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Tadej Pogacar se proclama campeón del mundo en rutaEFE

La idea que ayudó a Pogacar a proclamarse campeón del mundo

el pasado domingo Tadej Pogacar conquistó en solitario su primer maillot arcoíris en el Mundial de Zurich 2024 con una exhibición de otra galaxia, atacando a 100 kilómetros del final y completando los últimos 51 solo, lo que supone un suma y sigue para una temporada inmaculada e histórica del esloveno.

Tras Pogacar, el australiano Ben O'Connor se hizo con la medalla de plata y el neerlandés Mathieu van der Poel ganó la de bronce, aunque quedó claro que hubo dos carreras, la del esloveno y la del resto. El futuro se presenta negro para los demás en todas las citas en las que esté.

La estrategia del equipo esloveno

Esta gesta que realizó el ciclista esloveno tiene otra intrahistoria que explica el hecho de que todo saliera a pedir de boca. No sólo fueron las fuerzas y la valentía que demostró tener el ciclista del UAE, sino que también hubo una estrategia que ayudó a que el final fuera feliz para el ciclista más espectacular del mundo.

Y es que los propios protagonistas de la historia han desvelado uno de los secretos que ayudaron a Pogacar a manejar tan bien los tiempos de carrera. El Mundial es una de esas competiciones que se disputa sin pinganillos, es decir, sin comunicación directa con el coche de equipo para recibir las órdenes de los directores, así que en Eslovenia encontraron una alternativa.

El esloveno fue recibiendo puntualmente información de la ventaja que mantenía con respecto a sus seguidores a través de mensajes pegados a los bidones. Cada vez que el esloveno recibía un bote de líquido por parte de sus auxiliares, el equipo le añadía una nota con las referencias exactas y así que le hacía ver con más facilidad en qué situación estaba la carrera.

Noté que la moto que me acompañaba me daba una referencia cada dos kilómetrosTadej PogacarTras su victoria en el mundial en ruta

«Noté que la moto que me acompañaba me daba una referencia cada dos kilómetros, pero también me escribían las diferencias en los bidones que recogía de los puntos de avituallamiento», confesó el propio Pogacar.

El seleccionador de Eslovenia tampoco tuvo reparos en comentar esta ayuda adicional que trataron de proporcionar a su corredor para que estuviera mejor informado: «En cada puesto de avituallamiento, dos por vuelta, el staff escribía la situación de carrera y las diferencias en los bidones».

Una gesta histórica

Semejante exhibición le permitió igualar la gesta de Eddy Merckx en 1974 y de Stephen Roche en 1988, cuando ambos ganaron Giro de Italia, Tour de Francia y Mundial.