El pinchazo Piqué: se vendió como buen empresario y ha terminado coleccionando fracasos

Gerard Piqué ha conseguido durante mucho tiempo ser considerado por la mayoría de la sociedad española como un tipo con buen ojo para los negocios. En los últimos años el exjugador ha logrado que cale su faceta de gran empresario y a través de su empresa Kosmos ha estado detrás de ambiciosos proyectos como la nuevas Supercopa de España, la revolución de la Copa Davis, la Kings League o la compra del Andorra FC.

Todos ellos sonaron con mucha fuerza en sus inicios, pero al final se han terminado truncado por diferentes razones. Además, Piqué ha seguido el mismo guion siempre, prometiendo que sus negocios llegan para revolucionar el deporte y finalmente termina saliendo por la puerta de atrás y dejando las cosas peor de lo que estaban.

El más sonado de todos sus negocios ha sido el de llevar a Arabia Saudí la Supercopa de España desde 2020 hasta 2029 a razón de 40 millones de euros por temporada. Un cambio que a simple vista tiene sus cosas buenas, como dar más dinero a los clubes y además invertir una parte en el fútbol base, pero también sus cosas malas. No se puede obviar que es extraño que el supercampeón de España se decida fuera de nuestras fronteras, algo que además aleja a los aficionados de sus equipos.

No obstante, más allá del debate sobre si fue un acierto o no, lo que huele raro en este contrato –que es el principal objetivo del operativo ejecutado por la UCO– son todas las irregularidades que tuvo y que ahora están siendo investigadas.

Vaya por delante que ahora mismo ni Kosmos ni Piqué están siendo investigados y que ellos actuaron como intermediarios e hicieron públicas las comisiones en el año 2022. Eso sí, no se puede pasar por alto el escándalo que fue saber que Piqué (jugador del Barcelona en activo por aquel entonces) fue uno de los que estuvo detrás del nuevo torneo y que la RFEF firmó con su empresa el contrato que ahora mismo está siendo investigado.

La compra de la plaza del Reus

Por esas mismas fechas, su buena relación con Luis Rubiales también le hizo más fácil acceder a la plaza que dejó vacante el Reus en la antigua Segunda División B. Esto le sirvió para llevar a su Andorra –club que compró Kosmos en diciembre de 2018–a la categoría de bronce del fútbol español y ascender una categoría en los despachos.

Tres años después, el Andorra logró el ascenso a Segunda División y el proyecto de Piqué parecía que estaba encaminado a pelear más pronto que tarde por llegar a Primera. En cambio, lo que apuntaba a éxito está cerca de terminar siendo un fiasco. Ahora mismo el equipo dirigido por Eder Sarabia es penúltimo en Segunda y si termina descendiendo estará cinco años después en el mismo lugar al que lo llevó Piqué comprando una plaza que no era suya.

El destrozo a la Copa Davis

Peor aún fue su entrada en el mundo del tenis. Gerard Piqué apareció como 'salvador' del deporte rey de la raqueta y terminó saliendo por la puerta de atrás y con varios tenistas de renombre criticando sus absurdas reformas. Afortunadamente para este histórico deporte, las manos de Kosmos solo entraron en la centenaria Copa Davis, un evento con un aura especial y que perdió todo el valor y su magia por acabar con lo que la hacía una competición única.

El exjugador azulgrana optó por acabar con el factor cancha y llevar el evento a una sede única y también redujo a dos semanas una competición que antes se resolvía a lo largo del año. Como era de esperar y predijeron la mayoría de tenistas, esto solo tenía una salida. El fracaso. Así las cosas, tres ediciones después y sin haber sido capaz de sacar el torneo de España (prometió que se jugarían las finales por todo el mundo), Piqué y Kosmos rompieron el contrato con la ITF, aunque el daño hecho al torneo ya es irreparable.

Kings League, su siguiente caída

La última aventura empresarial de Piqué ha sido la Kings League, una competición de un fútbol con normas extrañas y que en sus primeros meses llamó la atención. Tal fue su éxito inicial que el exfutbolista se atrevió a pronosticar que su torneo (que se emite gratis en Twitch) sería capaz de competir de tú a tú con el fútbol, que en su opinión ya no interesa a los jóvenes por ser muy largo y monótono.

Nuevamente, Piqué se ha dado de bruces con la realidad y un año después de que lanzara su Kings League, ya no mantiene ni un tercio de la audiencia y está a años luz de tener el interés que genera el fútbol temporada tras temporada. Es más, ni metiendo constantes reformas y ganchos para los espectadores ha logrado que la continúen siguiendo. La burbuja explotó muy pronto.

A pesar de esto, Piqué sigue empeñado en menospreciar al fútbol de siempre –que es lo que le ha dado de comer– y se niega a ver que lo que ha dejado de interesar es su Kings League. «Una de las razones por las que empezamos la Kings League es porque mis hijos ven un partido de futbol y después de diez minutos están en sus teléfonos viendo otra cosa. Los clubes pagarán a los aficionados para que vayan al estadio, porque la experiencia en casa, en pijama, es incluso mejor que ir al estadio», declaró en una reciente entrevista con The Times.