El deportivo gesto del portero de España para evitar la injusta expulsión de un rival en el Mundial
Gonzalo Pérez de Vargas, guardameta de la selección española de balonmano, hizo rectificar al árbitro y le dijo que el balón había golpeado en su antebrazo antes de impactar en su cara
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El Mundial de balonmano que se celebra de manera conjunta en Croacia, Dinamarca y Noruega ha dado que hablar por un gesto (en este caso positivo) que ha dado la vuelta al mundo y que salvó a un jugador de Suecia de una expulsión que hubiera sido injusta.
Gonzalo Pérez de Vargas, guardameta de la selección española de balonmano y uno de los líderes del equipo, dio una lección de deportividad en el último encuentro de la fase de grupos que enfrentó a España y a Suecia y demostró lo buen compañero que es.
Los hechos sucedieron en el minuto 40 de partido. En ese momento, Suecia iba ganando por seis goles y la selección escandinava tuvo un penalti a favor. Hampus Wanne fue el encargado de lanzar la pena máxima. El extremo izquierdo amagó dos veces antes de disparar con fuerza y Pérez de Vargas detuvo el lanzamiento.
Y ahí fue donde surgió todo. Las imágenes oficiales parecían indicar que el portero toledano había parado el tiro con la cara, hecho que según el reglamento hubiera provocado la expulsión de Wanne, ya que si un lanzamiento de penalti golpea en la cabeza del portero sin estar en movimiento conlleva una descalificación directa.
El colegiado del encuentro le sacó la roja a Hampus Wanne y ahí fue cuando Gonzalo Pérez de Vargas le explicó al árbitro que antes de darle en la cara el balón había impactado en su antebrazo. Esa justificación llevó al colegiado del encuentro a rectificar y el extremo sueco pudo seguir en el terreno de juego.
El gesto de Pérez de Vargas provocó el aplauso de todo el pabellón. El guardameta fue deportivo y quiso ser justo con Wanne, porque conviene recalcar que tanto el guardameta como el extremo son compañeros de equipo en el Barcelona.
Al acabar el encuentro, Pérez de Vargas explicó qué había pasado en los micrófonos de Radio MARCA. «Estas normas se han introducido para proteger al portero y es lo que hay, al final, no hay que sobreactuar en estos casos. Tenemos cámaras por todos lados y cuando no es un pelotazo en la cara, no lo es. Me ha salido natural, y la verdad es que lo volvería a hacer. Espero que todos mis compañeros también. El balonmano es un deporte noble, un deporte sano, y estas cosas lo demuestran».