empezaba a perder demasiado enfrentado al de otro periodista, Juan Manuel Gozalo. La guerra acabó en ligas paralelas y equipos y jugadores enfrentados.

Hasta que llegó Ángel María Villar y decidió poner este deporte en manos de los que sabían, de uno y otro lado. Los condenó a entenderse y puso en marcha la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) para que se encargará de la competición junto a la RFEF. Aquella paz dio lugar a dos mundiales, varios europeos y a que el resto del mundo reclamase a profesionales españoles para impulsar el fútbol sala.

La convivencia duró décadas. La LNFS explotaba la competición, conseguía dinero para los clubes, organizaba la Copa de España como máximo escaparate de un deporte que nunca llegó a profesionalizarse cuando tuvo ocasión. Villar dejaba hacer, no se metía, acudía a entregar trofeos y viajaba con la selección.

La eterna rencilla entre Rubiales y Tebas

Un buen día, el trabajo de la LNFS obtuvo el mayor resultado nunca esperado: LaLiga compró los derechos de televisión del fútbol sala durante cinco temporadas a razón de algo más de un millón de euros por cada etapa. El éxito afloró las rencillas eternas entre Luis Rubiales, presidente de la RFEF y Javier Tebas, presidente de LaLiga. El primero no permitió que el segundo, su gran enemigo, comprase los derechos de una competición sobre la que él tenía poder al pertenecer a la Federación.

Fuentes cercanas a aquel proceso cuentan que hubo indirectas «muy claras» a LaLiga para que ese dinero acabase en Inter Movistar en vista de que el principal patrocinador iba a recortar mucho la ayuda que venía aportando desde hace años.

En ese momento, Rubiales puso en marcha la maquinaria para arrancar el fútbol sala de la LNFS y, de paso, arruinar la imagen de Javier Lozano con un supuesto escándalo con los avales de Caja Segovia. Aquello no prosperó porque ningún directivo de entonces secundó la denuncia y todo quedó en pólvora mojada.

Este jueves arranca en Granada la Copa de España de fútbol sala

Varios equipos de la LNFS, entre ellos el club que dirige García, una de las locomotoras de la competición, conspiraron en un hotel cercano a estación de Atocha en Madrid para revolucionar el futsal de la mano de Rubiales y sus promesas.

Años después de aquello lo que queda es un deporte dividido que se parece mucho al de finales de los 80. La LNFS sigue ofreciendo los partidos televisados de los equipos que se mantienen en el organismo mientras que la RFEF les somete a todo tipo de sanciones por no formar parte de su cuerda.

Del otro lado, los sublevados sufren la falta del dinero de las televisiones porque la LNFS se lo ha denegado justamente al abandonar el barco. El equipo de García consiguió 250.000 euros gracias a una subvención de la RFEF creada específicamente para ellos y que servirá para parchear los problemas económicos que le asolan, alejado de las posiciones altas y de los títulos.

Y ahora, la Copa de España

La Copa de España de Granada se aprobó con menos de un mes de plazo y con las aficiones molestas porque no han tenido tiempo de planificar viajes. La venta de entradas fue un caos y el patrocinador se vio seriamente comprometido.

Esta debacle contrasta con la penúltima Copa de España organizada en paz en el Wizink Center de Madrid con más de 12.000 personas en aquella histórica final que ganó Jaén a Inter.

El año 2023 será decisivo para este deporte. José Manuel Franco, presidente del CSD, no acaba de tomar la decisión de hacer profesional a este deporte porque eso se lo quitaría de las manos a Rubiales. Por otro lado, los derechos televisivos se acaban y será la RFEF la que tome el control absoluto del fútbol sala más clandestino de la historia.