Fundado en 1910
Luka Doncic abandona la cancha de los Suns tras eliminarles en el séptimo partido

Luka Doncic abandona la cancha de los Suns tras eliminarles en el séptimo partidoGetty Images via AFP

Doncic y Booker, un pequeño gran cuento de 'venganza' para la historia del baloncesto

El base esloveno de los Mavericks hizo historia al liderar la remontada de su equipo con un 3-2 adverso y contra el mejor equipo de la NBA en un séptimo partido a domicilio tras la imprudente burla de la estrella rival

Devin Booker, la estrella de los Suns, el primer equipo de la temporada regular con 64 victorias, fue elegido hace unos años por las jóvenes estadounidenses como el jugador más atractivo de la Liga. Un jugador de carpeta, de teleserie de adolescentes y también de parqué. Uno de los mejores anotadores de las últimas temporadas que con la llegada de Chris Paul vio a su equipo convertirse en candidato al anillo (el año pasado fue el finalista). De las taquillas de High School a la seriedad de un título que pretendía ganar sin dejar a un lado las gracias de comedia televisiva juvenil.

En el quinto partido de la serie contra los Mavericks de Luka Doncic, con el partido ganado casi por aplastamiento, Booker cayó derribado por falta y se permitió una interpretación histriónica delante de la cámara de debajo de la canasta. Fingió estar muy dolorido y de repente miró al foco con una sonrisa y dijo: «Al estilo de Doncic», entre el jolgorio de sus compañeros que se habían acercado para ayudarle. Los Suns estaban a un solo partido en Dallas de pasar a la final de la Conferencia Oeste y pensaron que ya lo habían hecho. Tremendo error, y más mencionando el nombre en tono de burla de la estrella eslovena.

Una vez el histórico pívot Dikembe Mutombo, famoso, además de por su gran desempeño en la pista, por su lengua mordaz, se atrevió con el mismísimo Michael Jordan y el mejor jugador de la historia le respondió con un castigo ejemplar, representado para la posteridad en aquellas imágenes del tiro libre en el que Michael, llamando la atención de Mutombo, le dedicó la canasta con los ojos cerrados. A partir de entonces el tormento no cesó para el center congoleño y su equipo. Doncic es de esa estirpe. La de los Jordan o los Bird que solo necesitan imaginar una terrible venganza para hacerla realidad.

Las palabras de Booker, el ídolo de adolescentes, en el Footprint Center de Phoenix, tocaron esa tecla que solo tienen los más grandes y que los inteligentes se cuidan de no tocar, ni siquiera por error. Booker cometió una imprudencia fatal y Doncic se encendió en el American Airlines para empatar la serie imposible y se mantuvo sin apagarse para volver a Arizona y concluir el desquite. Algo parecido a la furia de William Munny al enterarse de que el cadáver de su amigo Ned estaba expuesto a la puerta del saloon.

Nowitzki se abraza con Doncic al término del séptimo partido contra los Suns

Nowitzki se abraza con Doncic al término del séptimo partido contra los SunsGetty Images via AFP

Casi llovía, como en la película, la noche en que Luka fue a vengar a Ned bajo la atenta mirada de Nowitzki, que no quiso perderse el espectáculo como ninguno nos quisimos perder a Clint Eastwood al final de Sin Perdón. Simplemente fue una lección histórica de un elegido a un baloncestista de Disney, de los que sonríen y resuenan las risas enlatadas. Lo que oyó Booker la madrugada del domingo fue el sonido limpio de los balones de Doncic perforar una y otra vez (con una terrible sonrisa tras otra) la canasta de sus Suns como si oyera los cascos sobre la tierra bajo la lluvia del viejo penco de Munny.

Pases desde el suelo, pasos atrás haciendo caer de espaldas a sus defensores ante la misma locura de la propia afición rival al contemplar el milagro de los triples. El poste bajo, la media vuelta, el fallo, la recuperación, la furia, la meta, un cabalgar constante con la mirada fija en destruir al mejor equipo del año a cuyas estrellas seca. El jugador imparable de 23 años que niega y afirma. Que se desliza sobre las espaldas de los jugadores naranjas como si sirviera Spritzs en bandeja.

El chico que falla y recupera y lanza sin pensar casi desde detrás de la canasta, como aquella vez Bird, y le dice al público con una sonrisa encantadora que no se impacienten, que estén todos tranquilos porque allí está él para colmar sus deseos y atravesar cualquier defensa como si fuera invisible.

Doncic y Booker se abrazan tras la victoria de los Mavericks contra los Suns

Doncic y Booker se abrazan tras la victoria de los Mavericks contra los SunsGetty Images via AFP

Doncic y sus Mavs (con Dinwiddie y Brunson como el Casandro y el Ptolomeo de este Alejandro) ya están en la final de la Conferencia Oeste, mientras los Suns, el mejor equipo del año, ya son solo una foto del gracioso Booker empezando a despegarse de la carpeta de una desconsolada adolescente.

comentarios
tracking