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Pello Bilbao celebra su triunfo en la décima etapa del Tour de FranciaAFP

Pello Bilbao, la esencia del ciclismo vasco para acabar con la sequía española en el Tour de Francia

Han tenido que pasar cinco años y más de cien etapas para que un ciclista español levante los brazos en el Tour de Francia. Las alarmas se habían encendido ya en el pelotón nacional ante la falta de victorias en la carrera más importante del mundo, pero la calidad de algunos ciclistas evidenciaba que era cuestión de tiempo que uno de los nuestros estuviese en el momento y el lugar indicado.

Y ahí estaba Pello Bilbao camino de Issoire en el décimo día de competición. Una etapa que animaba a los valientes a intentarlo y en la que tuvo que imponerse a corredores como Julian Alaphilippe, Michal Kwiatkowski o Mathias Skjelmose. Una victoria que brillará siempre en el marco de una trayectoria de mérito y que servirá de homenaje eterno a Gino Mäder, compañero de equipo del vasco que murió trágicamente hace algunas semanas tras sufrir una caída en la Vuelta a Suiza

Los frutos del mítico Euskaltel-Euskadi

La desaparición del equipo vasco en 2012 puso en jaque la carrera de una generación en la que se incluyen nombres como los de Mikel Landa, los hermanos Izaguirre o el propio Pello Bilbao. Todos ellos crecieron al calor de una escuadra que era mucho más que eso y que hizo del color naranja el símbolo de toda una afición.

Pello Bilbao, luciendo el maillot de Caja Rural, en el podio de la Vuelta a Castilla y León 2016EFE

Aquel final llegó poco después de Pello en la máxima categoría del ciclismo y después de forjarse en carreras en las que demostró su punta de velocidad y su capacidad de resolver fugas de la mejor manera posible. Años de preparación y experiencia que, seguro, empujaron al de Guernica en los metros finales de la etapa de ayer.

Pasó nuestro corredor de un clásico del ciclismo español a otro, el Caja Rural. Fue en este equipo donde pudo debutar en su primera grande, la Vuelta de 2014, y donde llamó la atención de los grandes del pelotón. Pasaría al Astana en 2017 y dos años más tarde llegaría uno de sus grandes momentos en el ciclismo.

Amor italiano

Con el maillot del equipo kazajo se presentó Pello en Monreale en 2019. Comenzaba un Giro de Italia en el que destacó sobremanera ganando dos etapas. La primera de ellas, camino de L'Aquila, rematando la fuga a un kilómetro de la meta; la segunda, en lo alto del Monte Avena, ganando al sprint a su amigo Landa. Velocidad e inteligencia, dos cualidades que, otra vez, nos llevan inevitablemente a la décima etapa del Tour 2023.

Si en 2019 eran rivales, en 2022 Landa y Bilbao fueron al Giro como compañeros de equipo en el Bahrein. Juntos pelearon por la maglia rosa y terminaron dentro del top 5.

Pello Bilbao celebra su victoria en la 20ª etapa del Giro 2019 por delante de Mikel LandaAFP

Experiencia y madurez

Y con todos estos antecedentes, Pello Bilbao empezaba el Tour de Francia como una de las grandes bazas españolas para acabar con la sequia de victorias. Cinco años después, llegaba la hora de coger el relevo a Omar Fraile. «Estaba un poco agobiado», reconocía el corredor en meta tras su exitosa galopada.

Entre Vulcania e Issoire supo Pello unirse al ataque bueno del día tras una salida caótica y disputada; guardó fuerzas y supo mantener la cabeza fría en el último puerto sabiendo que una aventura en solitario tenía pocas opciones; y reventó a sus rivales en un sprint del que habían quedado eliminados algunos de los hombres más fuertes. «Solo pensaba en ganar la etapa para dedicarle la victoria a Gino», comentaba emocionado el del Bahrein.

A sus 33 años, su escapada ha tenido el doble premio de auparlo hasta la quinta posición de la general y su capacidad de resistir en la alta montaña lo sitúan como un firme candidato a terminar el Tour en el top ten. Pello Bilbao sabe que está «en el mejor momento de su vida» y aunque el podio parece lejano, se une a Carlos Rodríguez como aspirante español a los puestos de honor de la Grande Boucle.