Real Madrid 96-85 Barcelona
El Real Madrid se hace grande y conquista la Copa del Rey de baloncesto tras ganar al Barcelona
El equipo de Chus Mateo consigue su 29º título copero después de imponerse al Barça en un encuentro muy disputado
Joel Embiid, el gigante que asombra en la NBA y es aficionado del Real Madrid
El Real Madrid de Chus Mateo está tocado por una varita. Los últimos títulos que ha conseguido así lo acreditan. El conjunto blanco alzó este domingo su 29º título de Copa del Rey y lo hizo después de mantener la calma en los momentos decisivos de la final. Esa paciencia le sirvió al conjunto madridista para doblegar a un Barcelona que no le perdió la cara al encuentro hasta el final (96-85).
El inicio de encuentro fue arrollador en clave madridista. Una final de Copa del Rey siempre apetece ganarla y el Real Madrid se aplicó el cuento para intentar mermar psicológicamente al Barcelona de Roger Grimau. En los primeros cinco minutos del primer cuarto, el equipo de Chus Mateo llegó a ponerse 11-4 arriba. Toda una declaración de intenciones por parte de los madridistas.
Con el paso de los minutos, el Barça dejó atrás las dudas del comienzo y empezó a reaccionar. Y fue ahí cuando el partido se convirtió en un intercambio constante de triples. Eso permitió al Barcelona igualar la contienda e irse al descanso con un 19-19 que supo a gloria viendo lo dormido que había salido al parqué del Martín Carpena de Málaga el conjunto catalán.
Salió mejor el Barça en el segundo cuarto. Roger Grimau sabía que el primer cuarto de su equipo había estado muy por debajo de las expectativas y la reacción de los azulgrana fue fulgurante. Hizo algo parecido a lo del conjunto blanco en el primer cuarto y le metió una diferencia de siete puntos a los de Chus Mateo (19-26).
Estaba siendo un duelo de momentos. El Madrid atacaba, el Barcelona respondía; el Barcelona se venía abajo y el Madrid igual. Superado ese tramo algo más errático, el partido se volvió a equilibrar y se llegó al tiempo de descanso con un 43-45 favorable para el equipo barcelonista. Los de Roger Grimau cerraron el segundo cuarto con un triple tremendo. En definitiva, los dos primeros cuartos habían tenido ese componente emocional que tanto llama la atención en un partido de baloncesto.
El ambiente en el Martín Carpena era una fiesta. Y en los primeros cinco minutos del tercer cuarto, tanto Real Madrid como Barcelona se contagiaron de ese entusiasmo. En clave táctica, la igualdad siguió patente y la diferencia se mantuvo más o menos igual. Si el Barça se escapaba, el Madrid igualaba. Y viceversa.
El ritmo anotador estaba siendo una de las grandes claves de la final. Al final del tercer cuarto se superó la barrera de los 60 puntos. A muchos le puede extrañar que en una final se anoten tantos puntos, pero viendo los jugadores que juegan en uno y otro equipo... esto es algo que no sorprende. 66-63 para el conjunto de Chus Mateo. Por primera vez en todo el encuentro, el equipo madridista se fue ganando en el marcador parcial.
El irse con ventaja al término del tercer cuarto insufló de ánimos al Real Madrid. Y en el cuarto y último cuarto, el equipo de Chus Mateo volvió a venirse arriba y empezó a despegarse del Barça en el marcador. Esa tendencia se mantuvo y el Madrid se soltó la melena. Después de resistir las acometidas barcelonistas, el equipo blanco dio un paso adelante y se distanció definitivamente en el marcador. Esa subida de nivel le sirvió para alzarse con su 29ª Copa del Rey.