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Rafael Nadal es uno de los mejores deportistas de la historia, y sin ninguna duda el mejor tenista español. Su carrera ha sido muy larga, a pesar de las constantes lesiones, pero su talento precoz nos ha permitido disfrutar de sus proezas desde muy joven.

Uno de sus puntos fuertes, además de su indiscutible talento, ha sido su mentalidad de hierro y un gen competitivo inspirador. El tenista de Manacor ha destacado por su autoexigencia, su humildad y su ética del esfuerzo. Unas cualidades innatas en el deportista, como deja patente una entrevista realizada hace casi 25 años.

Rafael Nadal era por aquel entonces un niño desconocido para el gran público, pero que ya apuntaba maneras dentro de la cancha de tenis. A sus catorce años, lo que aun no había dado a conocer era su increíble personalidad y una capacidad tremenda para mantener los pies en la tierra y focalizarse en su próximo partido, con una humildad impropia para un talento tan joven.

A tan corta edad, Nadal ya respondía a los periodistas con muchas tablas. Tras lograr la victoria en uno de los torneos más prestigiosos para las futuras estrellas del tenis, Nadal ya dejó a los periodistas sin palabras. «Ahora, a seguir entrenando. Ganar este torneo no significa que vayas a ser muy bueno», explicaba un jovencísimo Nadal.