Rory McIlroy gana el Masters y logra el Grand Slam

Con su estilo inconfundible, siempre marcado por la emoción y la intensidad, Rory McIlroy ha tallado su nombre en la historia del golf, siguiendo un camino lleno de altibajos. Como aquella vez en 2012, durante la Ryder Cup en Medinah, cuando se equivocó de hora y tuvo que llegar al campo escoltado por la policía.

El atardecer en Augusta dejó una de las escenas más poderosas de redención desde que, hace seis años, Tiger Woods se erguía en ese mismo escenario para enfundarse la chaqueta verde de su 15º major, el que lo rescató de sus sombras. Esta vez fue Rory McIlroy quien protagonizó el momento: cayó de rodillas y rompió a llorar sobre el green del 18, tras vencer a Justin Rose en el primer hoyo del desempate.

Durante su rueda de prensa , Rory McIlroy mostró el rostro de alguien liberado. «He llevado esta carga durante once años», confesó con sinceridad. Porque el deporte, detrás del brillo y los aplausos, también tiene un lado cruel. Hoy, Rory puede presumir de haber conquistado los cuatro grandes. Pero, ¿qué habría sido de su carrera (y de su paz mental) si nunca hubiera logrado enfundarse la chaqueta verde?

Estamos hablando de un golfista con 44 victorias internacionales y 104,2 millones de dólares en premios solo en el PGA Tour. Sumando lo ganado en otros circuitos, su cifra probablemente supere los 140 millones. Y aun así, sin la victoria en el Masters, el vacío habría persistido. El éxito no siempre basta cuando falta la pieza clave. Sin Augusta, Rory habría seguido siendo un campeón... pero con una espina clavada.

Un palmarés de leyenda

El de Irlanda del Norte ha entrado en el olimpo de golf y ya se codea con los más grandes de la historia. Se iguala a nombres como Gene Sarazen, Ben Hogan, Gary Player, Jack Nicklaus y Tiger Woods, este último el que tenía el antecedente más reciente en el año 2000.

McIlroy anhelaba esta victoria, pues le permite completar su Grand Slam. A sus 35 años, suma el Masters de 2025 a su palmarés, que ya incluye el US Open de 2011, los dos Campeonatos de la PGA ganados en 2012 y 2014, y el British Open de 2014. Once años después, Rory McIlroy regresa a la cima como campeón de un 'major'. El 'major' que más deseaba.