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Gervonta Davis (izquierda) y Ryan García, durante la ceremonia del pesajeEFE

Boxeo

Tres motivos por los que el Gervonta Davis contra Ryan García es el combate del año

Dos de los púgiles más mediáticos de la última generación se enfrentan esta noche en Las Vegas sin títulos ni cinturones en juego, pero con una rivalidad y un antagonismo llamado a marcar la década

A menudo se escucha decir a boxeadores retirados (y también a los que están en activo) que cuando uno sube al ring no lo hace por dinero ni por los títulos: sino por la gloria. Y es cierto. En un deporte donde la mayoría de las veces el sueldo –la bolsa– está blindado independientemente de lo que ocurra en la tarima, peleas como las de esta noche entre Gervonta Davis y Ryan García están llamadas a engrandecer el oficio.

Hay muchos motivos para pensar que el combate que va a paralizar esta madruga Las Vegas (en España podrá verse a partir de las 4:30 en Fight Sports) es la pelea del año. El primero seguramente, que boxearán no para disputar un cinturón de campeón, sino para resolver una rivalidad que lleva años engordando. Pero hay más.

Cartel del combate entre Gervonta Davis y Ryan García

Antagonistas

Como en las mejores películas, el combate de esta noche tiene protagonista y antagonista. Y lo mejor de todo: cada aficionado puede poner a quien quiera en los distintos papeles. Gervonta Davis encaja en el perfil del bad boy, apadrinado en sus inicios por Floyd Mayweather Jr., y duda casi hasta el último momento para la pelea tras ser detenido en Navidad por violencia doméstica.

Ryan García, por su parte, está promovido por el excampeón Oscar de la Hoya, con quien guarda hasta cierto parecido físico, y es para muchos el niño bonito de la industria. Sus detractores le acusan de ser el «campeón de Instagram», pues acumula una legión de seguidores y, hasta la fecha, no cuenta con ningún campeonato regular en su poder.

Combate en plenitud

En contra de lo ocurrido en otras ocasiones (como en el combate entre Pacquiao y Mayweather Jr., sin ir más lejos) ambos llegan perfectamente jóvenes y en plenitud. Gervonta Davis tiene 28 años, varios títulos en su poder y un récord inmaculado (28 victorias, cero derrotas y 26 triunfos por KO). Al otro lado, Ryan García tiene todavía 24 años, pero acumula un récord de 23 victorias, cero derrotas y 19 triunfos antes del límite. No es todavía un destructor como Gervonta –al que apellidan Tank y está tatuado como si saliera de la Mara– pero es un especialista en el golpe al cuerpo, el gesto que más alegrías le ha dado.

Muy personal

Gervonta Davis es a los pesos ligeros lo que Tyson fue a los pesos pesados: un peligro con fama de maldito. Cuenta casi todas sus peleas por KO y ha destruido a rivales invictos y a grandes campeones como Leo Santa Cruz. Sin embargo, en su vida fuera del ring acumula varios antecedentes penales entre los que figuran asalto, agresión o violencia doméstica.

​Ryan García, por su parte, fue padre de una niña con 20 años. Pocos después (y pese a tenerlo 'todo') se tomó un tiempo de inactividad debido a una depresión. Más tarde reconoció que en aquellos días empezó a beber y llegó a pensar en suicidarse, pero ha terminado reconduciendo su carrera, su salud y su estado de ánimo.

Supremacía

De la misma forma que la categoría de los pesos pesados está viviendo en esta década una nueva edad de oro –con un manojo de púgiles de entre los que sobresale Tyson Fury disputándose los cinturones– el que salga vencedor esta noche podrá presumir de cierta supremacía sobre el contrario. Es cierto que Tank tiene los títulos y las peleas de más renombre, pero ambos boxean esta madrugada para dirimir algo tan simple cómo quién es mejor de los dos: si uno de los talentos más fieros de la última década o el 'guapo' y «campeón de Instagram», que con 9,7 millones de seguidores duplica en apoyo virtual a Davis. En las apuestas, sin embargo, ocurre justo lo contrario: es Gervonta quien dobla en favoritismo a Ryan García.

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Los dos han hecho una promoción en la vieja tradición norteamericana, mostrándose un rechazo que no parece impostado. Ante la ausencia de títulos, la noche decidirá lo que de verdad importa: quién es mejor de los dos. La gloria y el recuerdo, por encima de los cinturones.