Cinco motivos para explicar por qué la Liga ACB de baloncesto ha dejado de interesar
La liga española ha llegado a su fin con el Barcelona proclamándose campeón y se ha vuelto a evidenciar el poco tirón de la competición
El baloncesto en España vive sus horas más flojas en cuanto a interés. Esto se ha evidenciado perfectamente con la final de la Liga ACB entre el Real Madrid y Barcelona, que ha terminado con victoria de los azulgranas por la vía rápida, un título que les ha servido para salvar la temporada.
En cambio, ni Madrid ni Barcelona han logrado atraer nuevo público a un deporte que temporada tras temporada se deja aficionados. Pocos aficionados al deporte –de esos que igual ven fútbol, F1 o tenis– se han interesado por la Liga ACB, que no es lo mismo que por el baloncesto en general.
No hace mucho tiempo, el baloncesto era el segundo deporte en importancia en nuestro país. Más allá de Barcelona y Real Madrid, también había equipos como Unicaja, Estudiantes o Joventut, que tenían una afición fiel y llenaban su pabellón cada domingo. Estos equipos siguen existiendo, pero ya no compiten de tú a tú más allá de alguna hazaña aislada, como la del Unicaja en la pasada Copa del Rey.
Aquí está el primer motivo. No hay competitividad en la Liga ACB. No hay opción a la sorpresa, a ver algo distinto. Así lo indica el historial: los tres últimos años son finales Real Madrid vs. Barcelona (que ya protagonizaron cinco finales seguidas de 2012 a 2016) y para ver un campeón diferente a ellos hay que irse a 2020 con el Baskonia y a 2017 con el Valencia, únicos que no son Madrid y Barça de los últimos 15 años.
No se puede decir que el baloncesto no interese. La Euroliga sí se sigue con atención, deja grandes partidos e historias para el recuerdo (véase este año el Real Madrid) y también interesa el baloncesto de selecciones: Mundial, Eurobasket, Juegos Olímpicos...
Los éxitos de la selección española en este tiempo han seguido sucediéndose. España es la vigente campeona Mundial y también de Europa, lo que deja claro que sigue habiendo un grupo competitivo y capaz de aspirar a todo. En cambio, el seguimiento de la selección también es mucho menor ya que para el aficionado es complicado de seguir un producto que se tarda tanto en decidir donde se retransmite.
Eso mismo pasa también con las competiciones nacionales en España. Los derechos televisivos de la Liga ACB y de la Copa del Rey pertenecen a Movistar, que emite los partidos en sus canales de deportes, pero es otro pack diferente al que cogen los usuarios que pagan por el fútbol, lo que hace que mucha gente decida únicamente contratar el paquete fútbol.
El impacto de la Euroliga
Además de que sea de pago, la Liga ACB ha perdido gran parte de su interés por la llegada de la Euroliga, que es una Superliga similar a la que se planteó en el fútbol hace unos años. El gran objetivo de todos los clubes y donde centran sus esfuerzos es en la competición continental y dejan algo descuidadas las ligas nacionales.
El hecho de que cuenten con presupuestos y plantillas muy superiores y que los títulos se terminen resolviendo en playoffs provoca que no necesiten darlo todo en la fase regular y que por tanto puedan hacerse con la victoria aun haciendo una mala liga.
Por otro lado, cabe destacar que los derechos de la Euroliga son de DAZN, y que sean dos cosas diferentes a pagar y por mucho que vaya incluido en el precio del pack deportes de Movistar, no se promociona nada la Liga ACB durante los duelos de Euroliga y la poca entidad de los rivales ayuda poco al seguimiento de estos encuentros por parte de los aficionados.
Tampoco ayudan los horarios a la Liga ACB, pues la mayoría de partidos se juegan el domingo a las 12:30 y los horarios se terminan decidiendo sobre todo en función de las necesidades del pabellón. Por ejemplo, en Madrid Real Madrid y Estudiantes comparten el WizInk Center, que además a lo largo del año organiza numerosos conciertos, lo que impide muchas tardes que se celebren partidos.
Un formato que se hace largo
Y por último está siempre el formato de competición. La liga regular cada vez vale para menos y se hace larguísima para lo que es la lucha por el título. 34 partidos para que después esas posiciones puedan ser movibles a través de unos playoffs que llegan con tanta carga de duelos vistos que no llegan a ser interesantes. Todo eso deja menos apego en el espectador deportivo, no ya en el de baloncesto, que evidente verá este deporte, sino en ese que igual ve un deporte que otro.
Con todo esto, es evidente que la ACB deberá hacer algo en un futuro si quiere conseguir sumar nuevos aficionados. La asistencia a las canchas no es mala –aunque tampoco llena–, pero en las televisiones las audiencias son bastantes bajas y quizá la solución sea emitir algunos partidos en abierto.
Además, se debe pelear porque más equipos españoles puedan estar presentes en la Euroliga. Por ejemplo, este año el Gran Canaria logró billete al ganar la Eurocup, pero su presupuesto provoca que no les salga rentable y que, por tanto, hayan preferido volver a disputar la segunda competición en importancia, por lo que quizá una mayor inversión en la ACB ayudaría a generar más interés.